Han pasado ocho cursos desde que Touré Yaya y Pep Guardiola compartieran sus días en el FC Barcelona. En este transcurso, al centrocampista le dio tiempo a evolucionar de pivote defensivo a atacante, a erigirse como el crack más resolutivo de la Premier y a iniciar un declive que se patentó de la manera menos aceptable en toda una semifinal de la Liga de Campeones. Aquello fue terrorífico.
El reencuentro entre Yaya y Pep se produjo este verano y el fútbol presumió que no se prorrogaría demasiado, pero el futbolista se quedó en el City y el entrenador, llegado un momento determinado, debió valorarlo como a uno más. Y lo que había no le agradaba. Se trataba de un medio que había adquirido cada vicio de la Premier, cuyo fin fatal consiste en que, en realidad, el jugador deja de ser medio para convertirse en una pieza que abarca tanto espacio que no ocupa ninguno. Con el agravante de que, en su condición de as gana-partidos, Touré se desentendió de la defensa y, por el camino, del sentido colectivo.
Al plantel del City le falta empaque y Yaya lo atesora.
Sin embargo, tras la sanción de Fernandinho por su incidente contra el Chelsea y después de un trimestre de fútbol irregular que quizá haya preavisado a Guardiola de que alcanzar un juego sostenido, equilibrado y eficaz podría llevarle algo más de tiempo del que separa este diciembre del próximo mes de mayo, el técnico catalán apostó por intentar recuperar a quien, con todos sus defectos, no deja de ser, posiblemente, el competidor más grande de su plantel.
En términos tácticos, Pep viene empleando a Touré como segundo pivote de un 4-2-3-1. Frente al Arsenal compartió escalón con Fernando Reges (con De Bruyne de extremo izquierdo y Silva de mediapunta) y ante el Watford, con Ilkay Gündogan (con De Bruyne de mediapunta y Silva de extremo izquierdo). En ambos encuentros, se destacó como el futbolista con más presencia hasta el pico de que, contra los de Wenger, participó en un total de 110 ocasiones. Y cabe añadir que con bastante acierto y despertando una ilusión moderada.
Touré da otra dimensión a la salida desde atrás del City.
El aporte fundamental de Touré al fútbol del City está siendo creativo y fundamentado en su pase largo (cambio de orientación). Ni Fernando ni Fernandinho poseen el toque del costamarfileño y ello ha enriquecido la salida de balón de un sistema que, sin Yaya, dependía en exceso de Stones y, de modo más acentuado, de los ajustes tácticos promovidos por la versátil pizarra de Guardiola que implicaban a Kolarov ya fuera como lateral, como central de una línea de tres o como central de una línea de cuatro. Sin embargo, y manteniendo un poco de esperanza debido al hecho de que, entre unas cosas y otras, Touré no ha pillado ritmo de competición y al retomarlo podría recupera algo de chispa, cada aporte del gigante viene marcado por un ramalazo de lentitud, pasividad y falta de ambición espacial -está jugando muy, muy atrás, como huyendo de las presiones rivales- que hace perder confianza en un Manchester City que se desarrolle contando con él como parte de su plan A.
Foto: Lennart Preiss/Bongarts/Getty Images
Soprano_23 26 diciembre, 2016
¿Se sabe cuándo debutará G. Jesús?
Tengo ganas de ver si es capaz de tener un debut tan sumamente bestial jugando en Europa con el City como en Sudamérica con la 9 de Brasil. Sí es así, mi visión del Manchester City cambia incluso para próximas eliminatorias Champions.