¿Es esto de verdad? ¿Se trata de una fantasía? Es una simulación. Un mundo perfecto creado por una computadora. Una historia de cuento de hadas que se traduce en la realidad que percibimos de forma mecánica. Paso a paso, la historia del Leicester campeón de la Premier League 2015-2016 se fue construyendo sin errores de sistema. Era el arquetipo fantástico que todos nos creemos. La epopeya que todos queremos vivir. Era una creación de Matrix. De la nada a todos nos pareció normal y deseable que el Leicester levantara la Premier. ¿Por qué no iba a serlo? ¡Es la Premier League! La competición Coca-Cola en la que los sueños de los chicos se hacen realidad más a menudo que en ningún otro lugar. ¡El Leicester campeón de la Premier League! ¿Quién iba a evitarlo? Lo intentaron. Hubo quien dijo que aquello no estaba bien. Que era raro. Que ese equipo no defendía tan bien y que no tenía ninguna superestrella que legitimara el triunfo. En Matrix (1999), estos eran los héroes. En nuestro mundo, los villanos. ¿Cómo es eso de que nos van a despertar de esta ilusión tan placentera? La Matrix tenía que defenderse. Y lo hizo. Agent Kanté, sin trajes ni gafas, pero sí con mono de trabajo, se plantó frente a los rebeldes y se aseguró que nadie despertara. El verdadero héroe.
Kanté fue uno de los estandartes del campeonato del Leicester
Tal y como ha quedado registrado a lo largo de la temporada, el Leicester de Ranieri no es precisamente el Atlético de Madrid inglés. Su fútbol rebosa de simpleza y de huecos, aunque su carácter de unidad colectiva que piensa al unísono, quizás porque las ideas que su entrenador ha puesto en sus mentes son pocas y concretas, es sin duda destacable. Ubicados en un 4-4-2 plano, ‘Los Zorros’ se preparan prácticamente sólo para dos cosas: defender y, tras recuperar el balón, enviárselo a Vardy con premura y pasión. En esas dos tareas el hombre más importante es nuestro protagonista. Ubicado en el lado izquierdo del doble pivote (foto de arriba a la derecha), Kanté es el futbolista sobre el que gira la fase defensiva de su equipo, esa en la que participan todos. El Leicester no presiona per se, y de hecho prefiere esperar de forma bastante pasiva a que el rival transite, sin ningún trabajo específico sobre salidas de balón, pero el ímpetu del francés en el mediocampo sí que hace parecer que lo hiciera a veces. Y aquí hay que dejar claro que se trata de ímpetu y no de orden. Kanté, hoy día, no es mediocentro ni parece preparado para serlo salvo en contextos muy específicos. Sí que es un especialista defensivo que puede jugar acompañando a un mediocentro más posicional, en este caso el eficiente Drinkwater, mientras el derrocha energía yendo a por balones que el sistema de su equipo no ordena. Un mediocentro más tradicional, en el plan de Ranieri, guardaría su posición, trataría de cerrar líneas de pase y contemporizar los ataques rivales. Agent Kanté… no. La confianza que tiene en su impresionante capacidad de robo (Foto) lo llevan a buscar esa acción de forma inmediata, incluso en posiciones fuera de lo común (foto de abajo a la izquierda), saliendo de posición de formas realmente desaconsejables (foto de abajo a la derecha) que sólo tienen sentido porque Kanté siempre quita el balón.
El pie de Kanté tiene un imán que atrae los balones en posesión de los contrarios
Kanté presiona y corre por todas partes (foto de la izquierda) aunque su equipo no lo haga. Decíamos que esto lo hace porque sus facultades a la hora de recuperar balones son casi inverosímiles sino fuera porque en la memoria todavía está fresco el recuerdo de otro menudo centrocampista francés en la Premier League. Su lectura del uno contra uno y su técnica defensiva son top. Kanté sabe anticiparse a la dirección del balón y gracias a su poderío físico es capaz de llegar casi siempre antes que el destinatario del pase. Lo que es más sorprendente es como en situaciones de duelo más directo sabe aguantar el momento justo para meter el pie y rebañar pelotas. Lo hace con una precisión y un timing que asusta (Secuencia Completa). Y además, como el Agente Smith de Matrix, Kanté tiene el poder de replicarse a sí mismo. O eso parece. Está en todos lados. Parece que ya lo has superado porque ganarle la espalda es relativamente fácil (Foto), pero de súbito aparece frente a ti sin que te des cuenta. Recorre una cantidad absurda de metros por partido y mantiene carreras largas tanto en ataque como en defensa sin que eso merme luego su hiperactividad sobrehumana. Quizás el único momento de calma en fase defensiva en el que entraba era cuando el balón sobrepasaba la altura del mediocampo por la banda. Cuando eso pasaba, el francés dejaba la labor inmediata de recuperación al tándem volante-lateral y él hacía algo curioso: se ponía en el centro del área como un recurso ante el centro lateral (Foto). Aunque es pequeño, el salto vertical de Kanté no es malo y en situaciones de transición defensiva sirve para incordiar, mientras que ante esos centros laterales, sorprendentemente, se muestra como un recurso válido por su lectura: sabe a que lugar va a ir el balón y cubre bien la zona (Foto) para luego rechazar con sentido. El efecto Kanté es que a pesar de todos los huecos o facilidades que puedan dejar él o su equipo, el rival no los note. Canté se sale de los márgenes defensivos de su equipo como Smith se saltaba las leyes de la física.
El pie de Kante tiene un imán que atrae los balones en posesión de los contrarios
Claro está que lo de Kante no se quedaba solo en sus robos de balón y poderoso gasto energético. Cuando se hacía con el esférico, a diferencia de su comportamiento sin él, su fútbol era puro Leicester. Kanté verticaliza en nueve de cada diez jugadas. Agarra la pelota y sale despedido en conducción si tiene espacio (foto de la derecha) o envía un pase largo para que sea Vardy quien corra y gane metros para el Leicester. Como se mueve tanto y recupera en todos lados, no es raro verlo correr la banda, especialmente la izquierda, como un extremo (foto de arriba a la izquierda), con toques con el interior y el empeine para irse orientando mientras conduce y pequeños giros de cadera para proteger su posesión del balón. Esa, más que su conducción, que es nerviosa y poco aseada, es la gran virtud de Kanté en ataque: gira muy rápido sobre su eje tanto en estático como en movimiento para esconder el balón de quien se lo quiera quitar. Gana tiempo y ángulos de pase o senderos nuevos para conducir sin perder su frenético ritmo. Gracias a ello se convirtió en el principal socio de Vardy en sus aventuras ofensivas. También porque, repetimos, no es un pivote como tal y le gusta volar y buscar recepciones entre líneas incluso en momentos en los que lo mejor es hacer un toco y me quedo. Canté siempre toca y se va, desmarcándose muy rápido para arriba (Foto), incluso hacia las bandas (Foto) donde suele caer (Foto). No es Iniesta (Foto), pero en la Premier logra encontrar espacios para recibir por delante de la línea del balón (foto de arriba a la derecha), factor que usó el Leicester para aclarar la salida de balón (Foto) las pocas veces que no buscaba directamente a Vardy o para asentar ataques entre líneas (Foto). Finalmente hay que destacar que su pase es flojo y lento, a veces impreciso, y que le gusta hacer cambios de orientación (Foto); y que su disparo no intimida, lo cual disminuye la calidad de sus intervenciones y convierte en insípidas sus largas conducciones que suelen terminar en pérdidas de balón.
El sueño del Leicester no se hubiera cumplido sin su aporte. Con veinticinco años y el año de su vida, Kanté se encuentra en el momento álgido en el que tendrá que decirnos qué tanto hay de verdad en su fútbol. Hoy son muchas las preguntas que saltan sobre él: ¿Eso que hace es adaptable a la Champions League, la competición en la que no se mete el pie? ¿Puede llegar a ordenar sus acciones de juego? ¿Cuál es el nivel real de técnica defensiva? ¿Era producto de la inspiración mental colectiva del Leicester? La próxima temporada, siga con Ranieri o fiche por otro equipo, lo más seguro es que podamos tener una vara de medir mucho más ajustada para él. Se enfrentará a nuevas situaciones. Si se impone y crece, el fútbol habrá ganado un futbolista de grandes noches. Sino, siempre nos quedará este año maravilloso en el que fue insuperable.
···
···
HAZ CLICK AQUÍ PARA VER TODAS LAS COLECCIONES DE
– ORIGEN | ECOS –
···
@DavidLeonRon 12 mayo, 2016
En mi opinión, se trata de uno de los pocos futbolistas que en los últimos tiempos han marcado diferencias en el centro del campo de manera exclusivamente física. Lo de N'Golo Kante ha sido surrealista, con despliegues que costaba imaginar a un ritmo inhumano… dentro de la liga más física y rápida del mundo. De verdad, ha sido espectacular.
No sé si me emociona tanto en otros escenarios, como podría ser la selección francesa.