El Arsenal sumó su segunda derrota de la temporada en Premier League. Lo hizo en Goodison Park, un campo que de la mano de Ronald Koeman ha recuperado un determinado estilo de juego que en la noche de ayer salió vencedor ante los hombres de Arsene Wenger. En un encuentro en el que tener el balón no sirvió a ninguno, en ningún momento, la insistencia por el juego frontal y aéreo terminó dándole a los tofees tres puntos, labrados por dos goles de factura similar.
El arranque de Alexis Sánchez fue potentísimo
Coquelin, Xhaka, Özil, Alexis, Walcott y Oxlade fueron los seis hombres de mitad de campo hacia delante que eligió Wenger para tratar de crear ocasiones. En dicha nómina, las bandas tratarían de romper a los espacios que Alexis como ‘9’ libera para fundirse con los centrocampistas, así como para poder transitar con velocidad cuando su oponente se abriese. Sin conseguir la primera de las misiones, el chileno volvió a ofrecer una calidad diferente en sus movimientos y en sus toques, mezclando sus habituales giros, su control orientado con el exterior, descargas para dar continuidad y una libertad posicional que se quedó en un ejercicio individual que su equipo no acertó a dar réplica. El Arsenal no sacó rédito de su circulación, con un Özil por detrás de balón y como interior derecho, y si bien no sufrió en exceso atrás, paradójicamente, lo comenzó a hacer cuando se adelantó en el marcador.
Desde ahí el Everton fue ganando metros, a la antigua. A lo británico. Los de Koeman hacen dos cosas concretas y simples que provocan zozobra a cualquiera. La primera es mandar un balón largo al que probablemente sea la gran referencia mundial en juego directo, el belga Romelu Lukaku. El ex del Chelsea, con su recepción, cierra la zaga del rival hacia él, lo que facilita que por fuera aparezcan espacios. A la vez, el equipo automatiza el envío hacia su ‘9’ para comenzar a posicionarse en campo contrario, buscando la segunda jugada y el ataque súbito. Más allá de producir ocasiones, dicho sistema de juego cambió la dinámica del partido y dio al Everton una sensación cada vez más cercana a poder competir el partido.
Lukaku es el sistema del Everton. Con él igualaron el encuentro
El juego directo y físico de los de Liverpool marcó diferencias en las nombradas bandas, donde Coleman y Baines, de cara al balón, se proyectaban por fuera, dejando atrás a sus presumibles pares, los extremos gunners -Oxlade y Walcott-. El baricentro del choque fue igualándose a través de la posición de los laterales, pero también de Ross Barkley, claro ejemplo del ida y vuelta que tanta paz le quita al Arsenal que pasa apuros sin la pelota. Debe resaltarse que el choque no terminó de pertenecer a nadie, pero que la pelota no tuviera dueño, botara tanto y cambiara de campo saltándose las medulares de cada equipo, otorgaba una pequeña ventaja para Koeman, ya con la grada conectada tras el arreón posterior al 0-1. En la segunda mitad la sensación se acrecentó y lo cambios no tuvieron mayor impacto que el que sí tuvo Ashley Williams, que marcó en propia primero y a Cech a cinco minutos del final.
Foto: PAUL ELLIS/AFP/Getty Images
danielgi610 14 diciembre, 2016
Mucho tuvo que ver la ausencia de Mustafi. La pareja Kostafi ha demostrado gran efectividad en anular este tipo de delanteros turnándose el marcaje físico a lo largo del encentro, Gabriel no esta a la altura. Y creo que Iwobi es necesario en este esquema, para que sea ese interior extra y Ozil se concentre en recibir entre líneas y no bajar a sacar el balón (tan reminiscente de las temporadas pasadas) con Xhaka