
«Y será entonces, en el espacio extendido entre la sierra de Cochinoca y el cabo San Pío de la isla Grande de Tierra del Fuego, cuando surgirá él, cual cometa presagiando la llegada de algo mayor. Menudo, ligero, de cabellera pintoresca, que la tocará con el pie derecho, como un ángel. Será amado. También por D10S, que entonces será niño, de regate incesante, imparable, y zurda ya inmortal. Generación tras generación, en el ciclo del fútbol.» (Anónimo).
En el año 74 del siglo XX, Ricardo Enrique Bochini se consolidó como estrella argentina y símbolo del fútbol que le gustaba a la gente. Maradona, embelesado por su juego, lo disfrutaba e imitaba mientras se acercaba a su sueño de ser profesional.
Más de dos décadas después, con la profecía olvidada, o mejor dicho, deteriorada por abuso, algo pasó en el estadio Monumental de Buenos Aires. Fue el aviso del segundo advenimiento, el de Lionel Messi, aunque en aquel instante, nadie se dio cuenta.
El Payaso y los Cuatro Fantásticos
Eran tiempos felices para River Plate. Acababa de ganar la Copa Libertadores frente al América de Cali de la mano del príncipe Enzo Francescoli. Hernán Crespo lo acompañaba en aquella punta de ataque, y el extraordinario Ariel Ortega los alimentaba desde la segunda línea, mientras que figuras de renombre internacional como Sorín, Almeyda, Celso Ayala o el «Mono» Burgos ponían cimientos a aquel equipo, uno de los últimos latinoamericanos que poco tuvieron que envidiar a las potencias de la vieja Europa. Luego se alzaría con el torneo Apertura de 1996, título que constaría en el Palmarés de todos estos jefes y de un pibe de 16 años al que se le permitió compartir una noche con ellos. Le apodaban «El Payaso».
El jugador favorito del Diego era una «gallina»El mote generaba conflicto. De hecho, el chico no lo aceptaba; aunque la verdad, su pinta esbozaba sonrisas. Su cabeza llena de rizos mantenía una proporción de dibujo animado con respecto al resto de su cuerpo, el lunar de su rostro resultaba simpático y encima parecía vestir tres tallas más de la que le convenía, provocando una imagen bombacha en consonancia con los pantalones de Aladdin o, efectivamente, con algunos payasos de circo. Además, el fútbol de Aimar era muy divertido. Basado en la pared, que tan como propia siente Argentina y todavía más la afición millonaria, salpicaba esos pases con eslaloms, giros y variados gestos técnicos llenos de engaño, a una velocidad perfecta en términos lúdicos, pues compaginaba la eficacia productiva con el agrado al ojo humano, que se daba cuenta de todo. Era un show involuntario. Maradona decía que nadie le llenaba como él.
Aimar sucedió al Burro tras cumplir la mayoríaOcurría que Aimar, inteligente, quería separarse de la etiqueta excéntrica que solía preceder a cada nuevo talento argentino, y era de justicia que así fuese. Desde que llegó a Primera, mostró una profesionalidad, una seriedad y un carácter que denotaban no sólo madurez, sino también una pasta especial, diferente. Y el mismo cariz le aplicaba a su fútbol. Pese a tratarse de un auténtico fenómeno técnico, capaz de obrar la filigrana más vistosa, Aimar jamás se perdió en el preciosismo. Era futbolista-futbolista, su obligación y deseo consistían en la victoria y el camino más corto hacia la misma era jugar bien, con equilibrio y respeto. Fue justo esta manera de afrontar su oficio lo que le facilitó cumplir la primera misión imposible que le fue encomendada: recoger el testigo del «Burrito» Ortega en el verano del 97, cuando éste, que quizá era el atacante más desequilibrante de Sudamérica, se mudó a Valencia para desgracia de Van Gaal y del Barcelona. Ariel faltó en casa cuatro cursos completos, en los que River, con Aimar llevando la «10», campeonó cuatro veces: en dos Aperturas y dos Clausuras.
La segunda mitad del año 2000 sería vivida con una intensidad bárbara por Aimar y la afición de River.
Sin embargo, los momentos más inolvidables se agolparon sin duda llegando al final, mediado el año 2000. El bombo de cuartos de final de la Copa Libertadores se mostró caprichoso y emparejó al River de Aimar y Saviola contra el Boca de Riquelme. La eliminatoria paralizó el planeta fútbol y puso a la Liga argentina en un lugar privilegiado. La ida se presentó con un despliegue de juego alegre y ofensivo made in River Plate, con Pablo tocando la pelota de modo compulsivo y el Conejo sembrando el pánico en la zaga bostera. Paulatinamente, el encuentro giró porque Riquelme era muy bueno, pero un heroico Yepes mantuvo el 2-1 que daba ventaja a los millonarios para visitar la Bombonera. Una vez allá, lo dicho: Riquelme era terrible. River poseía un ataque más eléctrico, rico y bonito, pero Juan Román dominó la noche hasta convertir en dolor humano la frustración deportiva. Boca la recuerda como una de sus más felices, y como la del retorno de Palermo, que reapareció, marcando el 3-0 definitivo, tras seis meses de lesión. Aimar sufrió muchísimo.
Y como por arte de magia y cura de balón, Ariel Ortega, quien había emigrado a Europa para que Aimar se erigiese como el gran líder, regresó al Monumental tras su díscola aventura transoceánica. Durante seis meses, ambos convivirían junto a Juan Pablo Ángel y el propio Javier Pedro Saviola, dando origen al eterno River Plate de los Cuatro Fantásticos, presentado en sociedad el 27 de agosto de aquel 2000, en un River 4-Rosario Central 1. Reviviendo tan solo el resumen de aquel choque, así como el timbre de voz usado por los locutores nacionales para expresar cómo jugaban, se comprende el brutal impacto cultural que imprimió aquel conjunto. Ángel fijando como delantero centro, Saviola picando a los espacios, Ortega burreándose a sus inferiores y Aimar uniendo a los tres cracks encadenaron exhibición tras exhibición. A base de toque y arte, borraron del corazón de River la pena por la caída ante Boca. Pero llegaría la primera despedida de Pablo Aimar. Era imposible retenerlo. El Valencia de Héctor Cúper, uno de los equipos TOP de la Champions League, había pagado por él 24 millones de €uros.
La Final de 2001 y el Valencia de Benítez
Pablo Aimar debutó como ché en un partido de Liga de Campeones contra el Manchester United. Sir Alex Ferguson y su histórico doble pivote, formado por Roy Keane y Paul Scholes, le dieron la bienvenida. Quien escribe este texto tenía entonces 12 años y nunca, nunca, olvidará la viva pasión que Michael Robinson y, sobre todo, Carlos Martínez transmitieron durante la emisión del choque en Canal Plus. Aimar completó una actuación absolutamente cautivadora. Enamoró a España en 45 minutos. Qué pedazo de mago, por favor.
Héctor Cúper, técnico de fama ultra defensiva ganada a pulso, representaba un caso curioso. Aunque el fútbol de sus equipos era sin duda conservador, sus alineaciones parecían súper ofensivas. Aquel día salió con Baraja (de pivote), Kily González (de interior izquierdo), Angulo (de interior derecho), Mendieta (de mediapunta), Aimar (de delantero) y Carew (de delantero) a la vez. Con dicha configuración, a Pablo le costó entrar en juego, sus apariciones fueron esporádicas. En el segundo periodo, Mendieta bajó al interior derecho, Angulo subió a la delantera y Aimar bajó a la mediapunta. Y comenzó la obra maestra. Mestalla había disfrutado (a cuenta-gotas, pero disfrutado) de la inagotable magia del Burrito Ortega hacía apenas un rato, pero el virtuosismo asociativo de ese Aimar, sus paredes y su pausa cabal… aquello era otra cosa. Sin demora, se convirtió en una estrella.
Aimar fue suplido en el minuto 45 de la FinalAquella misma temporada el Valencia volvería a jugar la Final del torneo máximo, doce meses después de la durísima derrota en París. Por desgracia, se ahogó en la orilla de nuevo. En esa ocasión, en la tanda de penaltis. El equipo estaba más preparado y compitió contra el Bayern de igual a igual, tanto con el plan A como con el plan B. El primero contaba con Aimar, de mediapunta, escoltado por el mediocentro Baraja y los interiores Mendieta y Kily. Pablo jugó bien, pero no estaba dominando el encuentro ni mucho menos, incluso le faltó un poco de presencia. Por eso, en el minuto 45, Cúper le quitó del campo y dio entrada a Albelda, transformando el 4-3-1-2 (rombo) en un 4-4-2 con doble pivote. La decisión no perjudicó demasiado, además Effenberg estaba disputando el mejor partido de su vida y había que intentar algo para reducirlo, pero como se perdió, aquello trajo cola. Se consideró la gota que colmó el vaso del conservadurismo de Cúper. Se marchó al Inter. Y a Mestalla, llegó Rafa Benítez.
Benítez cambió el 4-3-1-2 de Cúper (rombo y dos puntas) por un 4-2-3-1 (doble pivote y un punta), pero el Valencia fue más ofensivo.
Benítez supuso una cuasi-revolución. Y era lo mínimo. Mendieta se había marchado a la Lazio y, sin él, el sistema de Cúper no se sostenía. Entre todas las que tomó, sobresalieron dos decisiones que dieron forma al nuevo Valencia. La primera, apostar radicalmente por el doble pivote Albelda-Baraja, tan denostado hasta entonces. Como consecuencia, Rubén explotó hasta convertirse en uno de los centrocampistas más dictatoriales del circuito europeo. A menudo se le recuerda como un llegador, pero fue bastante más que eso. Baraja actuaba de auténtico cerebro, era capaz de articular una posesión y un ataque organizado muy versátil, y liberarle, descargarle de la obligación de guardarle la espalda al resto, fomentó su participación ofensiva. Y así, el Valencia ganó posesión. Eso sonaba a música para Aimar, pero quedaba un escollo para él. En pos de formar un doble pivote, una de las tres posiciones del ataque debía desaparecer: o se jugaba sin mediapunta, o se jugaba con un solo delantero. Pablo resultaba amenazado. Sus cifras goleadoras eran ínfimas, y el plantel ché no disponía de ningún killer capaz de soportar por sí mismo toda la carga anotadora. Pese a ello, Benítez confió en Aimar. Hubo de convivir con la falta de pegada, fue una limitación real e importante, pero compensó. El péndulo conformado por Baraja y Aimar, a pleno rendimiento, dominó la Liga. Puede decirse, así para empezar, que Rafa Benítez regaló a Europa al gran Aimar. Sucedió tal cual.
Aimar ocupaba todo el ancho del campoRevisitando los partidos del Valencia de las dos Ligas, lo que más asombra de Pablo Aimar, con suma diferencia, es la enorme cantidad de metros que abarcaba. A lo ancho del campo, cubría la práctica totalidad del terreno, iba de banda a banda, sin perder electricidad. Y ahí residía su faceta más condicionante. Estaba constantemente ofreciendo soluciones para avanzar con la posesión controlada; no se podía sujetar o marcar a un enganche que se movía tantísimo, y cuando manejaba la pelota, quitársela resultaba casi imposible. Tras ese punto, lo que tocase. No es nada habitual encontrar en un hombre un dominio tan perfecto tanto de la pared -primer toque- como de la pausa. Destrozaba defensas con la mezcla. Además, sus caídas a los costados permitieron a, sobre todo, Vicente y Angulo compensar su déficit goleador. La diagonal hacia el área se despejaba tras su desmarque. Ambas alas se hicieron de oro. Los conciertos de Aimar en esta época se contaron por docenas. Aquí uno de ellos.
Sin lugar para el debate, el ciclo de Benítez en Mestalla pasó a la historia por su firme seguridad defensiva. La zaga liderada por Cañizares y Ayala dio al proyecto una rocosidad y un cuidado por el detalle que derivó en títulos. Pero la creatividad impulsada por Aimar, a su vez impulsado por Baraja, anduvo cerca de sumar el mismo peso. Gracias a su pre-claridad atacante, un equipo sin mucha pegada, y que nunca arriesgaba más de lo prudente, ganaba partidos.
Aimar conquistó a Benítez desde la más fantástica excelencia. Sin ella, Rafa comenzó a ir a lo «seguro».
La relación exitosa que mantuviera Aimar con un técnico tan marcadamente europeo como el español, que encima es un reconocido obseso táctico, prueba la categoría competitiva del futbolista. Supo hacerse valer hasta para quien la palabra «equilibrio» atesora una importante carga de perfume erótico. Con su inteligencia, con su magnífica sencillez, convenció al más pragmático de los entrenadores de que apostase por el juego puro en la segunda demarcación más adelantada de su sistema, aunque la rentabilidad directa jamás fuera a superar la escasa cifra de 10 tantos. Dicho esto, el desgaste fue tremendo. Para justificar su titularidad, Aimar debía rayar la excelencia noche tras noche. Eso le hizo ver menos indiscutible de lo que en realidad fue, y con certeza, acortó la comodidad de la convivencia. En cuanto perdió frescura, Benítez empezó a dar cancha a goleadores más prolíficos o a centrocampistas de mayor impacto defensivo, según la necesidad. Y poco a poco, se apagó la llama más fogosa de El Payaso más serio, más constante. El de la credibilidad.
Aimar, prematuramente machacado a nivel físico, empezó su calvario con las lesiones y, para colmo, se topó con Ranieri, con quien no hizo buenas migas. Luego, de la mano de Quique Sánchez Flores, retomó un poco el vuelo, sin alcanzar el glorioso funcionamiento de antaño pero volviendo a marcar diferencias en la élite internacional. Tanto el Real Zaragoza como el SL Benfica gozaron de ese Aimar de los últimos años, menos activo, menos móvil, más irregular en sus apariciones, pero igualmente soberbio en la lectura de los tiempos y la dirección de los ataques. De hecho, Da Luz viviría un año de lo más seductor bajo su mando y manto, en la temporada 2009/10, regresando, posicionalmente, a los tiempos de Cúper, pero impregnando el sistema con un aroma muchísimo más creativo y liberal. García cerraba el rombo, Di María y Ramires activaban los costados y Cardozo y ¡Saviola! definían sus servicios. En última instancia, emigró a Malasia, buscando el tributo del exotismo, no sin después regresar a casa para decir adiós. Se le vio poco por el Monumental. Su cuerpo dijo basta. La carrera de un genio había finalizado. Para pena, incluso, del número 1.
En su honor, no olviden la profecía. El tercer D10S tampoco nacerá sin ayuda. Necesitará al nuevo Bochini, para que le inspire una vez más. Recordad: bajito, con melena singular y mucho fútbol. Diestro. Y argentino.
@_H___H_ · hace 503 semanas
Creo que mereció más, en Europa y en su despedida, creo que si hubiera llegado a lugares donde le tuvieran más fe y su cuerpo hubiera aguantado más pudo haber marcado época.
Y a River, si hubiera vuelto cuatro años antes hoy sería ídolo grande, top cinco seguro, todavía sueño con que Gallardo lo convenza y juegue unos minutos en el mundial de clubes, qué mejor despedida que enfrentando a Messi, así fuera en los últimos cinco minutos.
@marcel99710 · hace 503 semanas
Por otro lado, fíjate que hace poco estuve viendo material de Bochini y a mi me da que a Messi también lo inspiró 'el Bocha'. Es que me parecen casi idénticos :D
Abel Rojas · hace 503 semanas
Este artículo nació con el análisis de Benítez. Me puse muy pesado con el equipo hablando de Aimar y Quintana me invitó a escribir de él. A partir de ahí vi River en sus, digamos, dos etapas. Y Cúper. Y todo lo demás. Y la verdad, fue un futbolista imperial. Imperial.
Abel Rojas · hace 503 semanas
¿Bochini y Aimar o Bochini y Messi?
Si te refieres a lo primero, coincido plenamente. De hecho, Aimar y Bochini se me parecen muchísimo más que Maradona y Messi.
@David_Mata_Ecos · hace 503 semanas
@DavidLeonRon · hace 503 semanas
Yo reconozco que me pasaba igual dentro de la liga argentina... y casi fuera.
Siempre tuve claro que Riquelme era mejor, básicamente porque era algo más constante y creo que bastante más determinante. De hecho Riquelme mete 35 goles en 3 ligas en Villarreal, que son casi 12 por año, nada mal, mientras que Aimar era jugador de 5-6 como mucho.
Dicho esto, Pablito era más bajo, más de flotar, más liviano... más puro quizás.
@Abel
El cambio de Aimar en la final de Milán tuvo el añadido de que Cúper pareció rectificarse a sí mismo con la posterior salida de Zahovic. El técnico tendría sin duda sus razones pero quedó la sensación (ventajista) de "¿para eso lo quitas?". Qué le vamos a hacer.
PD. Yo no encuentro un jugador que de verdad se parezca a Messi. En el caso de Maradona, parece coña pero el parecido de Omar Abdulrahman está ahí xD
@DavidLeonRon · hace 503 semanas
Surrealista la importancia que tuvo Claude en un equipo de leyendas como aquel.
MarkelHxC · hace 503 semanas
@pouco_barulho · hace 503 semanas
@pouco_barulho · hace 503 semanas
@DavidLeonRon · hace 503 semanas
No diría que tanto, leyenda es otra cosa, si bien es cierto que realizando su trabajo específico era una monstruosidad, casi perfecto.
@eumd · hace 503 semanas
@eumd · hace 503 semanas
https://www.youtube.com/watch?v=QncCxRxG0zo
Abel Rojas · hace 503 semanas
¿Hubiera sido titular y básico Juan Román Riquelme en un equipo de Héctor Cúper o Rafa Benítez con la obligación de pelear por la Champions?
Aimar tenía algo, en términos competitivos, que Riquelme no tenía.
@pouco_barulho · hace 503 semanas
Aimar era más europeo y Riquelme mas canchero
@pouco_barulho · hace 503 semanas
HenryHM · hace 503 semanas
@David_Mata_Ecos · hace 503 semanas
@ferocla45 · hace 503 semanas
PD: Después de este pequeño "palo" a Aimar es digno recordar este golazo que fue clave para el título de liga https://www.youtube.com/watch?v=xlRNQFOFzFI
@DavidLeonRon · hace 503 semanas
"¿Hubiera sido titular y básico Juan Román Riquelme en un equipo de Héctor Cúper o Rafa Benítez con la obligación de pelear por la Champions?"
Pues yo creo que sí. De hecho creo que lo hubieran visto como una figura más sólida que Aimar. Primero porque su fútbol digamos que era más firme. Segundo por su determinación. Y tercero por la tipología de juego de Román. Riquelme era una eminencia de perder tiempo, de dormir la pelota, de que no pasase nada. Los partidos más notorios de Riquelme son aquellos donde su equipo gana por uno y él baja la temperatura a todo. Ejemplos, la Intercontinental ante el Madrid, el Villarreal-Inter de la Champions...
Aimar siempre iba para arriba en las jugadas. Con mucho cerebro, montando todo perfecto, pero era vertical, ágil. Riquelme era un "perdedor de tiempo" soberbio. Dicho esto, entiendo tu postura. Aquel Valencia era un equipo de ritmo y jugadas rápidas y verticales. Riquelme no es eso, Aimar sí.
@Pouco
No creo que un mediocentro pueda compararse con los candidatos más firmes a mejor jugador de la historia tío ^^ Creo que Beckenbauer sería la única respuesta posible a tu pregunta. Pero vamos, que mediocentros legendarios ha habido, por supuesto, pero todos hacían algo más que Makelele.
antonioduran93 60p · hace 503 semanas
PD: A propósito, apostillo aquí un vídeo que me pongo de forma automática cada vez que leo el nombre de Pablo Aimar https://www.youtube.com/watch?v=io2FMwKEFk8 Buenos tiempos
@9LutherBlissett · hace 503 semanas
Todo esto es fútbol ficción pero a lo que me refiero es que la imagen que un jugador nos deja puede quedar a veces desvirtuada por decisiones desacertadas, lesiones, problemas físicos,etc.
@DavidLeonRon · hace 503 semanas
"Hace un tiempo posteó el bueno de David León un tuit que recordaba a los cuatro grandes mediapuntas -ó dieces, según se quiera- que tuvo el fútbol español durante un par de años: Ronaldinho, Zidane, Valerón y Aimar"
También estaba Riquelme, pero su eclosión bestial fue en 2005. Esos cuatro que mencionas coincidieron en fama máxima en 2004. Fue espectacular.
@LutherBlisset
"Tal vez nuestra visión de Aimar a quedado un poco desvirtuada porque parece que su retirada fue hace mucho. Si esta nota se hubiese escrito en 2008 o 2009 creó que el recuerdo sería mucho más positivo"
Yo creo que no cambiaría mucho. Aimar fue lo que pudo ser, yo no creo que tuviese potencial para más por lo que digo: falta de determinación, no solo con los goles sino con la capacidad de acercar la victoria a su equipo. Pero es que el recuerdo que se tiene de él solo hay que comprobaro con este artículo o los comentarios en Twitter: es fantástico. Aimar enamoró al futbolero. Eso tiene un valor incuestionable que queda con los años.
javier30 74p · hace 503 semanas
Aimar en cambio es un jugador que no me llenó, era mágico, vertical, pero muy transparente, nunca lo vi realmente decisivo, tuvo momentos pero nunca constancia, pero también creo que como Riquelme que no supo elegir destino porque en el Villarreal de la época la hubiera roto o en el Barça de Guardiola (le pilló ya pasado de vueltas) hubiera sido decisivo, por su dinamismo, pero para mi Aimar fue un jugador menor, lo siento, no le tengo un buen recuerdo, para la magia que tuvo se quedó corto, también en la selección...
Marcelino · hace 503 semanas
@borjabrl10 · hace 503 semanas
@__tincho · hace 503 semanas
Genial artículo, Abel.
Pablo · hace 503 semanas
@DavidLeonRon · hace 503 semanas
"David, tú que has seguido muchísimo la trayectoria de la selección argentina, háblanos del paso de Aimar por la albiceleste y porqué nunca terminó de imponerse"
Nunca terminó de ser su ciclo. En 2002 fue al Mundial pero en el 3-1-3-3 de Bielsa solo había un puesto de "semi enganche" y ese era para Verón. Riquelme no fue convocado de hecho. Luego creo que se perdió la Copa América 2004 por lesión, y ya con Pekerman llegó la explosión de Riquelme, que fue el enganche indiscutible de la Selección entre 2005 y 2008. También acudió a Alemania 2006 y a la Copa América 2007, pero siempre sin sitio.
Es una historia simple en realidad. Cuando más opciones tuvo, en la época Bielsa, el titular era Verón.
hola1 · hace 503 semanas
@pouco_barulho · hace 503 semanas
José Mourinho mismamente, lo coloca en el puesto de mediocentro de su 11 ideal (de todos los jugadores que ha entrenado).
Si te fijas en 2006, última temporada de Zidane en la Liga coinciden todos los mencionados, más Riquelme y Deco. Ojo nunca dejeis a Anderson Luis de Souza de fuera xD
@DavidLeonRon · hace 503 semanas
"David Léon, yo es que creo que a Mekelele se le tiene un poco infravalorado"
En España, por circunstancias, su recuerdo está radicalmente valorado. No digo "sobre" porque sería injusto, pero no puede quejarse Claude de como se le recuerda en todo un Real Madrid más de diez años después.
@pouco_barulho · hace 503 semanas
@sgomezabente · hace 503 semanas
Desde ya disculpas por la pésima calidad del video, pero es un gol espectacular de Aimar a pase de Román. Quizá era demasiado joven, pero por un buen tiempo mantuve la esperanza de verlos coincidir en la selección alguna vez xD D
Gastón · hace 503 semanas
@DavidLeonRon · hace 503 semanas
Pero más tendría que ver con el hecho de que Boca estaba ganando y de que ya por entonces existía el run-run de que Saviola y Aimar se iban (recuerdo el mítico cántico "Saviola y Aimar, los pibes no se van"). Días después de que Boca ganase la Intercontinental al Madrid, Aimar fichaba por el Valencia. 6 meses después se iría Saviola.
Kundera · hace 503 semanas
De hecho, ese gol es del Preolímpico de Londrina, año 2000. Argentina llevó una especie de Dream Team con Riquelme, Saviola, Aimar, Cambiasso, Milito, Scaloni, Duscher, Cufre, Romeo, Placente, Bizarri... Un equipazo que no clasificó a Sidney. También creo que fue la única vez que Argentina vio a sus tres estrellas del cambio de milenio jugar juntos en el mismo equipo como titulares. El gol que enlazas es una buena muestra. El DT, por cierto, era Pékerman.
Cesar · hace 503 semanas
Sin embargo, al menos nunca lo vi a Aimar siquiera cerca del nivel de Riquelme o Verón como para pretender que se ganara el puesto en la selección argentina. De hecho, del Valencia campeón '04 recuerdo a Mista y Vicente tener sus temporadas de ensueño y a Cañizares ganar el Zamora como en el campeón '02 que como han mencionado, el recuerdo de los mejores jugadores cae en Albelda, Baraja y esa muralla defensiva que tenían.
Riquelme y Aimar (junto a otros como Gaby Milito, un niño Saviola y Cambiasso) jugaron juntos en el sub 23 que quedó afuera de Sidney 2000 en un partido final increíble con Chile. Kundera, el gol del video no es del Preolímpico sino de un amistoso con Venezuela previo al torneo en la cancha de Ferro. Fue 6 a 1 y yo estuve en la cancha esa noche.
@sgomezabente · hace 503 semanas
Así es, me falló la memoria de la niñez.. En cuanto a Pekerman, creo que recién después de pasado el tiempo se aprecia realmente el buen trabajo realizado con las inferiores argentinas, más allá del talento que siempre hubo y casi siempre habrá
@DavidLeonRon · hace 503 semanas
"Sin embargo, al menos nunca lo vi a Aimar siquiera cerca del nivel de Riquelme o Verón como para pretender que se ganara el puesto en la selección argentina. De hecho, del Valencia campeón '04 recuerdo a Mista y Vicente tener sus temporadas de ensueño y a Cañizares ganar el Zamora como en el campeón '02 que como han mencionado, el recuerdo de los mejores jugadores cae en Albelda, Baraja y esa muralla defensiva que tenían"
Esto es cierto. De hecho Aimar jugó muchísimo en ambas ligas pero recuerdo el run-run que siempre había con su aportación y el uso que le daba Benítez. Para algunos era poco, para otros no es que fuese mucho pero sí se podía vivir sin él. Estos solían negar la importancia de Aimar en el equipo. En fin, un caso curioso.
Jose Luis · hace 503 semanas
Lucas · hace 503 semanas
@DavidLeonRon · hace 503 semanas
Así es, existía esa duda en la previa, y se decía que Cúper, como iba a ser su último partido, no quería quedarse con el recuerdo y la duda de no poner a Aimar. Lo hizo, no jugó bien y el resto ya se sabe.
@Lucas
Está clarísimo. Ya digo, la plenitud de Riquelme fueron 12 goles por Liga en el Villarreal. Es un contraste grande.
jose p · hace 503 semanas
@pouco_barulho · hace 503 semanas
jackbonaventura 76p · hace 503 semanas
juan carlos · hace 503 semanas
Ah, la final de Milan: cuando vi salir al Valencia sin Aimar para empezar la segunda parte, comenté a mi vecino de localidad: "Se ha acabado, perdemos el partido". Porque, aún no jugando bien, era el único con capacidad para pensar el fútbol ofensivo y crearlo.
Recuerdo a alguien comentar "Cuando iba a Mestalla, oía la alineación del Valencia, y no estaba Aimar, me daba media vuelta y me volvía a casa". Era la decisión más inteligente
Ana · hace 503 semanas
Abel Rojas 130p · hace 502 semanas
Entrando en lo de Riquelme, Aimar y Europa, sinceramente disiento con la mayoría. Cuando leo vuestros comentarios sobre Aimar, me da la sensación de que estoy leyendo sobre un Özil que da menos asistencias que el alemán o incluso sobre un Götze. Me parece que se le quita muchísimo peso en el juego. Aimar era un futbolista muy, muy cerebral y muy, muy constante cuando estaba bien. Aimar era un jugador de 70 apariciones por partido muy fácilmente. ¿Que no tenía la capacidad para perder tiempo de Riquelme? La de Riquelme no, pero tenerla, tenía. Y tenía otras muchas cosas para Europa que Juan Román no. La principal: versatilidad. Aimar era perfectamente capaz de adaptarse a cualquier sistema europeo, tuviera ese equipo el balón o no, le diese el protagonismo o no. Necesitaba menos pelota y menos requisitos que Juan Román para sumar, y su fútbol sin balón -hablo de ataque- estaba muchísimo más desarrollado que el de Riquelme.
Juan Román jamás hubiera podido jugar para Guardiola, por ejemplo. Aimar estoy seguro de que sí. Y lo mismo digo sobre Mourinho, Van Gaal y resto de entrenadores que, más o menos ofensivos, más o menos "posesivos", practican juego de posición.
Riquelme necesitaba trasladar las condiciones del fútbol latinoamericano a Europa para desarrollar su mejor juego. Aimar en la Libertadores no dominaba como Riquelme -ni de cerca-, pero en Europa tenía menos limitaciones. Yo me imagino a Aimar perfectamente jugando donde hoy juega Iniesta, donde hoy juega Oscar, donde ayer jugaba Vidal, donde ayer jugaba Turan o donde hoy juega Thiago Alcántara, y con franqueza, jugando mejor de lo que hoy juegan esos cinco jugadores -solo dudo con Vidal-. A Riquelme, no. A Riquelme si acaso donde jugaba Vidal. En los otros casos... ni de manera remota.
Cesar · hace 502 semanas
https://www.youtube.com/watch?v=xMi2T5Ki834
gustavo · hace 502 semanas
gustavo · hace 502 semanas
Canta_eagb · hace 502 semanas
Canta_eagb · hace 502 semanas
Abel Rojas 130p · hace 502 semanas
"Xavi jugaría con Mourinho?"
Probablemente no antes de su explosión. Y posiblemente nunca hubiera explotado con él. Pero tras su explosión, seguro que sí. Con Mourinho y con cualquier entrenador.
Lo de Riquelme con Guardiola no lo veo de ninguna de las maneras. Futbolista tácticamente indisciplinado que tendía a acercarse a la pelota todo el tiempo, que sobaba el balón hasta límites insoportables para algunos europeos y de acciones súper lentas en general. Seguro que le gustaba mucho verle jugar, pero dudo mucho que quisiera entrenarlo.
juan carlos · hace 502 semanas
La calidad de Aimar no siempre se ve porque juega para el equipo, nunca se ha recreado en lucimiento personal. Sólo que con él, que no marca, los delanteros se convierten en máximos goleadores.
gustavo · hace 502 semanas
pero es difícil medir todo con la vara del Barcelona de Messi. hay gente que metida en eso puede decir que Busquets es el mejor mediocentro de los últimos 10 años.
Adenauer · hace 502 semanas
En cualquier caso, Iniesta me parece una referencia mucho más útil que Messi para hablar de Aimar, que fue mucho más centrocampista, y seguramente podría haber sido un gran interior, como tanto mediapunta reconvertido de hoy.