José Callejón se fue de la Liga española y pocos se pusieron tristes. Su rendimiento en el RCD Espanyol y el Real Madrid había sido muy bueno, pero se trataba de un futbolista de juego simple cuyo potencial no apuntaba más allá. Además, al basar su repertorio en su nutrida paleta de desmarques, daba la impresión de que necesitaba espacios y de que, por tanto, no se adaptaba del todo al rol que aparentaba tener reservado en una gran plantilla: el de revulsivo. Quizá por eso pudo sorprender que su nombre se asociara al Atlético o al Barcelona en los últimos veranos. Craso error, pues José ya no es el mismo.
Con la vitola de crack del Calcio ganada a pulso, el granadino ha sido llamado por Lopetegui para formar parte de la Selección, algo que por nivel se entiende de sobra. En cuanto a su adecuación, hay matices. Julen parece destinar a uno de sus extremos a la tarea del regate, como bien se distinguió en la figura del sevillista Vitolo en la puesta de largo del proyecto, pero Callejón, pese a ser un hombre de banda, no domina ese arte. El plus que ofrece el del Nápoles es asociativo -sus cambios de orientación son constantes, precisos y sin igual en el resto de extremos españoles- y por supuesto de gol. En especial si el «9» es Morata, que tiende a desmarcarse siempre hacia fuera, su diagonal fuera-dentro resultaría muy provechosa.
Gravesen 6 octubre, 2016
¿Hubiera podido evolucionar Callejón de quedarse en el Madrid de Ancelotti en vez de Jese? Yo creo que al final hubiese tenido su hueco.