Hay una transformación visual, estética y sensorial en el Bayern Munich de la última década. Antes del Allianz Arena, el fútbol hipermoderno y las plantillas espectaculares que han hecho gigante a los bávaros, el Bayern era un club diferente. Uno recuerda el Olímpico de Munich granulando la imagen; transmitiendo una continua sensación frigorífica y gélida, de guantes de lana, césped congelado y futbolistas esteparios que trasladaban al no bávaro miedo pero pocas ganas de disfrutarlos o de empatizar: Salihamidzic, Ze Roberto, Jeremies, el van Bommel posterior, van Buyten, el primer Schweinsteiger, la antigua Bundesliga, la tradición alemana que conectaba de tan diferentes maneras y sus diferencias con cómo los jugadores se distinguen hoy de los demás.
Robbery es el último paso de un Bayern adaptado a su tiempo
Desde la cuarta Copa de Europa hasta la quinta suceden muchas cosas; entre ellas, que el Bayern maquilla todo lo que se ve. Eso llega al terreno de juego. Tras varios años de travesía algo sedienta (2007 a 2012: dos títulos de liga), la llegada de van Gaal tras una temporada 2008-2009 para olvidar, y la consolidación deRobbery narra toda una etapa del FC Bayern Franck Ribery y Arjen Robben, reubican al Bayern en una posición cómoda desde la que ascender cualquier colina. Son el francés y el holándes los que se inventan jugadas reconocibles, casi prófugas de un pasado reciente desmotivador. Su presencia creaba rutinas, trasladando al equipo en el campo y al club en estatus siempre hacia delante. Del 4-4-2 con hombres de banda de brega, rasga y llegada hacia lo que se ha convertido en legado de hoy: cuota de balón, ritmo agotador, uno contra uno y línea de fondo. A sus 32 años -misma edad en ambos-, y aún con cosas por decir, Robbery ha comenzado a decelerar sus pasos. Han notado que el testigo ha contactado en las manos de Douglas Costa y Kingsley Coman.
Como ocurre muchas veces, y en el cénit deportivo de esta sociedad, fue en una eliminatoria Bayern – Juventus de 2013 donde el ‘7’ y el ’10’ arrodillaron por ritmo al 5-3-2 de Antonio Conte. Fue una noche, la del Allianz, donde Ribery hizo dudar a Barzagli de si valía la pena seguir jugando al fútbol. Y Robben por el otro costado hacia la de Robben, acudía al área y sacudía el saco. Sin lugar a dudas, merecieron su oficiosa condición de podio mundial en uno u otro momento. Para explicarlo con letras, ellos dos recitan las líneas maestras de un proyecto que hoy perdura pero que sabe vivir sin su participación, en parte porque, aunque con diferencias, han utilizado sus moldes.
Douglas Costa es hoy pilar fundamental del Bayern vertical
Como parte de un reconocimiento paulatino llevado a cabo por Guardiola desde su llegada, el juego de extremos ha tomado mucha importancia en el Bayern que hoy llega renovado a su cita con el Benfica de Rui Vitoria. Lesiones mediante de Arjen y Franck, los fichajes de Costa y Coman, y su rapídisima adaptación tanto al puesto como al nivel, han perpetuado la posibilidad de dominar al rival desde los duelos en la banda, la profundidad individual y el centro al corazón del área, donde Lewandowski y Müller acometen con gusto combas perfectas. Coman a pie natural y Douglas creciendo desde ambos costados e incluso recibiendo y por dentro y acercándose a Kingsley, inclinaron a la Juventus hasta una prórroga definitiva. El Allianz sabe lo que va a encontrarse en los picos del área.
José Ramón 5 abril, 2016
Pienso que Douglas será la estrella en esta eliminatoria. Sus desbordes, su nueva faceta de "creador de juego" que vimos contra la Juventus está en el punto para someter a un equipo como es el Benfica.
Ojito con Nicolas Gaitán puede resaltar y ser un dolor de cabeza para los de Guardiola.