El Sevilla esta temporada va a cambiar. Va a cambiar, parece, radicalmente. Su forma de defender, de sacar el balón desde atrás, de administrarlo arriba o de transitar cada uno de los escalones que en ataque le permitirán mantener junto al equipo, se van a ver afectados. En esto último, con Sampaoli y Juanma Lillo al aparato, tan importantes serán los hombres que miren al escalón desde abajo como los que lo hagan desde arriba o, dicho de otro modo, los que se sitúen a un lado u otro de la imaginaria línea horizontal que dibuje el balón con su localización sobre el campo. Los encargados de dar el pase o de recibirlo a espaldas del adversario. Quienes tendrán que acertar con el gesto o aquellos que deberán mantener despejado el camino a recorrer por el esférico.
A buen seguro que en ello colaborará Joaquín Correa, un enganche diestro con buen desborde y cariz asociativo que quiere siempre el balónCorrea oxigena en tres cuartos y que lo quiere para ir siempre hacia adelante. Ayudará al Sevilla, al menos, en el escalón más cercano a la frontal, que es hacia el que su ímpetu atacante lo lleva y en el que, por su afán por la pelota, se convierte en un permanente apoyo para sus compañeros de vanguardia. Sea viniendo desde uno de los dos interiores o desde la banda, Correa se mueve por todo el balcón del área ofreciendo línea y opción de pase para que la jugada de ataque ni se precipite ni se quede sin aire. Pasando por sus pies, tiene opción de continuar, de revivir si es preciso. En su día dijo Lillo del fichaje de Ibrahimovic por el Barça que con el sueco Guardiola incorporaba a un delantero capaz de hacerle el boca a boca a la jugada, y salvando distancias de nivel y diferencias de posición, Correa en los últimos metros acostumbra a tener un efecto parecido.
Es el boca a boca a la jugada para que nunca se quede sin aire.
Normalmente habilitado para que le llegue el balón y capaz de dejarlo ir con claridad, visión y calma, tanto si parte del carril central como desde una de las dos bandas -agradece la izquierda, a pierna cambiada-, suele moverse por todo el ancho del área grande buscando amistades. Gracias a ello ya en pretemporada ha dejado trazas de una que puede resultar muy lucrativa con Yevhen Konoplyanka en el perfil izquierdo del ataque sevillista, ejerciendo para el ucraniano tanto de pared con la que combinar en el apoyo como de abastecedor que le libere de tener que perder muchos metros para recibir la pelota como en ocasiones le ocurrió la temporada pasada en el cuadro de Unai Emery.
Además de la consabida competencia, el problema puede encontrarlo Correa en el paso previo, en el que durante la preparaciónCorrea no baja a salir jugando más trabajo le está dando a los andaluces. Y es que si hablamos del argentino como un futbolista de participación y lucidez en los metros finales, también debemos hacerlo de un jugador al que su predisposición a la vertical suele alejarlo de los apoyos que pueda demandar su equipo de los interiores cuando de sacar el balón desde atrás se trata. Joaquín los da, pero cuando la jugada ya está arriba, de modo que cabe la opción de que mediocentro y centrales, por momentos, se encuentren algo aislados ante la presión del contrario sin que los centrocampistas más adelantados les proporcionen un auxilio cercano a la espalda de la misma.
Joaquín Correa es un extraordinario conductor de contraataques.
En este sentido, a día de hoy la forma más sencilla que tiene el Sevilla para encontrar rápidamente a Correa es justo después de una recuperación. Tanto si es adelantada como si es consecuencia de un repliegue, contexto que le abriría la puerta al argentino para regocijarse en una de sus suertes favoritas: el contraataque. En él, a su zancada y destreza en la elección, suma conducción, espacio y perspectiva. Un escenario desde el que, valiéndose de su habilidad con ambos pies y de su capacidad para jugar con la cabeza erguida, mezcla diagonal para juntar rivales, regate para dejarlos atrás y una soltura en el cambio de orientación hacia el carril derecho que le permite activar compañeros libres. Esos a los que, alcanzados los últimos metros, siempre tiene en mente.
Foto: CRISTINA QUICLER/AFP/Getty Images
Vincent 8 agosto, 2016
Interesante jugador, ganas de verlo. Pero lo veis como titular indiscutible en el once andaluz?