Basta un rápido vistazo por Europa para comprobar la premisa: no abundan los grandes centrales. Incluso gigantes como el Manchester United sufren para encontrar uno a la altura de la camiseta. Un buen zaguero hoy es oro. Por eso, muy pocas cosas dan más placer a un club que descubrir a un central joven y prometedor con años de fútbol por delante. Por citar dos casos bien conocidos, muy pocos fichajes habrán dejado más satisfechos a Barça y Madrid que los de Gerard Piqué y Raphael Varane. El Villarreal sentirá algo parecido con Eric Bailly, aunque tenga a El Madrigal en estado de nervios.
Eric Bailly parece relevante en el futuro del Submarino amarillo
Eric Bailly es un defensa de 21 años con todos los atributos físicos más destacados de la raza negra. Goza de una agilidad felina que le permite despejar centros de chilena o abrirse de piernas en pos de un corte milagroso.Bailly es poder físico de élite Su salto vertical es notable, lo que unido a su 1,87 hace que cabecee con frecuencia pese a no tener aún control total del equilibrio de su cuerpo. Y luego está el tema de su velocidad. Corriendo hacia atrás, Bailly es un animal. Recupera distancias con una superioridad difícil de creer. Dan casi igual los metros de desventaja que lleve con el delantero; si Eric arranca, con gran probabilidad atrapará a su presa. Una virtud de enorme valor para equipos que quieran defender arriba.
El problema es que ser central es mucho más que quitarle la pelota al rival. Una característica clave de un buen defensa es transmitir tranquilidad al entorno, y en eso Bailly todavía falla. Sacando laEric aún inspira nerviosismo pelota, por ejemplo, Eric es caótico, impreciso. Da la sensación de que su toque de pelota (que no es malo de por sí) puede ser interceptado, o que realizará un mal control de balón en cualquier momento. Por otro lado, cuando está quieto, defendiendo en su área, no puede evitar sentirse nervioso, con ganas de intervenir. Necesita actividad. Por eso aún le suceden accidentes tan estrafalarios como ante el Celta, partido en el que vio dos amarillas en diez minutos por un innecesario mal control de pecho y por darle con la mano a la bola tras pasarse de rosca en un cruce.
Si Mateo Musacchio vuelve bien, Marcelino tendrá que decidir
La inminente y deseada vuelta de Mateo Musacchio a los terrenos de juego abrirá el debate sobre si Bailly debe seguir siendo titular. Con Víctor Ruíz consolidado en el perfil izquierdo –pesa su condición de zurdo–, el regreso de uno de los capitanes, a priori, llevaría al costamarfileño a la suplencia. Pero Bailly es importante en el proyecto del Villarreal. Su proyección reclama minutos de juego para su correcta educación. En cierto modo, Bailly es como un cachorrillo que demanda correr, saltar y morder para descubrir sus capacidades. Y como todo cachorro, necesita salir a jugar al campo. Así es como se les adiestra, no metiéndolos en un banquillo.
Gonzaalodaniel 30 octubre, 2015
Es muy cierto el hecho de que Bailly cómo proyecto a futuro debe jugar para precisamente ganar experiencia, como a día de hoy lo ha hecho. Pero también es cierto que Musacchio es muy importante para el submarino amarillo, es uno de sus capitanes y, de no ser por su lesión, hoy lo veríamos convocado regularmente con la selección Argentina.
En mi opinión, Bailly debería pasar a ser el 3er central, pero no quedarse en el banquillo y ya. Más bien gestionar sus minutos de forma adecuada, un buen ejemplo sería el papel de Ramiro Funes Mori en Everton, partiendo por detrás de Jagielka y Stones.
Un ejemplo de lo que no debe pasar con el, es lo que hoy en día le está sucediendo a Alvarez Balanta en River. Desde la épica aparición de Funes Mori, pasó de ser uno de los pilares defensivos de River Plate, pretendido por varios clubes de Europa, a no tener continuidad por el nivel demostrado por Ramiro. Con la partida de Ramiro, el puesto volvió a ser de Balanta, pero desde que volvió a tener continuidad que está en un nivel bajisimo, es inexplicable el bajo nivel de Balanta. Marcelino debe tener cuidado con Bailly, no permitir que un caso similar ocurra con el regreso de Musacchio.