La victoria de Chipre en Israel propició que la selección de Gales se clasificase anoche para la primera Eurocopa de toda su historia. Sin duda, el éxito de The Dragoons está ligado de modo íntimo a la épica liguilla completada por su estrella, Gareth Bale, presente en más del 80% de los goles anotados y justificante de un sistema de juego poco dado a las alegrías. Pero, ¿hay algo más aparte de la estrella blanca?
Chris Coleman usa 3 centralesEl entrenador Chris Coleman se postula como el primer nombre que merece citación. Se trata de un técnico joven y entusiasta que ha contagiado al grupo de un optimismo exuberante que ha hecho posible lo imposible hasta ayer. En lo referido al ánimo, su fuerza ha sido comparable al «efecto Klopp»; y en lo táctico, dio con dos hallazgos que resultaron capitales: la posición de Gareth Bale como segundo punta y la instauración de la defensa de tres centrales. El binomio seleccionador-ídolo ha sido la inspiración de un grupo de futbolistas que, sin ellos, no son superiores a casi nadie, sino uno de los peores equipos nacionales del continente.
En el submundo que entre ambos crearon, los tres pilares tácticos han sido los siguientes:
1. Ashley Williams. Central y capitán. Se antoja el mayor beneficiario de la defensa de cinco. Como casi todos los zagueros promedio de la Premier, atesora un físico poderoso y carece de lectura analítica; se muestra capaz en campo abierto y en el juego aéreo, y torpe ante estilos más indirectos o asociativos. Estar escoltado por dos centrales más le ha permitido adoptar sin miedo una actitud muy agresiva, muy basada en la anticipación, que ha dotado a Gales de cierta identidad.
2. Aaron Ramsey. El teórico número dos de la selección no ha encontrado su sitio en ella a fecha de hoy, no ha logrado encontrar la manera de sumar con continuidad, pero ni se le puede culpar por ello -la calidad asociativa de Gales es ínfima- ni eso ha sido impedimento para que demuestre que, en efecto, es el número dos. Su posición ha ido cambiando el sistema según el encuentro. A veces, jugaba a la altura de Bale y el dibujo era un 5-2-3; en las otras, bajaba unos metros y esbozaba un 5-3-2. Los únicos pases que permitieron a Bale empezar sus jugadas con un mínimo de ventaja fueron del gunner. Pero Gales necesitará que Aaron mejore si quiera ganar algún partido en Francia. Tanto sus números (1 gol y 0 asistencias en 7 partidos) como su peso deben ir a más.
Robson-Kanu no tiene calidad para jugar en las grandes ligas.
3. Hal Robson-Kanu. El compañero ofensivo de Bale constituye la prueba más firme de que Bale no es normal y que su torneo lo ha sido aún menos. Robson-Kanu, colmado de alabanzas durante la fase de clasificación y convertido en uno de los hombres fetiche de la misma, es un ariete que en sus últimos 38 partidos de Championship (segunda inglesa) ha marcado 1 gol. Las particularidades que han hecho de Hal un complemento apto para Gareth residen en su capacidad para recibir juego directo -propicia tanto peinadas como segundas jugadas cerca de la frontal- y, sobre todo, en que al carecer por completo de olfato goleador, huye del área, lo cual abre pasillos para las irrupciones de Bale en esta. Por supuesto, a su movilidad ofensiva agrega un sacrificio defensivo que conecta con el espíritu del grupo y realza ese compromiso que ha llevado a The Dragoons no ya a clasificarse, sino incluso a batir a Bélgica en el global sus duelos directos.
Pero Gales está muy lejos de ser una de esas selecciones sugerentes que a veces se gestan en países de escasa tradición alrededor de una generación inesperada y excepcional. Como equipo, no hay nada que haga especialmente bien. Su clasificación ha sido el resultado de un momento de optimismo provocado por el carisma de su entrenador y del rendimiento de uno de los mejores futbolistas del mundo en estado de gracia.
@DavidLeonRon 11 octubre, 2015
Yo reconozco que, cuando los he visto, me han parecido un equipo flojísimo. Eso sí, Gales ha hecho de sus limitaciones algo carismático, y en eso seguro que hay mucho de su entrenador, al que aprecio sin conocer demasiado.
Todos seremos un poco de Gales en Francia, y nos emocionaremos con lo que pueda ofrecer Bale en el torneo.