Desde que ambos unieran su destino hace ya seis temporadas, Carlos Vela es el reflejo del alma de la Real Sociedad. Esto no era ni mucho menos lo esperado. Ni lo acordado. El futbolista mexicano había llegado a Anoeta para sentirse futbolista, relanzar su carrera y despedirse con cariño de una afición que siempre le recordaría. Si todo salía bien, debía ser una relación de dos años. Tres a lo sumo.
El caso es que Vela la rompió, se convirtió en uno de los jugadores más determinantes de la competición y, pese a esto, no se despidió de nadie porque decidió quedarse en Donosti. «Carlitos» estaba muy cómodo allí. En San Sebastián se vivía muy bien, era uno de los ídolos de Anoeta, jugaba para un equipo que practicaba un buen fútbol y no tenía la presión que podía sentir en otros escenarios.
Para el futbolista que había estado en seis equipos antes de cumplir los 22 años y que, posteriormente, había renunciado a jugar con su país pese a ser una de sus grandes estrellas, lo cierto es que esta decisión parecía coherente. Él era la Real. Para lo bueno. Y lo malo.
Cuando la Real se cayó como equipo, Vela hizo lo propio.
En los momentos de mayor esplendor, de ilusión y de dinámica positiva, Carlos Vela demostró ser un jugador indefendible para el 90% de los equipos de la competición. Producía más de 25 goles por curso, provocaba un par de tarjetas por partido y dotaba a su equipo de ese punto extra de desborde, talento y genialidad que todo sistema, por perfecto que sea, necesita para ser efectivo. En una Real Sociedad en la que todo funcionaba como un reloj, desde Íñigo Martínez hasta Imanol Agirretxe tras pasar siempre por Asier Illarramendi, el mexicano era el futbolista capaz de cambiar el transcurso del tiempo. De modificarlo a su gusto y conveniencia.
Sin embargo, una vez Montanier regresó a Francia y el vestuario txuri-urdin sintió haber tocado techo tras clasificarse para la Champions, Carlos Vela se apagó con el resto de la Real Sociedad. El futbolista estaba ahí, ocupando el mismo lugar en el campo y prácticamente rodeado por los mismos jugadores, pero ya nada parecía igual. Ni siquiera el cambio a la punta, algo que probaron todos los entrenadores que sucedieron a Philippe, logró conectarle al juego. Emocionarle. La Real era uno de los equipos más grises, volubles y apáticos del fútbol español, y Carlos Vela era la estrella más gris, voluble y apática de las que componían su firmamento.
El inicio de temporada de Vela está siendo notable.
Daba la sensación de que el cambio no iba a llegar por su parte, porque necesitaba a la Real tanto como ésta le necesitaba a él, pero que si éste se producía, quizás, todo volvería a ser como antes. Y aunque todavía es pronto, como lo era hace unas semanas, resulta muy complicado no ilusionarse con lo que está pasando en Anoeta.
Eusebio ha dado con la tecla táctica, técnica y emocional al poblar la alineación de futbolistas asociativos, y el primero en reaccionar a este cambio de paradigma ha sido el futbolista más capaz de elevar las expectativas de los donostiarras. Ha sido Carlos Vela. Haciendo lo mismo que hace tres años, aunque con un puntito menos de chispa, el mexicano es la pieza que está permitiendo que todo lo que empieza atrás acabe arriba. Es decir, no es el alfa y muchas veces tampoco el omega, pero sí gran parte de lo que sucede entre medias. Con regates, conducciones, toques y mucho movimiento, Carlos Vela está diversificando el fútbol de la Real Sociedad hasta hacerlo, por el momento, indescifrable para sus rivales. Otra vez.
Foto: JOSE JORDAN/AFP/Getty Images
Abel Rojas 130p · hace 441 semanas
MigQuintana 101p · hace 441 semanas
David_Leon 80p · hace 441 semanas
Yo no creo que fuese TAN bueno. Al menos en cuanto a juego. Creo que tenía, eso sí, una carrocería única. El Vela de 2013 sería hoy el futbolista más peligroso en conducción de la liga. Menos potente que Bale pero con más habilidad y precisión en la carrera. Pero es que era solo eso.
Dicho esto, ahora para mí no es que tenga un puntito menos, tiene como tres o cuatro, sin embargo creo empieza a comprender mejor el juego, fruto de la edad, y si es verdad que sus toques sirven para desahogar ataques y tal. Para mí es importante para la Real, muy importante en unión a Zurutuza e Illarramendi.
Fmesa · hace 441 semanas
Calas · hace 441 semanas
Sí, pero también es cierto que Griezmann era una cosa muy distinta y menor. Sin embargo, el caso de Vela podría servir un día para hablar de futbolistas a los que no les gusta el fútbol, me parece un tema interesante, más allá de que algunos hayan triunfado en él, como Albelda, y otros apuntaran a más.
No vi a Vela lo suficiente como para meterme en el debate sobre su nivel real de antaño. Sólo puedo esperar que se consolide su "vuelta", las estrellas de equipos modestos son imprescindibles para darle color a la liga, y creo que ahora tenemos menos de lo habitual.
Cmarquez1995 67p · hace 441 semanas
MigQuintana 101p · hace 441 semanas
areatecnica98 41p · hace 441 semanas
plaentxi 62p · hace 441 semanas
andresnz 0p · hace 441 semanas
Iker · hace 441 semanas
De todas maneras, quiero recordaros que Vela aún es joven. Tiene 27 años y todavía le quedan años de fútbol por delante. Es un jugador al que su situación personal le afecta mucho. Como no le gusta el deporte, cuando no tiene un entorno favorable le afecta muy negativamente. Esta última es la razón principal por la que sigue en Donostia. Tiene un entorno favorable. No es casualidad el año que perdió al 2º de sus grandes amigos de la plantilla (éstos eran Griezmann y Elustondo) y además vino un entrenador que no le "mimaba", Moyes, fuera el año en el que peor estuvo y estuvo a punto de salir. Ahora han pasado cosas en su vida extradeportiva como para que el entorno vuelva a ser más favorable, y se nota. Además ahora está Eusebio, que sabe cuidarlo.
Por si esta mejora extradeportiva fuese poco, ha salido de la cantera una nueva perla, Oyarzabal, con el que también se congenia de cine. Y le han traído un delantero más acorde y propenso a combinar como William José. Por simplificarlo mucho, el toque de esa delantera ha mejorado mucho. Y detrás tienen a Zuru, Illarra y Prieto/Juanmi. Tres tíos que trabajan y que saben cubrir los huecos que dejan y encima con criterio en con el balón. Cuando entra Juanmi Oyarzabal pasa al volante/mediapunta y Juanmi se pone en la izquierda, pero siempre con la libertad que se les deja.
Me gusta mucho esta nueva Real de Eusebio. Ha dejado de ser un escarabajo pelotero. Es otra cosa.