La previa de este Manchester United – Liverpool estaba marcada por la visita que Carrick y Rooney habían hecho al despacho de Louis van Gaal, con el objetivo de comunicar al técnico el descontento de la plantilla con algunos de sus métodos. El neerlandés dejó claro en rueda de prensa que “no es un dictador, y sí un comunicador”, para rematar con un truco: “si me convencen con buenos argumentos, entonces podríamos cambiar nuestro plan de partido”. No ocurrió esta vez, y vimos que los red devils mantuvieron la idea de juego presentada en este arranque de temporada, incluso contando con algunas bajas muy importantes, como la del propio Wayne Rooney.
Baja que fue cubierta por Marouane Fellaini, que actuó como delantero centro. El belga, en los últimos partidos de la pasada temporada, se convirtió en pieza clave de la estructura del equipo. Desde su antigua posición de interior izquierdo, Van Gaal simplificó la salida mandándole envíos directos que él bajaba con suficiencia, y tras los que el equipo se establecía en campo rival. Sin embargo, esta vez su presencia no provocó un torrente de pelotas aéreas. Van Gaal ha diseñado una salida de pelota muy creativa, en la que Carrick puede aparecer en zona de lateral, Blind romper para abrir una línea de pase cerca del mediocentro, o Schweinsteiger arrastrar una marca con un movimiento agresivo. El Manchester United volvió a dominar a partir de una salida de balón pausada y precisa.
La salida de balón es marca patentada del United de Louis.
Sólo Benteke inquietaba algo en el LiverpoolEs cierto que los de Louis van Gaal no sintieron la necesidad de pedir desahogo a Fellaini, y esto tuvo mucho que ver con la actitud defensiva del Liverpool. Fueron pocas las veces que el Manchester United tuvo que eludir a un grupo de futbolistas visitantes lanzados con agresividad con la intención de incomodar esa fase de salida. Aunque los Blind, Carrick y compañía lo solventaron bien cuando fue necesario, no estuvieron demasiado exigidos en este sentido. El Liverpool se posicionó en un 4-1-4-1 a baja altura, y dejó descolgado a un Benteke que significó el único recurso para que los de Rodgers pisasen campo rival en alguna ocasión. Los despejes o pases rasos desde posiciones muy retrasadas -el Liverpool recuperaba muy lejos de la meta de de Gea- eran bien gestionados por el punta belga. Fue intermitente, pero al menos significó una opción.
Al ManUnited le faltaba esta última marchaEl dominio del Manchester United era amplio y consistente: salía con seguridad, y llegaba a 30 metros de portería con continuidad. Los movimientos interiores de Mata o la enorme movilidad de Ander Herrera por delante de la línea de la pelota hacían de puente para que esos primeros pases acabasen en la zona previa a la finalización. Fue allí, sin embargo, cuando al Manchester United le faltó afilar el cuchillo. El sistema demanda que su extremo izquierdo –Memphis Depay– sea el que cree la ventaja. Mata y Ander suben la posesión, pero no desbordan a su marca, y es el hombre de la otra banda el que espera abierto para pegar el acelerón final. Memphis lo intentó, pero se vio claramente superado por un Clyne que, con su explosividad, se rehacía una y otra vez de los intentos de uno contra uno del ex del PSV Eindhoven. Van Gaal movió ficha sustituyendo a su compatriota en el descanso, y la entrada de Ashley Young cambió el panorama.
Curiosamente, Ashley Young fue más decisivo que Memphis.
El ex del Aston Villa desbordó en su primera recepción abierta, sacó una falta, y el Manchester United se puso por delante. Ashley Young tiene mucho menos gol que Memphis, pero su conducción y desborde son un recurso que encaja perfectamente en el sistema de Louis van Gaal. Sólo un precioso golazo de chilena de Benteke generó algo de incertidumbre en una grada que, tras un penalti transformado por Ander Herrera, veía el partido en el bolsillo. Sin embargo, ese 2-1 parcial le dio aún más valor al debut de Martial. El francés cerró el resultado con un soberbio tanto plagado de habilidad, conducción y definición, e indiscutiblemente acabó convirtiéndose en uno de los nombres propios de la noche. El debate está abierto: Martial ¿cómo y dónde? Desde luego, el chico, aunque aún debe demostrar muchas cosas en la élite, tiene regate, sabe finalizar y encima, se lo cree. Tres recursos de oro para ayudar a afilar un sistema que -y esto es algo valiosísimo- ya tiene forma.
@Javi15195 13 septiembre, 2015
El United dominó con personalidad pero le falta claridad en campo rival. El Liverpool le facilitó asentarse arriba pero sus planos ataques se estancaban una y otra vez. Al menos veo al United cada vez más encauzado para buscar un estilo.
El United dominó con personalidad pero le falta claridad en campo rival. El Liverpool le facilitó asentarse arriba pero sus planos ataques se estancaban una y otra vez. Al menos veo al United cada vez más encauzado para buscar un estilo.
En cuanto a los reds, siguen con su principal problemas de raíz: no sabe que quiere ser. A partir de ahí, derivan el resto de males: planificación de fichajes, planteamientos, crear un estilo de juego… El equipo padece síntomas del año pasado: cambia de esquemas, compite con jugadores fuera de su posición habitual, no evoluciona a lo largo del partido… Todo porque, sinceramente, no hay plan para jugar. Muy pobre este equipo
El problema del Liverpool es que sus mejores partidos llegan en el segundo tramo de temporada. Han bajado en calidad con respecto a los dos primeros años pero es en este periodo cuando más puntos suman. Si no logran arrancar antes, pueden sufrir para alcanzar los objetivos de este año. Sobretodo deberán dar el do de pecho fuera de casa para saber de qué madera está hecho este equipo. Tienen un suculento desafío en sus próximas cuatro visitas en Premier: Goodison Park, White Hart Lane, Stamford Bridge y Etihad Stadium. Cuatro estadios que serán una buena vara de medir.