Ayer asistimos a un potente acontecimiento cultural. Se enfrentaban Eibar y Rayo Vallecano, dos proyectos de nuestra Liga repletos de personalidad. El gusto innegociable de los madrileños por el fútbol asociativo chocaba con la presión intensa del cuadro de José Luis Mendilíbar. Además, el partido se jugaba en Ipurúa, estadio de dimensiones reducidas que, como Vallecas, genera esa mítica sensación de agobio para quien lleva la pelota. Y es que el Eibar-Rayo también fue un homenaje al jugador de hoy, que convive (y resiste) con un fútbol de extremo nivel táctico. En días así, agarrar la bola y disfrutar un momento junto a ella es imposible. Todo va a mil por hora.
El Eibar ganó con justicia gracias a su enorme presión y contra
Como decíamos, el Rayo saltó al césped sin ninguna intención de variar su estilo. Su trabajada salida de balón arrancó dejándose ver, metiendo al Rayo en campo contrario. Una situación que Mendilíbar no iba a permitir por mucho tiempo. El Eibar empezó a soltar a Dani García y Escalante para que presionaran, logrando así los primeros robos decisivos del choque. En realidad, como ambos conjuntos mostraban agresividad para quitarla, el encuentro se disputaba en escasos metros, sin que nadie, absolutamente nadie, tuviera tres segundos para disfrutar del esférico en el pie. Ritmo asfixiante.
Aun así, el Eibar poseía el control táctico. Los locales obligaban al Rayo a jugar por fuera si querían progresar, trampa que tenía como objetivo pillarle la espalda a sus avanzados laterales (automatismo típico de los vascos). Saúl Berjón y Keko –tremendo en todas las facetas– salían por piernas, leyendo perfectamente los huecos que iban dejando sus adversarios. A ellos se sumó un Borja Bastón que se movía mejor que nunca hacia las bandas, con el 1-0 como ejemplo.
Mendilíbar fue interpretando el partido de manera inteligente
La primera parte del Eibar había sido digna de estudio, casi insuperable en aspectos de presión, esfuerzo y colocación defensiva. Quizá por eso, porque la perfección no dura, Mendilíbar ordenó un paso atrás para descansar un rato. El Rayo halló el tiempo y espacio para juntar pases y suministrar balones a Bebé, que anduvo inspirado en el desborde toda la mañana. Paco Jémez redobló la apuesta con Lass muy abierto en el otro lado y Manucho junto a Javi Guerra en el área, pero el Rayo apenas inquietó. Una vez recobradas las energías, el Eibar volvió a presionar, mereciendo ganar el partido por más goles. En Ipurúa no juega ningún genio, pero su equipo aglutina gran cantidad de características de estos tiempos modernos.
Iravic 2 noviembre, 2015
Así es el eibar, impresionante, grandes ayudas uno al otro en defensa, gran presión en campo contrarió y robar y salir a las contras. Tan simple como complicado. En este último concepto me quiero quedar, mi pregunta a todo ecos del balón (y no ecos) es el siguiente, el viernes en rueda de prensa le preguntaron a mendilibar sobre Hajrovic (que todavía no a debutado), respondió que hoy por hoy lo tiene difícil jugar ya que el equipo esta muy bien. Alguno a seguido algo sobre este jugador en el werder bremen o en el galatasaray, pienso que es un jugador que se adaptaría perfectamente en ese rol del eibar para salir a las contras, que opináis? alguno me puede dar mas detalles sobre este jugador? tengo entendido que tiene un gran golpeo y desborde, lo veo ideal para este sistema del eibar, a lo mejor peca en trabajos defensivos que es lo que pide mendi y en donde saul, inui y keko son unos portentos en físicos. Sobre todo keko.