El Atlético de Madrid se jugaba el liderato a domicilio frente al rival más duro de su grupo, y empleó la vez para enviar un mensaje destinado a los mejores: está aquí. Tras un mes de visible crecimiento defensivo, firmó su actuación más sólida justo el día que el calendario le subrayó.
El Atlético dio una gran claseSimeone planteó un 4-1-4-1 que se transformaba en 4-4-2 con Griezmann liberado y Koke abierto cuando tocaba defender. Y como defendió a menudo, la formación de las tres líneas fue la que más vimos. Más allá del dibujo, lo interesante fue la actitud. Como casi siempre, el Atlético priorizó la protección del espacio sobre la presión o el intento de robo, pero sin embargo, transmitió una hiperactividad inusual, corrigiendo la posición de su esquema tras cada pase o toque del balón del Benfica, para no dar ni una décima de alivio mental. Los portugueses, que contaban con hasta tres mediapuntas capaces de inventarse un gol (Guedes, Gaitán y Pizzi), no podían hacer nada. El Atleti rayó la perfección en su mitad.
Godín y Savic defendieron muy lejos de la portería de Oblak.
Para ello resultaron cruciales los centrales de Simeone. El ataque del Benfica adolecía de una carencia grave, no disponía de ningún hombre habituado a desmarcarse al espacio, los cuatro pedían el balón al pie, lo cual permitió a Godín y Savic jugar en una sola dirección, hacia adelante, y lo hicieron de maravilla. Achicaron tanto que prácticamente se encargaron ellos de la zona del mediocentro, animando a Gabi y, en especial, Saúl a dar un pase al frente y comerles aún más metros a los lisboetas.
Griezmann lanzó las transiciones con el brillo de un especialista.
Dicho esto, el Atleti no salió a empatar, sino a ganar. Las transiciones ofensivas no desmerecieron, en absoluto, al ejercicio defensivo, destacando Griezmann como pasador -desde la derecha, pero entre líneas-, Vietto como «9» heterogéneo (ojo, que viene) y el fiero llegador Saúl, que transmitió la misma jerarquía que su ayer imponente equipo.
Durante el segundo periodo, el guion cambió un poco. Entró Mitroglou y formó un doble «9», primero con Jonas y luego con Jiménez, lo cual rebajó el ímpetu de Godín y Savic y desapretó las tuercas del sistema defensivo colchonero, dando pie a que el joven Renato Sanches, el joven centrocampista creativo de da Luz, apareciera en el encuentro y dejase algún detalle de calidad. Pero cuidado con el primer tiempo del Atlético de Madrid. A ese nivel, a ver cuántos le superan en primavera.
@VGordoA 9 diciembre, 2015
Esta primavera y en esta Liga. Es segundo a sólo dos puntos del Barcelona, para mí, otra vez candidato a todo.