La libertad en el último mes

Antoine Griezmann nunca se ha detenido a la hora de agradecer todo lo que Diego Pablo Simeone ha supuesto en su carrera deportiva. Desde que llegó al Vicente Calderón, el jugador francés ha relacionado directamente ser el jugador que es hoy con la figura del técnico argentino. Puede decirse que más que un entrenador, Simeone, como gran parte de los jugadores que han formado parte de su ciclo en el Atlético, es un guía. Sin embargo, desde que comenzó la temporada, el galo podría definir lo que en Simeone está siendo su salida al exterior como entrenador. El ‘7’ rojiblanco se ha cargado de argumentos para que el Cholo, el entrenador del colectivo, le mire de manera especial para otorgar el tesoro más preciado desde que es técnico: la absoluta libertad ofensiva a una individualidad, circunstancia de la que no existen precedentes desde 2012.

La prueba ha derivado en un Atlético que entiende tanto anímica como tácticamente el momento de su estrella, un jugador que se ha colado en las quinielas por el Balón de Oro. La explosión del francés a jugador global no parecía reñida, en un primer y segundo momento, con que se distrajera de su principal virtud: marcar goles uno detrás de otro. Antoine la tocaba por todo el campo, a cualquier altura y sin obstáculos. Sus compañeros le compensaban desde la pizarra y todo fluía, tanto el juego como los goles. Hasta que tras los partidos ante el Valencia en Mestalla y el Bayern en el Manzanares, Yannick Carrasco comenzó a disparar a puerta. Aquello ha repercutido en los números de Griezmann, el verdadero hombre gol de un equipo que quiere ser campeón de Europa.

La explosión de Carrasco ha modificado el juego y el remate de Antoine

Hasta ese momento, el belga era el extremo puro que esperaba su momento y que se sumaba como baza capital en el contragolpe. No obstante, y desde que Carrasco se acercó a la portería, el marco en el que se desenvuelve Griezmann es más pequeño. Si sumamos que en el periodo de baja de Saúl, el centrocampista que relevaba posicionalmente al Antoine más centrocampista, fue Correa el que ocupó la banda derecha, la cosa fue complicándose para Antoine, que vio comprometida tanto su libertad para tejer combinaciones entre costados como para ocuparse de acudir al área a rematar lo producido. Allí ya estaban acudiendo jugadores que antes no sentían en su fútbol la necesidad de probar suerte.

Griezmann, como en una autopista, tenía vía libre para incorporarse sin mayor impedimento. En el momento en el que Carrasco aceleró por la izquierda para romper a figura goleadora, los números de Griezmann se resintieron. Tanto la coincidencia temporal como la explicación táctica han dejado al francés sin anotar en los últimos cuatro partidos de liga, sumando únicamente dos goles en los últimos seis compromisos -añadiendo los dos encuentros ante el Roztov-. Y aún así el dato de mayor valor no reside en los tantos anotados, sino en los remates efectuados.

Griezmann sólo ha disparado tres veces a puerta en los últimos cuatro partidos de Liga

Coincidiendo con las derrotas en Anoeta y el Sánchez Pizjuán, Griezmann ha visto muy reducido sus tiros a puerta. En los últimos cuatro choques ligueros, Antoine únicamente ha realizado tres disparos a portería, sin encontrar el gol. Incluso en los dos últimos encuentros de casa, ante Granada y Málaga, en los que los colchoneros embocaron en once ocasiones, Griezmann se quedó a cero. Si el Atlético de Madrid ha enfocado todo su juego al carril central, creando y finalizando por dicha franja, olvidando parte del juego exterior, y hacia él se dirige Carrasco desde la izquierda, Correa cuando goza de minutos y Gameiro como ‘9’ referencia, el tráfico de la ya comentada autopista aumenta y alguien debe de pagar el peaje. ‘La libertad guiando al pueblo’ es un inmenso lienzo que focaliza toda su atención sobre quien porta la bandera. Una bandera, en clave futbolística, que en el último mes no goza de tanta libertad para guiar con goles a los suyos.

Foto: David Ramos/Getty Images