Roberto Soriano es diferente a lo que ha venido utilizando el Villarreal y aún así se le parece. Las bandas del conjunto amarillo, que desde hace años vienen definiendo buena parte de la personalidad futbolística de los castellonenses, experimentaron bajo las órdenes de Marcelino García Toral un cambio a partir del cual pasaron a fijarse abiertos más de lo que antes hicieran Cani, Pires, Santi Cazorla o Borja Valero. Con el asturiano, en cambio, Cheryshev o Denis Suárez tendieron menos a una mediapunta destinada, por su parte, a los poyos de uno de los dos puntas. Aunque formalmente cambiaron, sin embargo, su fondo no se alejó mucho del que concentraron sus antecesores. Siguieron siendo los conectores, los futbolistas encargados de llevar la transición ofensiva, ahora más vertical que en otros tiempos, desde el mediocampo a los puntas. De situar un escalón intermedio entre los hombres más adelantados del equipo y la dirección, abajo, de Bruno Soriano.
Es una forma de encontrar lo mismo pero de un modo distinto.
Por eso, en este escenario de juego y, si se quiere, tradición, el fichaje del centrocampista italiano no sólo encaja sino que refuerza la idea de los últimos Villarreales, al mismo tiempo que plantea alguna novedadSuma mucho en las contras respecto al más reciente de todos. Y es que Soriano es un futbolista eminentemente relacionado con lo que ocurre por delante suyo y con quienes se mueven ante él. Vertical en la intención, con una impetuosa llegada de segunda línea sobre todo conduciendo el balón, animoso en el disparo desde media distancia y con capacidad para adornar de claridad su toma de decisiones en los últimos metros, gracias a una puntual visión del juego y a un ramillete técnico en el que destaca el uso del exterior de su pie derecho. En este sentido, su adecuación a una propuesta en la que la contra resulte el plan principal, es aparentemente sencilla, y la previsión acerca de su entendimiento con los futbolistas que el Villarreal situará por delante de él, optimista. Por su profundidad y actitud móvil, puede encontrar en ellos aliados que hagan larga la avenida por la que transita y, al mismo tiempo, el tipo de desmarque cruzado o externo que más favorezca a su papel de enlace.
Sucede que Roberto Soriano, pese a su calada verticalidad, no es un centrocampista circunscrito únicamente a propuestas de transiciones fugaces,Es vertical; no unidimensional sino que su peso y ascendencia en zona de medios se hace sentir, también, cuando asume mayor protagonista a la hora de mover el cuero y juntar piezas. Cuando corre atrae rivales, cuando se para, compañeros. Por eso, desde una de las bandas podría darle a los de Fran Escribá ese punto de pausa, de matiz, que con Marcelino encontraron en los apoyos de Soldado, y por eso situado en uno de los dos costados como parece que será su destino, la afinidad del jugador es mucho mayor en un lado izquierdo del campo desde el cual la salida hacia adentro le resulta más natural. Esto supone una novedad respecto en el esquema amarillo, no tanto por el hecho de jugar a pierna cambiada (Denis Suárez también lo hizo) como por el retorno a esa figura del exterior que con la jugada en marcha no mantiene sujeto el juego por fuera como hicieran últimamente el gallego o Cheryshev, sino que lo traslada al carril central.
Con Cheryshev, Sansone y Soriano, son tres los hombres llamados a ser importantes que prefieren la banda izquierda.
A su vez, esta cuestión encierra una incógnita sobre la posición que bien el ruso o bien Roberto Soriano puedan ocupar finalmente en el sistema del entrenador valenciano cuando el ex madridista, que también parece localizar en la banda izquierda su hábitat ideal, esté disponible. De cara a un nuevo emplazamiento en el perfil derecho de la medular que sobre el papel pueda dificultarle algo más su participación por dentro, uno de los principales avales del italiano, a parte de los automatismos que asiente el equipo para facilitarle la diagonal, puede ser su habilidad para el giro sobre el propio eje, un movimiento del que habitualmente hace gala a la hora de sortear adversarios cuando recibe de espaldas y con el rival pegado para a continuación emprender la carrera en dirección a la frontal, y que en este caso podría redirigir para acomodarse una salida hacia el interior más cómoda. Hacia la zona desde la que darle al Villarreal aquello que ya tuvo. Aquello que, en otros momentos, encontró de una forma distinta.
Foto: Manuel Queimadelos Alonso/Getty Images
Abel Rojas 23 agosto, 2016
Observo que Albert comparte el entusiasmo de Quintana con Soriano. La verdad es que se trata de un jugadorazo.
Qué buen material está llegando a España desde Italia últimamente.