El Bayern de Múnich ya es distinto. Carlo Ancelotti, transcurridas apenas unas semanas desde que los muniqueses empezaron a disputar compromisos oficiales, ha propuesto a los suyos mecanismos alternativos, traducidos en nuevas señas de identidad, que lo diferencian de aquel contra el que midió sus fuerzas el Atlético de Madrid en las semifinales de la pasada Champions League. En el conjunto bávaro se mantiene un carácter ofensivo casi tendente a la avalancha, un redefinido gusto por sacar límpio el balón desde atrás y la importancia de la profundidad y el centro desde la banda a una área poblada por rematadores de tronío, pero tanto en el fondo como en la forma, las diferencias con respecto al equipo que fue las anteriores tres temporadas ni se esconden ni se pretenden esconder. El de Ancelotti es un Bayern más vertical, que recorre distancias más grandes en ambas direcciones del campo y en el que gran parte de sus constantes se miden en los costados.
En el Bayern de Carlo Ancelotti los laterales juegan por fuera.
En este sentido, una de las variaciones más notables y evidentes atañe a ambos laterales, otrora muy vinculados al carril central y al mediocampo hasta el punto de redefinirse posicionalmente, y actualmente retornados a un desempeño eminentemente exterior. La forma como utiliza Carlo tanto a Philipp Lahm como a David Alaba, se asemeja más a la de Heynckes que a la de Guardiola. Alemán y austríaco suben mucho, suben a la vez y casi siempre suben en paralelo a la línea de banda. Su comportamiento tiene un porqué y una consecuencia. El primero es que, por regla general, este Bayern pretende que sus tres delanteros se muevan por dentro. Ni se pretende que su función principal sea abrir el campo ni que disfruten de constantes aclarados escorados en el que puedan prodigarse en el uno contra uno. Es cierto que el técnico italiano hasta la fecha no ha podido recurrir con continuidad ni a Robben ni a Douglas Costa, sus dos mejores encaradores, pero tanto por lo declarado como por las pistas que está dejando Kingsley Coman en sus participaciones, éste parece ser un hilo del que Ancelotti pretende tirar.
A Lewandowski se le dan más espacios
Aparentemente, tiene toda la lógica del mundo. En primer lugar, porque el carácter exterior que tienen en este Bayern tanto los laterales como los interiores favorece que las opciones de colgar un centro al área en búsqueda de rematador sean grandes, y por el otro porque al tratarse de un equipo más vertical que antaño, que transita más y que lo hace disfrutando de mayores espacios, está encontrando una versión más kloppiana de Robert Lewandowski, con más movimientos profundos y caídas a banda que sumar a su ya conocida capacidad para la relación con el cuero y la finalización.
Arturo Vidal es de las piezas que más importancia ha ganado.
La consecuencia de la nueva cara de los laterales muniqueses, a nivel de dibujo, estriba en que cuando el Bayern inicia juego la estructura de los primeros pases la componen una primera línea de dos formada por los centrales y una inmediatamente por delante integrada por los tres medios, en la que ambos interiores lateralizan mucho sus respectivas posiciones para recibir el envío y orientarlo hacia el carril. Tanto Renato Sanches, Kimmich o Thiago en el interior derecho como sobre todo Arturo Vidal en el izquierdo, adquieren gracias a ello una importancia muy grande en estos estadios iniciales del juego. Probablemente el del chileno sea uno de los estatus que más han cambiado en la plantilla del campeón alemán, gracias a una propuesta que ahora parece mimetizarse al cien por cien con sus principales virtudes. Y es que en este Bayern de mayor recorrido e ida y vuelta, su función resulta fundamental para unir lo que son unas partes más separadas que antes. Para acompañar bien en el remate o bien ganando el rechace en la frontal, contemporizar el posible contraataque rival y terminar arropando a un Xabi Alonso al que se pretende proteger más cuando el equipo no tiene la pelota.
Thiago es una nueva opción en el mediocentro
De hecho, tanto la custodia defensiva de los interiores como la orientación del juego hacia las bandas, ha posibilitado ver a Thiago Alcántara en la posición de cierre, sostenido por el despliegue de Arturo Vidal y Renato Sánchez, y habilitado de la misma forma que Alonso para encontrar las esquinas del terreno de juego desde el envío diagonal en largo apostado en el carril central. El hispano-brasileño, sin sobresaltos físicos que lamentar por el momento, parece haber recibido con gusto el nuevo encargo.
Tras ocho partidos, Ribery ya ha tenido participación en diez goles.
Pero si hay un futbolista que quizá de forma sorpresiva ha iniciado con aires renovados el curso actual, éste es Franck Ribery. Para el francés, Ancelotti ha dispuesto un espacio de libertad que el francés ha recogido como si el tiempo no hubiese pasado -o no hubiese pasado tanto- para lucir un protagonismo y un desequilibrio que sus piernas ya no parecían poseer. Acogido en la punta izquierda por la sujeción en banda que mantiene su lateral, y aprovechando la participación de Arturo Vidal en los primeros escalones del juego para poder recibir el cuero en zonas más retrasadas que sus dos acompañantes en la delantera, Ribery viene ejerciendo como el futbolista bávaro de más peso con balón en la frontal. El más creativo y capaz de dar cuerpo a la mezcla, de darle pausa a la verticalidad e interiorizar el juego por las bandas. De filtrarse o combinar por dentro. De juntar a Lahm con Vidal y a Xabi Alonso con Müller.
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Soprano_23 28 septiembre, 2016
Arturo Vidal, pese a que no se le valora poco, me parece que está infravalorado. A mí gusto, uno de los mejores medios del mundo. De los que mejor compiten, en cualquier escenario -ojo con ésto porque parece, en jugadores considerados élite, de perogrullo pero no lo es-, y más te acercan a la victoria. Su intensidad en todo lo que hace y resistencia para sostenerla durante 90 o 120 minutos que auna con una determinación en la llegada y definición en lo últimos metros poco comunes en jugadores de su zona son ya marca registrada. "Un jugadoraso", que diría su compatriota.