Sobre un terreno de juego por zonas impracticable, el Athletic Club se impuso por uno a cero gracias a un gol a balón parado. Como carta de presentación no parecería la más tentadora, y sin embargo leones y valencianistas protagonizaron noventa minutos que no por ásperos dejaron de ser atractivos e incluso podría decirse que estéticos. De la misma forma que lo es el abominable Saturno que Goya inmortalizó devorando a sus hijos con feroz descarnamiento. El goce no siempre tiene por qué ser bello, y el nuevo San Mamés, herido de barro y lluvia, ataviado con el gabán viejo que heredó de sus antepasados, rescató el recuerdo de antiguas hazañas locales en un partido con más aroma a UEFA que a Europa League.
La presencia de Aduriz y Raúl condicionó el choque.
Quizá porque el escenario y el origen de la historia el Athletic lo sintiera más propio que el Valencia, el arranque fue de clara iniciativa rojiblanca apoyada en el juego directo sobre sus dos grandes referencias ofensivas en estas lides. Aduriz y Raúl García, complementarios y redundantes, localizaron los primeros envites en las inmediaciones de la pareja de centrales ché, reforzada para la ocasión con Javi Fuego y Danilo Barbosa desde el mediocampo. Si bien el buen trabajo de Abdennour, espoleado por el cariz físico que tomaba el encuentro, contrarrestó en parte las consecuencias directas del bombardeo, durante buena parte del choque los locales tuvieron bajo control todo lo que ocurría a continuación.
El Athletic sí se situó en la zona que pretendíaEn primer lugar, como la presencia de Aritz y García obligaba a la defensa valencianista a cerrarse sobre ellos y a dejar espacios por banda, sobre todo Susaeta por el carril de un flojo Gayà podía profundizar y desequilibrar por fuera. Empujando al rival hacia su portería, además, el Athletic conseguía tener siempre a Iturraspe y Beñat en disposición de cortar las salidas de un Valencia que pretendía hacerlo en corto, o de ganar el rechace antes de que el esférico cruzara la divisoria. Aunque el terreno de juego y el buen hacer defensivo de Barragán evitaron que Muniain pudiera sumar demasiado, el dominio territorial rojiblanco mantenía el cerco sobre la meta de Ryan.
Negredo le dio una salida al Valencia, pero Valverde la desactivó.
La aparición de Negredo le dio salida a NevilleAdemás, cualquier falta que pudiera hacer el Valencia en su propio campo -y en él era donde más tiempo se jugaba- era convertida por los locales en un centro al área y, por lo tanto, con Aduriz, García o Laporte como rematadores, en una ocasión de peligro. En una llegó el tanto, pero con él, también, la reacción ché. Viéndose por detrás en el marcador y sintiéndose tan lejos de Herrerín, el Valencia buscó la vía rápida, que además ayer era a su vez la más despejada. Así encontró a Negredo, ganador en su particular batalla aérea con Etxeita, que acostado sobre la parcela del central diestro del Athletic pudo aprovecharse de que por arriba Iturraspe no tiene la eficacia desactivando este tipo de acciones que sí acostumbra Mikel San José. Con el vallecano ganándolas todas por el aire y tanto Rodrigo como Piatti castigando el desajuste posterior, vimos aparecer a Parejo y a la mayor parte de acciones de peligro de los valencianistas a lo largo del partido. El juego directo, durante el primer equipo, hizo las veces de organizador por parte de ambos equipos, definiendo el ritmo, encontrando los espacios y seleccionando las zonas en las que focalizar los ataques.
Valverde atajó la cuestión tras el descanso, primero dando entrada a Sabin Merino por Muniain restándole poesía al encuentro a cambio de añadirle martillo, y a continuación introduciendo a Elustondo y Mikel Rico. De esta forma se adaptó a un césped cada vez más rasgado, se protegió del juego directo ché en caso que los de Neville optaran por recuperarlo y distribuyó sus piezas de ataque de la forma que más daño podían hacerle a su oponente. Con Beñat acolchado por detrás del delantero centro, equilibrando con precisión su capacidad para domar la irregularidad del terreno de juego y lo que en él era realista plantearse, cerca estuvieron los locales de ampliar la brecha. Aduriz, otras tantas veces devorador feroz, en esta ocasión no estuvo certero en el remate.
@migquintana 11 marzo, 2016
Brutal el primer párrafo, Albert.
La verdad es que Álvaro Negredo está dando bastante a su equipo en las últimas jornadas. Voy a soltar una "chorrada", pero si estuviera teniendo un porcentaje de acierto normal de cara a puerta estaríamos hablando de su relanzamiento total. Está mucho mejor que en meses anteriores. Lo que sucede es que, claro, ni se puede imponer a todos los contextos ni tampoco es una máquina de generar números. Pero claro, aunque pueda parecer lo contrario, es que Alcácer tampoco lo está siendo del todo, así que…