Durante esta Eurocopa el impacto de los banquillos está siendo más que significativo. Motivos hay muchos. El más evidente es el que apunta a que la mayoría de futbolistas que entran al campo suelen ser jugadores con mucho desborde, cambio de ritmo, cierta chispa e incluso gol, lo que a su vez está derivando en que el último tramo sea en el que más goles se están marcando. Además, como a su vez los partidos están durando tanto, pues hay muy pocos choques sentenciados y sí muchas prórrogas, la posibilidad de refrescar el once titular sin perder calidad se está mostrando imprescindible. En definitiva, los técnicos también están pudiendo marcar diferencias desde la dirección de campo, y por eso Alejandro Arroyo (Alemania), Albert Morén (Francia), Abel Rojas (Portugal) y Miguel Quintana (Gales) han analizado este aspecto de los cuatro supervivientes.
Francia: más que recursos, opciones
Tan importantes e influyentes han sido algunos suplentes de Francia en esta Eurocopa 2016 que, ahora, alcanzadas las semifinales, las fronteras en el combinado de Deschamps se ven sutilmente difusas. Los extremos Kingsley Coman y Anthony Martial, por ejemplo, como armas para sujetar las bandas, generarle espacios a un ataque que por momentos se encalla, amenazar en el uno contra uno o alterar el guión desde su cambio de ritmo, incluso han sido ya alineados de inicio en más de una ocasión. Moussa Sissoko es el tercero en liza, y quien ofreciéndole al seleccionador una opción diferente en banda derecha, es también capaz de reforzar la parcela central desde zonas más interiores. Ambas funciones desarrolló ante Islandia con acierto, resultado y sincronía, de modo que Deschamps podría darle continuidad a la idea. Si así fuera, sería el hasta ahora titular N’Golo Kanté quien pasaría a convertirse en una muy estimable carta desde el banquillo para la recuperación, de la misma forma que André-Pierre Gignac lo es para el remate.
Portugal: dos revulsivos fantásticos
El banquillo de Portugal no está pasando desapercibido. Del mismo modo que su once titular adolece de cierta falta de nivel en determinadas posiciones (portería, central izquierdo, lateral derecho y mediocentro como poco), se cuenta con la ventaja de que los relevos que aguardan junto a Fernando Santos están por encima de la media del torneo y de que, además, poseen facultades muy distintas a los que inician, lo cual siempre es un plus de cara a alborotar los partidos. De hecho, son lusos dos de los revulsivos que mejor han funcionado desde el inicio de la Eurocopa: Renato Sanches al principio y Quaresma en los últimos choques. El cambio de ritmo que imprimió el primero y la habilidad en el uno y para uno y el incremento en la calidad de los centros que supone el segundo han sido factores claves para que Portugal haya alcanzado la semifinal.
Alemania: un banquillo entre algodones
Es complicado hablar del banquillo alemán justo en el día de hoy. Cualquier otro día hubiera surgido como una interesante oportunidad de describirlo desde sus virtudes y sus carencias, pero hoy, las bajas tan significativas de sus titulares provocan un movimiento de piezas que deja a Löw con soluciones consideradas hasta este momento como lejanas. Como no se puede hablar de una posible final que reubique esos peldaños en el plantel, sólo debe analizarse de cara al encuentro de semifinales ante Francia. Y ahí, tres son los nombres que podrían representar una solución a un momento concreto del juego: Andre Schürrle, Emre Can y Leroy Sané. El hoy futbolista del Wolfsburgo es quien cuenta con más confianza y credibilidad de cara a un cambio ofensivo relacionado con el remate y el desmarque desde banda. El centrocampista del Liverpool podría imitar el rol de Khedira pero no ha contado con minutos y parece que Löw prefiere más pase (Weigl) para dominar. Y por último, la electricidad del jovencísimo Sané podría producir lo que Draxler o Müller no pudiesen desde el arranque.
Gales: ¿sin recursos por las bajas?
A priori Gales debía ser una de las selecciones que menos recursos pudiese manejar desde el banquillo, pues el nivel general de la convocatoria es el que es a pesar de que entre Chris Coleman y Gareth Bale nos estén engañando a todos. Sin embargo, a partir de la dinámica positiva, la confianza colectiva y el soporte táctico, el seleccionador galés ha ido encontrando soluciones muy puntuales para problemas muy concretos. La variante Hal Robson-Kanu / Sam Vokes se ha demostrado muy positiva, por más que el primero ahora parezca un jugador más útil. Además, Jonathan Williams, titular en el debut y suplente el resto de días, se ha adaptado muy bien a los contextos que ha tenido que ir afrontando, algo que se comprobó sobre todo el día de Irlanda del Norte. ¿El problema? Que para enfrentarse a Portugal, Gales tiene dos bajas muy importantes: Ben Davies y Aaron Ramsey. Si por este último, en vez de Andy King, termina entrando el joven Williams y Robson-Kanu repite en el once, Gales se quedará sin banquillo. Al menos, de nuevo, a priori.
Foto: VALERY HACHE/AFP/Getty Images
Abel Rojas 5 julio, 2016
Si el fútbol lanza señales de vez en cuando, las que está emitiendo en esta Eurocopa son sobre un posible título de Portugal. Es el equipo menos castigado por las bajas con diferencia. Los otros tres llegan muy castigados tanto por las bajas que ya traían como por las que han ido acumulando.