Croacia ha sido un elemento extraño en los últimos años. La lectura de su once titular generó siempre una expectativa que estuvo lejos de ser correspondida. Y no es que estemos hablando de títulos; nos referimos al simple hecho de jugar bien, petición lógica para un grupo de futbolistas liderado por Luka Modric y complementado con piezas como Rakitic, Srna, Mandzukic o Perisic. A menudo, Croacia ha llegado a ser incluso aburrida, así que el debut en la Eurocopa se presentaba interesante para ver qué podíamos esperar de ellos. Gustaron, ganaron y no golearon porque la pelota no entró. Todo con la colaboración inestimable de una Turquía que fue muy Turquía.
Croacia jugó bien, explotando las clásicas carencias de Turquía
Convengamos que el arranque turco no fue malísimo. Los de Fatih Terim manejaban bien la pelota desde el fondo, dándole un trato agradable y refinado. Con la movilidad Selçuk Inan, siempre preparado para recibir, y la altura de sus laterales (sobre todo Gonul en la derecha), Turquía avanzaba hasta la divisoria con claridad. Su problema era que ahí acababa todo. La tendencia al centro de Calhanoglu y la pausa (lentitud) de Arda Turan dejaban a los turcos sin cambio de ritmo. Croacia, reforzada por el mediocentro Badelj y con un Modric muy activo en defensa, no recibía ocasiones.
De a poquito, el choque fue cayendo del lado croata. El motor del cambio fue obviamente la magia de Luka, aunque hubo más. Srna aprovechó que Arda ya no entrena con Simeone para subir sin descanso por su banda,Modric tomó el control pronto poniendo sus habituales centros de calidad. Rakitic, por su parte, aportaba movimientos profundos que estiraban al equipo, aunque luego fallaba a la hora de soltar el balón. Turquía inspiraba inseguridad en campo propio. Faltó mayor presencia de los extremos. Perisic tomó nota para la segunda mitad, a la que Croacia se iría ganando con un golazo de Modric. El gesto técnico de Luka reveló que no hubo azar en la consecución de la volea. Fue un tanto precioso.
Turquía solo hizo algo cuando mostró algo de energía ofensiva
La victoria parcial animó a unos y castigó a otros. Necesita poco Turquía para descomponerse, pero lo cierto es que Croacia estaba jugando bien. Modric embellecía la Eurocopa con su clase, Rakitic castigaba al contragolpe y Srna generaba situaciones de gol que finalizaban en los palos. A este trío se sumó Perisic, mucho más activo y móvil, decidido a dar la profundidad y energía ofensiva que Mandzukic casi nunca ofrece. Sobre el campo solo existía un equipo. Por entonces, Terim ya había intentado implicar a Arda centrándolo, pero la medida fue incluso negativa, pues Turquía se volvió todavía más lenta con las intervenciones del azulgrana. Su partido fue terrible.
Por entonces, Turquía ya había derivado a esa anarquía tan suya en la que los extremos no trabajan, los puntas no se mueven y los centrocampistas sufren en el desconcierto general. Fueron los cambios los que trajeron un brote de esperanza en la recta final del encuentro. La entrada del célebre delantero Burak Yilmaz por Arda aportó un extra de agresividad. Por fin alguien corría y se desmarcaba. Cinco minutos después entraba Emre Mor, la joven promesa zurda firmada recientemente por el Borussia Dortmund. Desde la derecha, el crío agitó el ataque de los suyos con descaro y participación. Turquía tuvo algún acercamiento peligroso, si bien nunca rozó un empate que hubiera sido injustísimo. Croacia, con un Modric notable y bien acompañado, castigó la indolencia turca y dijo presente en Francia.
Foto: Clive Rose/Getty Images
Abel Rojas 13 junio, 2016
Creo que es el partido más serio que he visto de Croacia desde el Croacia-España de la Eurocopa de 2012.
En cuanto a Modric, ojo a lo suyo en este torneo:
2008. Actuación equiparable a la de que cualquier centrocampista español y aparición impresionante. Cada partido suyo fue poesía. Recuerdo que yo estaba convencido de que iba a ser el mejor jugador de la Premier League cuando lo fichó el Tottenham.
2012. Exhibición individual contra España ejerciendo de extremo izquierdo. Fue el único partido de todo el torneo en el que España fue inferior a su adversario. De ahí en adelante, controló todo.
2016. Lo de ayer me pareció impresionante. Tremendo con balón, pero lo que hizo sin balón… uf.
He sido bastante crítico con el año de Modric en su club -siempre admitiendo que si el Madrid en vez de a él hubiera tenido a cualquier otro, hubiera jugado peor y ganado menos, ojo-, pero lo de ayer… me pareció bastante heavy. Centrocampista que te lleva a creer que casi todo es posible.
Tanto que luego me paro a analizar lo que hizo el equipo y en realidad no me pareció para tanto, porque Perisic aparte, lo único que me convenció de verdad fue el carácter de Corluka y la increíble calidad de Srna, un TOP 5 mundial en su posición en esta década por no decir TOP 3, pero supongo que alguno preferirá a Maicon. Aunque ya está cascadete. Pero ningún lateral centra como él.