Habría que tirar de memoria para encontrar tanta ilusión acumulada en la ciudad de Donosti. Tras retornar a Primera División en 2010, la Real Sociedad ha vivido momentos de éxito. El club ha jugado la Champions League, ha rozado una final de Copa y, aunque con evidente tono irregular, ha pululado por los puestos altos de la tabla. Pero todos esos logros, y muy especialmente el maravilloso cuarto puesto, llegaron “por sorpresa”. Al inicio de aquella 2012-2013, en San Sebastián no se tenía conciencia real del potencial de su plantilla. Este verano la cosa era distinta. Al retorno de Asier Illarramendi y la llegada de Jonathas de Jesús se unían la continuidad de Rulli, Vela o Iñigo Martínez. Pelear por Europa parecía ser el único objetivo.
En agosto la Real ilusionaba. Falló un tema clave: la velocidad
Finalizada la temporada, la Real Sociedad ha decepcionado. El nivel individual de sus principales estrellas fue globalmente insuficiente, lo que casi siempre se explica a través de problemas colectivos que impidenTodo cuesta sin piernas arriba el mejor rendimiento. En la Real, uno de esos problemas ha sido el mismo que viene azotando al proyecto desde la marcha de Antoine Griezmann, y que además es común en varios conjuntos de nuestra liga: la ausencia de velocidad arriba. Le ha pasado al Betis, al Valencia o al Málaga, y solo los de Javi Gracia han podido ocultarlo con un sobresaliente trabajo táctico. Para los donostiarras, este factor es si cabe más duro, pues este grupo de futbolistas halló gloria en 2013 siendo un estupendo colectivo al contragolpe. Hoy, la Real todavía es capaz de defenderse ante rivales de nivel (ahí están sus partidos ante Barça o Real Madrid) pero asustar a la contra ya es otra historia.
Para paliar ese defecto llegó a Anoeta Jonathas de Jesús. Ha estado lejos de conseguirlo.
Jonathas apuntaba a solución al espacio, pero no ha sido así
Apodado entre algunos analistas “el Diego Costa de los humildes”, Jonathas mostró en Elche un fútbol agresivo y profundo. Quizás su fútbol no era tan de desmarque vertical como el de Costa pero sí que había anotado goles corriendo al hueco tras pase largo. La Real lo compró por eso; para recuperar el peligro en esa fase del juego. Sin embargo, el brasileño apenas ha asustado sin la bola. Toda su (escasa) aportación ha tenido que ver con algunos toques de espalda y su presencia en el área. Digamos que pareció “otro Agirretxe” (con menos gol). Solo en el tanto anotado en San Mamés al Athletic contemplamos de verdad al Jonathas del Elche. Fue solo un chispazo. El desempeño del ariete sudamericano condenó al cuadro txuri-urdin a ser lento un año más, por más que Oyarzabal luchase por evitarlo.
Abel Rojas 13 mayo, 2016
" Apodado entre algunos analistas “el Diego Costa de los humildes” "
¿No fue el propio David quien le llamó así? ^^