El Gent belga consiguió la primera victoria de su historia en la Champions League ante un Valencia inmerso en un bache profundo de juego e identidad. El Ghelamco Arena contempló la diferencia entre un equipo reconocible y sano, nivel competitivo al margen, y un boceto de nostalgia que camina sin rumbo. Los de Nuno se fueron de Bélgica con un solo tiro a puerta. Tristemente, todo lo demás fue peor.
El Valencia actual es un ejemplo modelo al que acudir cuando se argumenta que a la ausencia de fútbol sólo lo rescata el propio fútbol. De poco sirve recetar esfuerzo si éste no es sostenido por el juego. Perdida la confianza, la solución es cada vez más compleja. Kums pudo con Parejo, Fuego y Enzo PérezEl diagnóstico, no obstante, es lo más sencillo: cada balón dividido queda lejos, los esfuerzos son baldíos e individuales, las relaciones no existen y el rival juega en constante superioridad. Vista la faena de la ida, Feghouli parecía de nuevo el hombre sobre el que apoyar el desequilibrio puro o el 2×2 sobre el débil Asare. Nuno aceptó que la iniciativa sería o local o compartida y dejó a Gomes en el banquillo para intentar soltar a Parejo mientras Enzo quedaba cerca de Fuego. Terminado el tímido arreón de Sofiane sobre el flanco zurdo, el Gent apareció y ahondó en los problemas valencianistas.
El Valencia busca sistema, ánimo y victorias. Muy cuesta arriba
El resto de primera parte es tan fácil de observar como difícil de representar. Hasta el descanso se vio sufrir a cada jugador visitante. Sven Kums y Laurent Depoitre sacaron colores a medular y zaga con simples pases cercanos o apoyos y desmarques tan consecuentes como lógicos. Nada extraordinario que se volvía tal cuando todo el sistema ché, en su totalidad, sin entrar en detalle ni enfocar una zona o jugador concreto, se torcía sin decoro alguno. Timing impropio, líneas desordenadas, zagueros que se posicionaban de distinta forma al mirar al balón, etc. Fue esa laguna general la que dejó sensación de falta de intensidad. No es una razón falsa, el Valencia careció de ritmo y orden defensivo, pero como concepto, la intensidad va ligada a tu identidad. Como la camiseta, hay que ajustarla a tu talla.
En la segunda parte, el Valencia sacó orgullo y por empuje y contexto, echó atrás a los belgas, rara vez girados hacia su portería y sin ver peligrar sus mayores debilidades: la banda izquierda y la defensa del área desde el centro lateral. Piatti encontró alguna cosquilla que debió hallar mejor André Gomes. Se ganó altura y se pusieron centros pero el Gent sostuvo con comodidad, sin sudores, sin dudas. Con salud.
hola1 5 noviembre, 2015
Grave lo del Valencia…