Los equipos suelen llegar a las fases finales con un trabajo previo reconocible en un dibujo concreto y su correspondiente sistema. En el caso de Francia, Didier Deschamps siempre tuvo en mente un 4-3-3 que, tras la baja de Benzema, daba la titularidad tanto a Giroud como a Griezmann y que por obligación, mandaba al más bajito a la banda derecha, una posición que confronta con todo su juego. Como además la pureza de Giroud como referencia no le ofrecía un intercambio de posición productivo al ‘7’ y Sagna no es el lateral más presente del mundo, Antoine quedó encerrado.
En el arranque del torneo pudimos comprobar como el sistema francés perdió mucha de su compostura, sin equilibrio ni profundidad y redundando en la precipitación. Consecuencia de ello es que los movimientos de Griezmann no tenían finales felices. Movimientos aleatorios que no estaban integrados por sincronías ni automatismos. Como el jugador del Atlético de Madrid es un delantero y no un extremo, siempre prefiere recibir al pie cuando juega por dentro y no abriendo el campo. Por fuera, Griezmann queda lejos de las jugadas, desconectado de las mismas y por consiguiente, de la definición, su principal valor. Griezmann es un killer, y por eso debe estar cercando el área y rematar dentro de ella una vez el balón llega a banda, y eso es mucho más difícil si siempre parte desde un costado.
Griezmann por dentro llega al gol y hace goles. Es simple
Con la pelota no es que ocurra algo diferente: no encara a su par y su diagonal y su conducción no es la de Hazard, Messi o Neymar. No dispone de un formidable dribbling ni de un notable regate para crearse sus jugadas desde la nada. Griezmann rinde menos en bandaPor el centro, su excelso control de balón, su claridad jugando de espaldas, su capacidad asociativa y la calidad de sus movimientos de dentro a fuera o en desmarque le convierten en un apoyo fantástico como segunda punta y en un rematador espectacular, de prestaciones similares a las de un gran especialista. Todo eso llevó al jugador a comentar públicamente que su mejor versión está ahí, posición en la que jugó en la 2ª parte ante Irlanda y durante todo el encuentro ante Islandia, con resultados evidentes.
Porque además, ante Alemania y para transitar, Francia no cuenta con nadie capaz de unir y hacer progresar tras robo y con metros como Griezmann. Su primer toque ante una defensa por anticipación como la germana puede ser de un valor capital para atacar en superioridad si los alemanes monopolizan el balón. En posicional, y con libertad, Francia no puede desaprovechar la movilidad y la continuidad que aporta Griezmann entre líneas. Sin una gran estructura para dominar con la pelota, Antoine estuvo en todas partes ante los islandeses, hilando jugadas, creado dudas en la zaga, que en el día de hoy tendrá en Giroud otro foco de atención, y en definitiva apareciendo con confianza en zonas de remate.
Kanté y Matuidi pueden hacer regresar a Griezmann a la banda
Para equilibrar este movimiento, convertido en necesario para que Francia amenace, Deschamps optó por un centrocampista puro ubicado en banda -Sissoko-, formando un 4-4-2 ancho, con Pogba junto a Matuidi. Sin embargo, Didier estaba obligado. La baja por sanción de Kanté y el repliegue islandés le otorgó más facilidad de maniobrar y de tomar tal decisión. Hoy, ante un rival tan sumamente dominante tanto en salida de balón como en ataque organizado, con Kroos al mando, parece muy complicado que Deschamps arriesgue al prescindir de Kanté o Matuidi, centrocampistas que presionan y retornan. Por eso no es nada descartable que Griezmann vuelva a la banda, un lugar desde el que el hombre-gol galo no se siente cómodo.
Foto: Handout/UEFA via Getty Images
Arroyo 7 julio, 2016
Sigo teniendo la duda sobre qué va a hacer Deschamps, porque pienso que Kanté-Matuidi-Pogba son para él muy importantes ante Francia y me cuesta verle prescindiendo de Payet, así que con los nombres sobre la mesa, Griezmann iría a banda. Y Griezmann en banda cuando Francia transite es darle mucho aire a Alemania.