Sergio Ramos ha empezado el curso abriendo muchos debates. Por un lado, ha cometido una serie de errores graves y visibles que le han señalado como responsable de algunos de los puntos que han perdido su club y la Selección, pero por otra parte, de modo casi ininterrumpido, ha jugado un fútbol ambicioso y de altísimo nivel que el Real Madrid va a echar en falta sin solución de continuidad, pues Ramos no hay más que uno y, si se le tiene y, de repente, no, se es peor, ya que se dejan de hacer muchas cosas bien que sólo él propone.
La principal aportación que el goleador de la finales ofrece al juego de su equipo está relacionada con el espacio: no hay un defensor que regale más metros a su sistema que Sergio Ramos cuando está en forma -y lo estaba-. Su talento le sugiere el cómo, sus condiciones le permiten ejecutarlo y su carisma hace que el resto le siga, y él es perfectamente consciente de la importancia que tiene para su mediocentro, sobre todo cuando este es Kroos, que los dos centrales achiquen el hueco de su espalda. Con y sin balón, Ramos reduce la distancia entre zaga y medular durante los 90 minutos, y así ha propulsado los mejores minutos de fútbol del Real en lo poco que va de año. Especialmente brillante fue su papel en remontadas como la labrada contra el Sevilla o la inconclusa frente al Villarreal.
Si Zidane pone a Isco en la izquierda, el Madrid tendría un atajo.
Dicho esto, son muchos los equipos que, sin Sergio Ramos, juntan sus líneas, muestran equilibrio y, en general, juegan bien al fútbol, así que Zinedine Zidane, que posee más recursos que la mayoría de sus colegas, está en perfecta disposición para conseguir que su Madrid siga compitiendo en ausencia de su capitán. La mirada, inesquivablemente, se trasladará a la banda izquierda, donde Marcelo recuperará la titularidad tras su lesión y, según se intuye, donde el propio brasileño podría recuperar la sociedad que más le ha potenciado en las tres últimas campañas, que es la que le une al centrocampista Isco. En ambos genios, si su entrenador les junta, puede andar la llave que abra el candado del rival y, sobre todo, cierre el del propio Madrid. Las típicas fases de asociación lenta en banda izquierda que ya han protagonizado otras veces Marcelo e Isco pueden ser ese punto de encuentro seguro que el Real, sin Ramos (ni Casemiro, ni Modric), demandará para permanecer unido.
Foto: Handout/UEFA via Getty Images
Andrés 15 octubre, 2016
Para mi la entrada de Isco es fundamental,porque es un futbolista que como ya sabemos puede asentar al Madrid arriba,lo cual a la vez significa mayor solidez defensiva,que a mi honestamente,este Varane no me genera nada de seguridad si el partido se va a un Madrid replegado y que este mucho tiempo sin balón.Y en esa misma dirección,me preocupa el hecho de ver al Madrid empezando abajo en el marcador, a día de hoy,remontar un resultado em este Madrid sin Sergio Ramos,me parece muy dificil.
Y la situación no pinta nada facil para Pepe y Varane,porque lo más probable Kovacic sea titular, con lo que esto parte el mediocampo y claro,la posibilidad que se transforme todo en un correcalles