Que David Alaba es uno de los futbolistas más poliédricos del fútbol actual ha quedado más que demostrado durante la etapa de Pep Guardiola en el Bayern Munich. Fuera como lateral, como central o como centrocampista, el austriaco se ajustaba a los diferentes planes que Pep ideaba, de manera que compensara o potenciara los movimientos del resto de sus compañeros. En el último de los esquemas dibujados por el catalán, David Alaba era un lateral que partía desde su posición habitual para terminar situándose como interior, ocupando zonas centrales que otrora pisaban jugadores como Toni Kroos o Bastian Schweinsteiger. Así el Bayern ganaba en la frontal del área a un futbolista con talento para asociarse, calidad para disparar y capacidad física para abortar cualquier contra rival.
Alaba se siente centrocampistaSin embargo, pese a la magnitud de este rol, la impresión que sobrevuela el ambiente es que ninguna de estas variantes ha sacado la mejor versión posible de David Alaba. A sus 23 primaveras ya es una pieza imprescindible para un aspirante a ganar la Copa de Europa, es considerado mayoritariamente como uno de los mejores laterales el mundo y, desde que debutara con Louis van Gaal, su valor no ha hecho sino incrementarse año a año, pero muchos piensan que éste aún no es el verdadero Alaba. Empezando por él mismo, ya que en varias ocasiones ha deslizado que se siente más cómodo cuando juega en el centro del campo, pues puede aportar más y mejores cosas a su equipo. Y sus partidos con Austria le dan toda la razón.
En Austria forma doble pivote junto a Baumgartlinger.
Su pareja con Baumgartlinger es muy potenteLa selección de Marcel Koller parece hecha a medida de su mejor futbolista. No es una simple cuestión colectiva o táctica, que también, sino que además Alaba está acompañado por una serie de jugadores que cuentan con un perfil muy parecido. Sin ir más lejos, su compañero en el centro del campo, Julian Baumgartlinger, es uno de los centrocampistas más móviles, dinámicos y activos del continente, hecho que le ha llevado a firmar por el Bayer Leverkusen de Roger Schmidt, técnico que hizo un trabajo maravilloso en el fútbol austriaco. Allí coincidió, por ejemplo, con Martin Hinteregger, central que junto a Aleksandar Dragović forma una de las parejas de zagueros llamadas a fascinar en esta Eurocopa de Francia 2016.
Es decir, todo está conectado bajo una misma idea. Por eso la redundancia de perfiles no es un problema, sino una virtud bien interpretada. Con balón Austria es una selección vertical que ataca los tres carriles con conducciones de laterales, volantes y extremos. Son móviles, muy agresivos y gozan de una zancada amplísima, exactamente tres de las cualidades que describe una de las caras, quizás la más despampanante, de Alaba. Además, si no pueden correr, cosa que ante Portugal, Islandia y Hungría puede suceder más de lo que le gustaría, aparecen los toques, desbordes e inteligencia de Arnautovic, Junuzović y, evidentemente, del propio David Alaba, quien ofrece aquí su versión más fina y estética.
En defensa sí demuestra una mayor calmaPero lo más llamativo de esta Austria de Koller es que su forma de atacar contrasta por completo con su actitud defensiva. Lo que con balón es todo acción, sin él es pasividad. El 4-2-3-1 desordenado e imprevisible -en el buen sentido- de Austria se torna en un 4-4-2 ordenado y previsible -también en el buen sentido- que se siente muy cómodo replegando sobre su propia área, pues allí Dragović y Hinteregger hacen de su opinión ley. Y aquí, de nuevo, la figura de David Alaba vuelve a ser fundamental. Abarcando menos metros, corriendo poco y exhibiendo lo justo su poderío físico, el del Bayern junta las líneas a lo largo y a lo ancho, demostrando un talento posicional que, de momento, como central no parece tener.
En Austria tiene responsabilidades, pero también libertades.
Con Austria, en definitiva, Alaba puede ofrecer su mejor versión posible: la que exhibe sus mil caras. En su selección no está encajonado en un carril, no está expuesto ni tampoco obligado a compensar los movimientos del resto. Simplemente debe hacer de todo. A dos ritmos, pero de todo. Si esta tarea se le encomendara a otro jugador podríamos hablar de imposible, increíble e incoherente. Pero estamos hablando de Alaba, una especie única en el mundo.
Foto: HANS PUNZ/AFP/Getty Images
hola1 14 junio, 2016
Una de las mejores selecciones en la fase de clasificacion se enfrenta a una de las selecciones mas debiles. Sera bonito ver a esta Austria.