Jugaba en el equipo de Utrecht, la tierra que vio nacer al cisne ‘oranje’ de diabólico vestuario, ese que se fue demasiado pronto aunque no por ello sin dejar rastro de su majestuoso vuelo. Él, rubio, medio tosco y medio feo, era más bien como el pato de la famosa fábula infantil aunque sin esperanzas de convertirse en Van Basten. Si acaso, soñaría con algún día ser como Johnny Rep. Y es que Dirk Kuyt nació al fútbol como extremo derecho en la liga de los punteros anacrónicos y las defensas de hojalata. No era excesivamente rápido y más magia había en un sombrero de copa de una tienda de usados que en sus botas de cuero, pero algo habría de tener ese chico de cabello deshilachado para que casi veinte años después cuente sus goles por centenas.
A pesar de jugar la mayor parte de su carrera en la banda, Kuyt es un consumado goleador
Fue un año antes de llegar a la que ha sido su casa siempre aunque entonces no lo supiese. El ascenso de Foeke Booy a entrenador del primer equipo del Utrecht significó para Kuyt abandonar la banda derecha y cambiarla por el punto de penalti. Jugando como nueve o como segundo delantero, Kuyt se destapó como un anotador de registros más que llamativos. Finalmente, jugando en el estadio que a partir de ese día pasaría a llamarse ‘De Kuyt’ en la mente de más de un aficionado, el ahora goleador capitaneó a su club en la final de la Copa holandesa, venciendo 4-1 al Feyenoord por el que, a partir del verano siguiente, Kuyt dejaría la sangre y el honor en cada juego.
La llegada a Rotterdam fue ampliamente celebrada; más aun lo fue su estancia. Haciendo dupla con Salomon Kalou, la llamada K2 emocionó con sus goles a una ciudad que comenzaba a estar acostumbrada a perder. En cuatro años, Kuyt superó los 100 goles con la elástica rojiblanca; y en su último año, fue elegido capitán. Siendo ya todo un internacional holandés y habiendo sucedido a Kezman como goleador de la liga, los cantos de sirena de clubes extranjeros no tardaron en sonar y en 2006 fichó por el Liverpool, casi como una obra del destino. Dirk cayó en manos de entrenador de élite que más pasión podría llegar a sentir por su fútbol de sensibilidad estajanovista.
En la ciudad Beatle, Kuyt no fue ni McCartney ni Lennon. Lo suyo fue otra cosa. A pesar de que fueron sus 100 goles lo que lo llevaron ahí, vestido de ‘red’ volvió paulatinamente al extremo del que había salido para convertirse en estrella. Desde la banda, Kuyt encarnó la identidad de un Liverpool que era más candidato a ganar la Champions que la Premier y pintó retratos futuristas. Se convirtió en héroe de culto, en una anomalía de la naturaleza: el delantero laureado por su trabajo defensivo y no por sus artes con la pelota, tanto así que en su último mundial llegó a jugar de lateral haciendo marcaje individual. Seis años en Inglaterra fueron suficientes para dejar una huella significativa en el club y tras tres años perdido en la rocambolesca liga turca, Kuyt… regresó a casa.
En Liverpool, Kuyt se hizo famoso por su trabajo y disciplina
Enfundado en la camiseta del Feyenoord y otra vez jugando de extremo, Kuyt se desató y rozó los números de su edad dorada. El Feyenoord, con un equipo lleno de juventud, volvió a insinuar cosas. El combustible se acabó pronto y al final tanto él como su equipo quedaron relativamente lejos de Janssen, goleador, y del PSV, campeón, pero avisaron. Hoy, con refuerzos de calidad, y con Kuyt volviendo a su rol original de segunda punta, ‘De Kuyt’ sabe lo que es vibrar con el equipo líder de la Eredivisie. El patito feo siguió siéndolo, pero con sus alas ha llegado tan lejos como llegó a soñar. Y ya van más de 300 goles: De Kuip ha visto más de la tercera parte.
Foto: Mike Hewitt/Getty Images
Miguel 4 noviembre, 2016
HERMOSO! HERMOSO !
"En la ciudad Beatle, Kuyt no fue ni McCartney ni Lennon. Lo suyo fue otra cosa."
Nunca mejor dicho,No fue Suárez,Torres o Gerrard … pero el respeto y cariño de la afición es tanto o más que los dos primeros, un profesional intachable y aunque muchos dicen que era la "pieza" que se podía cambiar de ese equipo de Rafa,para mí era Kuyt quien le daba un toque de competitividad a ese Liverpool …