Todos sus goles fueron amores | Ecos del Balón

Todos sus goles fueron amores


Lo cuenta El Gráfico, buscando y hallando entre sus fuentes a Albano Bizarri y Germán Lux, compañeros en las inferiores de Racing de Avellaneda, golpeadas en los años 90 por un periodo de penumbra: de un día para otro, el gallo que interrumpía sus sueños todas las mañanas dejó de cantar. La situación era tan precaria que sirvió de alimento para los chicos que moraban en la pensión; en la Academia. Corrían tiempos muy crudos. Nueve años sin que una sola división inferior lograra un título, racha interrumpida en 1999 cuando el juvenil que nombraba a Diego Alberto Milito como uno de sus dos puntas daba la vuelta olímpica, que es como tan simbólica y hermosamente resumen en Argentina la celebración de un campeón. Milito, de a poco, narraba su propia historia, la de un tipo que ha vivido buena parte de la mayúscula y el subrayado recientes de cuantos clubes representó en una carrera tan extensa como brillante.

También la negrita, en los inicios. Su Academia se marchitaba en esos meses del 99, cuando Liliana Ripoll, magistrada de la Cámara de Apelaciones, sentenciaba con teatral solemnidad: «Racing Club ha dejado de existir», ordenando la clausura y liquidación de los bienes del club. Aquello se rescató brazo con brazo, al borde de todo. En plena adversidad, Milito comenzó a construirse como futbolista. Y en esas… no la metía ni de casualidad. Entró en un estado de obsesión que de alguna manera anticipó lo que después le confirmaría como un maestro del último tercio de la cancha. «Sí, me había obsesionado. Estaba ansioso, erraba goles increíbles. Y me ponía mal, porque sé que en mi posición tengo que convertir. Por eso, estos goles son para la gente, que siempre me bancó. Y eso fue clave, me dio muchas fuerzas para no aflojar».

Milito desembarcó en Europa en Segunda División. No importó, estaba preparado para todo

Con él, Racing rompió 35 años sin un título de Liga en ArgentinaRacing, que venía de dos años realmente durísimos a nivel deportivo, y que acumulaba 35 años sin salir campeón de Liga, de repente despertó. Se había salvado meses antes en el Clausura de 2001, en parte gracias a un joven pero macerado Milito, que iba acercándose poco a poco a esa versión de ‘9’ que alza la voz como puente entre continentes. Fue al campeonato siguiente cuando después de atravesar aquella interminable racha negativa que le perseguía como un estigma (tres goles en sus primeros 49 encuentros con Racing), Diego contribuyó poderosamente al título que rompía la primera de las prolongadísimas rachas que el de Bernal cortaría en su extensísima carrera. De 1966 a 2001. De ‘El equipo de José’ Pezzuti; de Basile, Perfumo y Carrizo, al campeón de ‘Mostaza’ Merlo, Estévez, Schelotto y… Milito. El Príncipe, dos años después de dar aquella vuelta, daba el salto.

En su primera experiencia en Europa, Milito recaló en la Segunda División italiana. A Europa llegó como un ‘9’ puro, con 24 años. Nunca más dejaría de presentar cifras de formidable delantero, salvo en su inevitable declive físico, que le pilló en el Inter, antes de volver a la Acadé. Pero en Genoa, donde ya se hizo ídolo total, como tantos y tantos argentinos que prueban suerte en la bota, descendió a la Serie C, entre medias de episodios extradeportivos nada agradables que incumbían a la directiva. A pesar de ello, fue tal su impacto en el exigente y cerrado Calcio que para recalar en Zaragoza tuvieron los maños que soltar 6 millones de euros, una cifra realmente importante para un jugador que acababa de descender a tercera división. Allí se encontró con su hermano menor, el ‘Mariscal’ Gabriel. Lo de Milito en Zaragoza, fue brutal.

En Genoa e Inter se hizo un nombre. Fue un delantero perfecto para el Calcio italiano

Aquel Real Zaragoza -el de los Víctor, Muñoz y Fernández- juntó una serie de jugadores ofensivos de una frescura y versatilidad que dejaron huella. Pasó por la izquierda Savio, cuyos envíos al centro del área o al primer palo tenían siempre rematador. Estuvo Sergio García, también Cani o Ewerthon. Aimar y D’Alessandro después. Todos ellos supusieron el paraíso para un finalizador. Milito no era la clase de delantero que podía fabricarse goles por sí mismo, pero si la tarea recaía al 50%, tenía siempre ocasiones. «La mayor virtud que puede tener un futbolista es conocerse a sí mismo y saber cuáles son sus limitaciones. Es como cuando estás delante del portero; no siempre puedes pensar en cómo quieres chutar. A veces, no te da tiempo. Por eso siempre intento ir a lo seguro. No me gustan las tonterías, esos tiros que ni son una vaselina ni son nada. Mi fuerte es la colocación y la definición». Milito no tenía goles muy bellos pero retrataba defensas y porteros desde el oficio y la insistencia; desde la mentalidad. Esa movilidad la fue perfeccionando hasta categorizar su estilo, ajustado al tiempo de las jugadas. Después de otro descenso, incomprensible a mitad de campaña, disfrutaron, primero en Liguria y después en Lombardía, de la plenitud de ‘Il Príncipe’.

Junto a Thiago Motta y Gasperini enamoró de nuevo a toda GénovaTras lograr dos ascensos consecutivos, el Genoa De Gian Piero Gasperini llegaba a la Serie A con un plantel interesantísimo, convenciendo al propio Milito y a un Thiago Motta necesitado de minutos, confianza y liderazgo. Entre los tres, y con la ayuda del joven Criscito y el audaz Sculli, crearon un equipo notabilísimo; carismático, fresco y competitivo, que daría con el Luigi Ferrari albergando competición europea. Milito, como había dado a entender desde su primer partido en La Romareda, estaba intacto, y en el Calcio encontró un lugar perfecto para crecer desde todo plano posible. Su pase al Inter cerraría el círculo. De la mano de un tal José Mourinho, contemplaron al ‘delantero italiano’ perfecto.

En su vuelta a Racing cerró una carrera perfecta. Sólo le faltó la albiceleste

La azzurra reconoció durante casi toda su existencia como nación de fútbol a un ariete tipo que se justificaba por engrasar el armado de las dos piernas, olfatear los rebotes, ir bien de cabeza y proteger la pelota de espaldas. No tiraban desde fuera del área y cuando conducían miraban hacia abajo. Aquello se hizo norma entre los Vialli, Ravanelli, Vieri, Delvecchio, Inzaghi o Luca Toni. La magistratura ofensiva del capocannoniere que haría de Milito el ‘9’ del Inter de Mou, al que dotó de una resistencia física, un talento competitivo, un conocimiento de la posición y una sensación de ‘clutch’ absolutamente tremendos. Siempre trabajando en la presión, la salida hacia los espacios; el movimiento en busca del error ajeno y la definición frente al arco. Aquel Inter veteranísimo, pero hambriento de gloria, volvió intensos los colores del Meazza, que rara vez vio tan de verdad a los suyos. Ver fotos de aquel Milito, o de cualquier compañero, es ver el rostro de la verdad. Un triplete imposible que tuvo en Diego al hombre decisivo, apareciendo en cada instante definitivo, para romper, otra vez, una brecha de vértigo: el Inter ganaba su tercera Copa de Europa, 45 años después. Diego sumó goles en octavos, cuartos, semis y… doblete en la final del Bernabéu.

Con todo por hacer y todo finamente resuelto en Europa, Milito reservó los últimos litros del tanque para su amado Racing Club. El Cilindro y Milito vivieron una segunda etapa que ni en sueños podrían haber conformado. Volvieron a salir campeones, como en 2001; volvieron a jugar Libertadores, como en 2003. Se despidió del fútbol profesional con gol, después de dos años a un muy alto nivel que únicamente se vio empañado a nivel trayectoria por su pobre relación con la albiceleste. Apenas Bielsa le susurró al oído. Ni Basile, ni Pekerman ni Batista lo tuvieron realmente en mente. Maradona lo llamó para Sudáfrica pero no con la confianza que siempre tuvo en los clubes. El dato es esclarecedor: nunca jugó un partido entero con la camiseta de su país. La historia estaba ya plasmada. Milito no dejó a deber a nadie. Alcanzó su techo personal y puntualmente fue el amo de Europa y por supuesto, el amo de Racing Club. Todos sus goles, en Avellaneda, Zaragoza, Génova y Milan, fueron amores.

 
 

Foto: Jasper Juinen/Getty Images


20 comentarios

  • @RoselloMatias 31 mayo, 2016

    Ecos de balón+Diego Milito+mi amado Racing Club, ¿qué más se le puede pedir a la vida?

    En serio, estaba esperando este artículo. Desde que soy lector de Ecos (2012), Diego había tenido tan poca relación con esta página como con la selección argentina. Y era lógico, ya que su declive físico había comenzado y, además, el Inter pegó un bajón futbolístico muy importante luego de aquel triplete, que lo alejó de los focos. Pero nunca perdí la fe.

    ¿Qué decir de Diego? Es muy difícil. Su segunda etapa en Racing fue muy impactante. Desde lo deportivo y lo emocional. Es complejo de explicar a quienes no viven el día a día del fútbol argentino y, más concretamente, de Racing porque la huella que dejo Diego Milito es enorme. No fue sólo el título (tras trece años de sequía) y las participaciones seguidas a la Copa Libertadores, si no que cambió el ánimo del hincha y el entorno pesimista y dramático que atravesaba al club desde hace años. El eslogan "Racing positivo" fue un invento suyo (por más que la frase fue pronunciada por Diego Cocca). Amén de que los hinchas estábamos esperando a un ídolo. Alguien de quien presumir de cara a los rivales de toda la vida. Estos dos años fueron mágicos. En serio. Ir al Cilindro de Avellaneda era otra cosa totalmente diferente. Había otro clima, otra autoestima. El título del 2014, con Diego a la cabeza, revivió a Racing (como equipo y como institución).

    No hace falta decirlo, pero lo aclaro igual: el artículo es maravilloso. Es un resumen bastante preciso de su carrera, la cual (creo yo) siempre fue ascendente. Desde la Serie B hasta el mejor mes de su carrera (mayo 2010), donde alcanzó toda la gloria "de golpe", como si hubiera estado esperando ese momento desde hacía tiempo (ya que el Genoa y el Zaragoza no son equipos cuya "normalidad" te permita aspirar a títulos). Y le salía todo lo que intentaba. Tal es así, que relegó a una bestia parda como Eto´o al ostracismo de la banda. Su final de Champions, ante el Bayern, fue una cosa de locos. Además, de los dos goles, sirvió otro par. Y es cierto que sus goles nunca fueron muy estéticos, pero los dos que le marcó a Butt fueron preciosos. Probablemente de los mejores de su carrera.

    Respecto a su infructuosa relación con la selección, creo que su falta de "cartel" siempre le jugó en contra. Nunca fue una "estrella" y encima jugaba en equipos sin tanta trascendencia. En el fútbol argentino, nunca fue percibido como un gran talento (como Saviola, Aimar, D’Alessandro u otros contemporáneos). Se hizo "de abajo" y le costó ganarse su lugar de reconocimiento. Recuerdo que en el 2006, luego de hacerle cuatro goles al Real Madrid, parecía que se metía "de colado" en la lista de Pekerman pero se quedó sin balas en la recámara y Cruz ocupó su lugar. En el 2010 le pasó lo mismo. Recuerden el dolor de Maradona cuando confesó casi resignado que le había costado dejar afuera a Lavezzi. Tal vez, si su final de Champions no hubiera sido tan impactante, se habría quedado sin lugar en Sudáfrica.

    Además, tuvo mucha competencia en ese puesto y los minutos siempre escasearon. Primero compitió con Crespo (casi una leyenda en la selección), luego con Tévez y más tarde con Agüero e Higuaín. Y nunca tuvo "esa" actuación que te garantiza un lugar en la consideración del técnico. Se podría decir que eso fue demérito suyo porque en una selección tan competitiva y presionada (por hinchas y prensa) no existe aquello de dar continuidad y confianza. Tampoco tuvo ni una pizca de suerte. Me acuerdo que luego del 1-3 contra Brasil (en Rosario) Maradona estaba decidido a hacer algunos retoques, y eso incluía al nueve, pero Diego se lesionó en el Inter, antes de aquel famoso partido ante Perú donde Higuaín debutó con un gol. Y allí quedó nuevamente relegado.

    La verdad, y a pesar de la emotiva despedida del sábado pasado, es que todavía no caí en que Diego Milito ya es un ex-jugador. Supongo que entenderé la dimensión de la pérdida la próxima vez que vaya al Cilindro y él no salga a calentar. El duelo será duro. Pero siempre le estaré agradecido por todo lo que me dio como campeón, luego como "embajador académico" por el mundo y finalmente como ídolo. Se retiró el jugador, queda el mito y su legado.

    Gracias Milito!

    P.D: Y gracias Arroyo.

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  • @diegofpinedav 31 mayo, 2016

    Ha sido una carrera muy interesante la de Milito no fue el típico chico que con 19 años aparece en todos los medios de Argentina y se convierte en la sensación y en un producto de exportación. Es más casi que salió a los 24 de argentina una edad que en el afán que hoy se vive el fútbol se puede decir que estaba un poco "viejo", incluso pasó gran parte de su carrera en la clase media de las ligas top europeas. MIlito estaba al parecer destinado a ser ese tipo de jugadores reconocido y amado casi que en exclusivo por sus respectivos clubes sin ser un gran elegido para una gran noche en el fútbol europeo (aunque tuvo ese día contra el Madrid ); hasta que el Inter le dio su oportunidad y sinceramente sus años en la elite dejan bastantes recuerdos.

    realmente nunca entendí porque en el mundial 2010 no fue titular, su nivel ese año fue IMPRESIONANTE. Es que debemos entender que fue decisivo en una champions como muy pocos jugadores lo han sido, estuvo anotando en todas las llaves y aparte si mal no recuerdo hace el gol del titulo en la Serie A. Lo de Diego en ese año fue único. Para la historia quedará ese triplete como el de Mourinho, mención aparte pues hizo parecer a Julio Cesar como un arquero de máximo nivel, llevó a Maicon como el mejor en su posición, hizo productivo a Eto'o en una posición que no era la favortia para el camerunes y su gran ego y aparte eso hace de Sneijder un jugador completamente determinante. Aparte lo anterior debo confesar que esa champions para mí Milito fue el segundo más importante del equipo después de Mou osea el más importante de los jugadores y yo comparto la frase (con muy pocas excepciones) que tanto se dice en ecos "el fútbol es de los futbolistas"

    Tuve la fortuna de ir a Buenos Aires y ver el último Racing vs Lanus (quienes quedaron campeones este fin de semana) y fue especial porque el segundo gol lo anota Milito y tal como ocurre con los ídolos, cada gol de uno de ellos es especial y una hinchada tan apasionada como la es la de Racing realmente se nota mucho más cuando un jugador es especial.

    Gracias Milito

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  • @Alex_Fuentes98 31 mayo, 2016

    El recuerdo del Inter 10' es imborrable. Qué equipazo creó Don José Mourinho, 45 años después volvieron a levantar la Copa de Europa.
    Dudo mucho entre Snejider o Milito como mejor jugador de los neroazurros, pero lo del príncipito fue escandaloso (Snejider para mí debió ser Balón de Oro ese año, y estamos comparando al Diego con él…)
    Metía todas las qnue tocaba, siempre sencillo, sin florituras, control perfecto y balón a la jaula con el interior. A todos los puntas les enseñan a definir así en la escuela. El segundo gol en la final del Bernabéu es una maravilla, tenía 12 años aquel día y me acuerdo a la perfección, como rompe a Van Buyten y como la clava. Jugadorazo Milito.

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  • vi23 31 mayo, 2016

    Genial texto. Muchas gracias. Le hizo 4 goles al Real en unas semis de Copa. El mismo dijo que fue cumbre en su carrera

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  • @DavidLeonRon 31 mayo, 2016

    @RoselloMatías

    Tu mensaje queda perfecto como primer comentario del artículo. Gracias por escribirlo :)

    @diegofpinedav

    "Ha sido una carrera muy interesante la de Milito no fue el típico chico que con 19 años aparece en todos los medios de Argentina y se convierte en la sensación y en un producto de exportación"

    De hecho, tengo un conocido que es de Racing que cuando veía a Milito partirla a lo bestia en Europa no se lo creía. Un poco la repetición de lo del Piojo López, más o menos. Además, su prestigio por entonces era mucho menor que el de su hermano, que era enorme desde pequeño. Gaby Milito fue un boom.

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  • @DavidLeonRon 31 mayo, 2016

    @Alex Fuentes

    El fútbol lo ponía Sneijder, pero es cierto que la determinación que aportaba Milito y la calidad de sus movimientos eran indispensables, porque fue un año muy flojito de Etoo.

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  • Marcelino 31 mayo, 2016

    David León, como especialista en la materia, háblanos un poco de la relación-trayectoria de Diego Milito y la selección argentina. Tú explicas estas cosas mejor que nadie.

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  • hola1 31 mayo, 2016

    Que grande fue Diego Alberto…..Milito!!!! Sus temporadas en el Zaragoza y luego su gran consagracion en el Inter de Mou.

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  • @DavidLeonRon 31 mayo, 2016

    @Marcelino

    En realidad es un poco difícil de explicar. Yo creo que en cierto modo tiene que ver con que en sus inicios en Argentina no hacían ver a una figura, y eso allí queda muy marcado. Tévez no sería Tévez sin todo lo que hizo en Boca al salir. Eso te crea una masa social y un respaldo que, para mí, cuenta.

    A partir de ahí, su explosión en Europa a máximo nivel digamos que fue en 2007, año de Copa América a la que acude, pero ya están Messi y Tévez que son los titulares, por ahí andaba Crespo… digamos que no tenía el peso específico. Y luego cuando lo gana internacionalmente sale Higuaín y se repite un poco el tema (hombre de River, Real Madrid, etc). Es curioso porque en 2010 yo creo que Diego Milito era más futbolista que el Pipa, pero Gonzalo rendía bien con la Selección (casi siempre lo ha hecho, pese a todo) y era difícil moverlo. Luego en 2011 está siempre lesionado y Batista lo llama pero pasa de él porque están Higuaín, Agüero y Tévez, más Messi. Y con Sabella seguirían estos (menos Tévez, por Lavezzi) y ya no se moverían. En cierto modo, Sabella elige sus 20-25 y ya no cambió.

    Conclusión? Pues que le pilló siempre en mala etapa, no tuvo puntualidad con la Selección y su falta de "prestigio" inicial tampoco ayudó. A veces pasan este tipo de cosas.

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  • Maxi 31 mayo, 2016

    Primero y principal, mis felicitaciones al autor por este texto, asi como a @RoselloMatías por escribir el primer comentario ideal.

    Diego Milito es un caso particular. Es un tipo que toda su vida parecio estar a la sombra de alguien, que tuvo que hacerse desde abajo y al que siempre parecia que le faltaba una pizca de "algo" para llegar a ser un delantero TOP, pero que finalmente terminaba rindiendo como uno. Siempre. Cuando lo compra el Inter, yo recuerdo que acá se decía mucho que iba a "comer banco" porque en el equipo estaba Eto`o. Y si vamos a ser sinceros, yo no creo que Diego haya sido mejor jugador que el camerunes. Sin embargo, la historia ya la conocen todos. Diego juega como los dioses y Eto`o queda relegado a papel de reparto, justo lo que quería evitar con su salida del Barcelona. Pero ahi estaba Milito, siempre trabajando. Su historia es un poco como la fabula de la tortuga y la liebre. Lento pero seguro, se gano su lugar en los libros de historia. Tevez, Agüero, Aimar, Crespo o Higuain desearían tener (o haber tenido) solo una de las tantas noches mágicas de Champions que tuvo Milito en ese 2010.

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  • Arroyo 31 mayo, 2016

    @RoselloMatias @vi23

    Muchas gracias. Y gracias doblemente a Matías por exponer sus sentimientos hacia Milito. Racing Club ha vivido momentos muy muy especiales en estos dos años. Es importante que clubes históricos se reencuentren con sus ídolos y gente de la casa. Eso vale más que títulos.

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  • Arroyo 31 mayo, 2016

    @Maxi

    Gracias Maxi.

    "Diego Milito es un caso particular. Es un tipo que toda su vida parecio estar a la sombra de alguien, que tuvo que hacerse desde abajo y al que siempre parecia que le faltaba una pizca de "algo" para llegar a ser un delantero TOP, pero que finalmente terminaba rindiendo como uno."

    Te lo compro totalmente. De hecho es lo que pienso. Milito supo escapar dia tras dia en su carrera de querer ser algo que no le daba. Su relación con la pelota no era la de un virtuoso pero tenía tan claro todo y entendía tan bien los espacios y el área, los desmarques, etc. que le hizo ser un delantero formidable. El día que se despidió del fútbol todas las cuentas de Twitter de los 4 clubes donde jugó se rindieron a él. Dejó huella y éxito en los 4. Idolatradísimo en todos. Increible.

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  • @w1lt0rd 31 mayo, 2016

    "Diego sumó goles en octavos, cuartos, semis y… doblete en la final del Bernabéu."

    Y ese año no estuvo ni entre los 20 preseleccionados al Balón de Oro, donde si estuvieron Maicon o Júlio César de ese Inter.

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  • Maxi 31 mayo, 2016

    @Arroyo

    Es tal cual lo decís. Un tipo que supo sacar agua de las piedras y de exprimir hasta el máximo el (relativamente) poco verdadero talento de que disponia. Porque si uno lo mira, se da cuenta de que Milito no es ni muy alto, ni muy fuerte, ni muy rapido, ni muy habilidoso, ni muy nada… Y sin embargo, entro en la historia grande de la Champions a fuerza de trabajo y actitud. Es el anti Zlatan Ibrahimovic.

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  • @RoselloMatias 31 mayo, 2016

    Gracias por los comentarios y los "likes".

    @diegofpinedav

    "Tuve la fortuna de ir a Buenos Aires y ver el último Racing vs Lanus (quienes quedaron campeones este fin de semana) y fue especial porque el segundo gol lo anota Milito y tal como ocurre con los ídolos, cada gol de uno de ellos es especial y una hinchada tan apasionada como la es la de Racing realmente se nota mucho más cuando un jugador es especial".

    Si tuviera que armar un top con los partidos más especiales de este ciclo de dos años, creo que ese estaría entre los 5 o 6 primeros. No sólo por el triunfo ante el campeón o porque fue uno de los últimos grandes partidos que Diego jugó en Racing, si no por el contexto en el que se dio ese partido. Milito venía de partidos muy flojos y daba la impresión de que estaba "acabado", pero ese día un partidazo con gol y asistencia, y lo coronó a los 44 del segundo tiempo con una carrera de veinte metros para recuperar una pelota en la mitad de la cancha. La cancha se vino abajo. Fue muy emocionante.

    @DavidLeon

    "Además, su prestigio por entonces era mucho menor que el de su hermano, que era enorme desde pequeño. Gaby Milito fue un boom".

    Si, es cierto. De hecho, a veces, se escuchaba por lo bajo que nos había tocado el "Milito malo". Creo que su prestigio aumentó luego del título del 2001 cuando mejoró su rendimiento y sus cifras goleadores, pero siguió a la sombra de su hermano durante muchos años.

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  • danityla 31 mayo, 2016

    Todo goleador que domine el Calcio es un futbolista mayúsculo, ¿no creéis? Jugar en Italia siendo delantero debe ser una experiencia dura de cojones como poco.

    A mí, el Diego del 2010 me trajo a la cabeza cosas de mi amado Batistuta. No los comparo, pero esa determinación a la hora del golpeo y de buscar el espacio y esa pasión tan argentina al celebrar los goles (excepto el extraterrestre de Messi) que parece que se les desencajan los músculos de la cara, me traía recuerdos dorados.

    Delicioso artículo Arroyo.

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  • Arroyo 31 mayo, 2016

    @danityla

    Gracias Dani 😉

    "Hoy los chicos no tienen pasión". Lo dijo Milito recientemente. Parece claro que los tiempos han cambiado… pero el que la tenga va a triunfar.

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  • @RoselloMatias 31 mayo, 2016

    @Arroyo

    "Racing Club ha vivido momentos muy muy especiales en estos dos años. Es importante que clubes históricos se reencuentren con sus ídolos y gente de la casa. Eso vale más que títulos".

    Gracias por tus palabras. Estoy muy de acuerdo con esto que decís. A mí generación (y eso que tengo 25 años) le faltaba un ídolo. El título del 2001 había sido una conquista colectiva y si bien "Mostaza" Merlo fue el abanderado, no es lo mismo que un ídolo-jugador. Corear su nombre, elogiar sus jugadas, comprar el número 22, etc.

    De hecho, creo que en un futuro no muy lejano costará explicarle a las futuras generaciones quién fue Diego Milito y cuál fue su importancia en la historia del club porque su palmares y sus números goleadores no le harán justicia. Quien no haya vivido estos dos años no tendrá real dimensión de lo que se vivía en el día a día. Pero bueno, habrá que hacer el esfuerzo :)

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  • Nayim 1 junio, 2016

    Yo, como hincha del Zaragoza, siempre me maravillo de lo importante que es Milito en la nostalgia zaragocista. Un delantero trabajador, humilde, de sangre fría contra equipos grandes y pequeños…Y claro, goleador. Y sobre todo, inteligentísimo, siempre hacía mejor a su compañero. Un verdadero líder silencioso. Con los tiempos tan turbios que llevamos viviendo desde aquel descenso, recordar que tuvimos a jugadores como Diego es de lo poco satisfactorio que hay.

    Es cierto que siempre estuvo a la sombra de su hermano. Gabi Milito fue importantísimo, un central mayúsculo…pero Diego era especial.

    Respond
  • Alonso 2 junio, 2016

    El ultimo recuerdo feliz de mi querido Real Zaragoza es con él en el campo, y por el me hice hincha de la querida Academia. Muchisimas gracias por el articula @Arroyo

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