En lo que a la fase de clasificación se refiere, la nueva Eurocopa de 24 selecciones es un rotundo éxito. En Francia ya podremos medir su impacto total con lo que suceda en las últimas rondas del torneo, pero de momento el cambio de normativa de la UEFA no ha hecho sino incrementar la emoción, el espectáculo y, por encima de todo, la competitividad en estos parones. La clave es que absolutamente todas las selecciones han visto posible la clasificación, lo que ha derivado en una implicación máxima por parte de todos los países que ha impedido que los aristócratas se relajaran. Así, mientras combinados como el de Chipre o Islas Feroe gustaban pese a irse quedando lejos de los dos primeros puestos, selecciones como Bélgica, Alemania o Italia vieron como se les podía complicar cada encuentro. Por no hablar, claro, de una Holanda que ahora mismo está más lejos de París que Austria, Islandia, Gales o Rumanía.
Estas cuatro selecciones, a las que habría que sumar a Albania pese a lo sucedido anoche, han sido las sorpresas más positivas de esta apretada fase previa. Un hecho que, además, se explica de manera bastante parecida en todas ellas, pues tanto las que ya están clasificadas (Austria e Islandia) como las que están en proceso (Gales y Rumanía) son las selecciones menos goleadas del Viejo Continente. Entre las cuatro únicamente suman 10 goles en contra en 33 partidos, una cifra bastante inferior a la de 19 que por ejemplo sumarían los cuatro semifinalistas de la Eurocopa 2012. Dicho esto, la cuestión es cómo lo han conseguido y si esta forma es parecida.
Austria sólo había acudido a su propia Eurocopa en 2008.
– Austria: 22 puntos y 3 goles en contra. El de Marcel Koller es el clásico equipo que juega como si fuera un club en vez de como una selección. Es decir, todas sus piezas forman parte de un todo muy bien definido que cuenta con unos automatismos más propios del día a día que del mes a mes. De esta manera, los austriacos dibujan un 4-2-3-1 que suele acomodarse en un repliegue muy ordenado que no presenta fractura alguna. Sobre todo porque su carril central es realmente potente. Con Dragovic & Hinteregger conformando una sólida y muy complementaria pareja de centrales y el impacto físico de Alaba & Baumgartlinger en el doble pivote, al que a veces se suma Ilsanker como un perfil más posicional, Austria no tiene que temer nada por dentro.
– Islandia: 19 puntos y 3 goles en contra. Después de rozar su primer Mundial en 2013, Islandia debutará en una Eurocopa tras completar una brillante fase previa. Un éxito que, además, viene de lejos. El país lleva tiempo apostando por el fútbol a través de una mejor formación y organización, lo cual ha empujado a una joven hornada de talentosos futbolistas que, cuando se enfundan la camiseta nacional, juegan como un único ente. Y esto es prácticamente literal. Islandia no es un conjunto defensivo per se, sólo hay que ver el perfil de los dos medios de su 4-4-2, pero todos sus jugadores trabajan sin balón. Como si fuera el Sporting de Abelardo, en el aspecto emocional y futbolístico, el islandés es un equipo que juega con las líneas muy juntas, en el que los extremos corren tanto hacia adelante como para atrás y en el que los delanteros son los primeros defensores de Lagerbäck.
Gales espera seguir a Islandia y debutar en una Eurocopa.
– Gales: 18 puntos y 2 goles en contra. Si la Gales de Chris Coleman está tan cerca de una hazaña histórica para el país es, en gran parte, gracias a la presencia de Gareth Bale. El del Real Madrid no sólo ha marcado los goles, como era de esperar, sino que además ha permitido a su equipo vivir muy cómodo atrás con su línea de cinco defensas y tres centrocampistas. Bale no les pedía nada con balón, en parte porque sólo Ramsey podía ayudarle en algo. Lo que tenían que hacer estos ocho jugadores, a los que hay que sumar al portero y al carismático Robson-Kanu, simplemente era asegurar el cero en su portería. Y así lo han hecho en seis de los ocho partidos disputados. A base de bastante orden, mucho salto y todavía más despejes, cada gol del «Expreso de Cardiff» ha sido decisivo para acercarse a París.
– Rumanía: 17 puntos y 2 goles en contra. Decía Mircea Lucescu en una entrevista que el único momento en el que tuvo que renunciar a su idea de «jugar bonito» fue en su paso como seleccionador rumano, hecho que le llevó a la Eurocopa de 1984 tras sólo recibir 3 goles en 8 partidos. Y es que, pese a que su generación más recordada brillara por su producción ofensiva, Rumanía siempre ha obtenido buenos resultados cuando ha sido capaz de imponer su solidez defensiva. En su caso, el veterano Iordanescu lo ha conseguido apelando a la tradicional intensidad y nervio rumano para así realizar una presión bastante alta que luego da paso a un ataque muy vertical. Cierto es que su grupo no era excesivamente complicado, pero el buen hacer coral y el desempeño de Chiriches o Bogdan Stancu bien merece regresar a una gran cita internacional tras ocho años lejos de las mismas.
hola1 9 octubre, 2015
A lo de Rumania hay que aclarar que estaba en el grupo mas flojito de la clasificacion. Las otra 3 si que tienen mucho merito.