Se puede decir que gran parte de lo expuesto en el texto de presentación de Yannick Carrasco como fichaje del Atlético de Madrid hace ahora diez meses se ha cumplido. Tan sólo quedaba comprobar el grado de adaptación del jugador a defender su banda y a la exigencia competitiva, tanto interna como de calendario, que implica jugar en el Atlético de Simeone. Tanto la intención táctica como estílistica del fichaje ha tenido su impacto en el equipo y ha dotado a este quinto curso del técnico argentino de lo que necesitaba cuando pensó en él. Carrasco es precisamente la carta que anheló el Cholo tanto en Lisboa como en la primavera de 2015, donde cada metro del campo rival fue siempre terreno yermo.
Ante Madrid en UCL 2014 y 2015, Simeone no tuvo ‘un Carrasco’
Sin embargo, la figura del extremo belga es más la que facilita un camino y una sensación por encima de resultar una carta ganadora y determinante; un recurso muy potente antes que un discurso irrebatible. Yannick jugará. Correrá muchoA su juego aún le faltan (muchas) dosis de remate, pase y capacidad goleadora, pues únicamente cuatro goles y tres asistencias figuran en su ficha de esta campaña, unos números que no han reducido el poderío de su zancada y su cintura para sacar a su equipo desde muy atrás, por fuera y desde el eslalon, el cóctel idílico para un colectivo que durante buena parte de la final de hoy defenderá con la intención de cerrar espacios en su propia mitad de la cancha y tendrá que reducir la tremenda distancia con Navas a base de velocidad.
Vista la eliminatoria ante el Bayern de Guardiola, parece más probable que el ex del Mónaco parta desde el banquillo, circunstancia que potencia su aparición bajo determinadas circunstancias: igualdad o marcador en contra, piernas de relevo con marcador a favor y en medio de una fase de repliegue para amenazar a un rival volcado y puede que sin Casemiro, posibilidad de prórroga, etc. Su concurso, pues, está asegurado en la final. Sea como punta o como banda izquierda, Carrasco será el principal sustento del ataque del Atlético de Madrid, legitimado desde el minuto 70 precisamente desde la figura del belga, un momento de partido que no tuvo similitud alguna en los últimos tres cursos del cuadro rojiblanco a estas alturas de temporada.
Las posibilidades con Carrasco dan al Cholo esperanza al atacar
Dados los problemas de Luciano Vietto para relevar a Fernando Torres y pesar en los encuentros, y que Angel Correa y Thomas Partey representan otras amenazas algo distintas, cada sprint de Carrasco será más que oxígeno para los suyos. Garantizado su tremendo motor y zigzagueo, hay en Carrasco un cierto déficit en elegir bien la jugada; pausar, terminar las jugadas. Y eso ante Pepe, Carvajal, Casemiro o Ramos cobra mayor importancia. Al belga le cuesta esperar y no es tan brillante en acciones definitivas. Su pie conduce muy bien pero no da forma a ocasiones claras. Por contra y si además, el Real Madrid decide replegar en algunas fases de partido -en Liga en el Calderón, aunque con Benitez, así fue-, el belga por banda junto a Filipe, sería igualmente un argumento de peso para profundizar. De cualquier modo, sea cual sea su misión, Carrasco simplemente tendrá que acelerar y dar esperanzas.
JackBonaventura 28 mayo, 2016
Qué jugador más importante de cara a la final. Es tal cual. No tiene el aura de carta ganadora respecto de la final de hace dos años pero sí que es un as bajo la manga que porta la vitola de la esperanza para el Atleti y el miedo para el Madrid.
Y eso es muchísimo. Una barbaridad.
Simeone entre sus miles de preocupaciones, al menos en este punto debe de respirar hondo y sonreir. Lo más parecido al desborde indómito de su temido Di María (fundamental en la 13/14) de todos los futbolistas de la final, lo tiene uno de sus hombres.