Nico Lodeiro cumplió los 26 años el pasado mes de marzo. Cómo pasa el tiempo. Europa lo conoció muy pronto, incluso antes de que viniera. Destacó en los dos torneos juveniles de 2009: el Sudamericano celebrado en Venezuela y el Mundial Sub-20 de Egipto que finalmente ganó la Ghana de André Ayew. A la vuelta del verano, vistiendo aún la camiseta de Nacional, su club de origen en Uruguay, brilló tanto, tanto que el Ajax lo firmó y lo trajo para Holanda.
El país no tenía otro pasadorSe trataba de un futbolista contracultural para el fútbol uruguayo. Era un «10» fino y eminentemente pasador que carecía de calidad física tanto para atacar como, sobre todo, para defender. Por eso no pudo hacer nada en este lado del charco. Pero el Maestro Tabárez insistió siempre en llevarlo. Incluso le daba oportunidades en el once que denotaban una confianza especial en él, pues su incoherencia estilística en la Celeste se notaba y tampoco es que mostrarse nivel suficiente como para compensar la incomunicación. Sólo quedaba una explicación para el rol que siempre tuvo: era el único así. Era tan distinto que el mero hecho de serlo ya suponía un pro. Potencialmente, podía variar algo. Y era el único que, potencialmente, podía hacerlo. Cosas de nacer en un país donde vive tanta gente como en Madrid capital a secas; el equivalente al 7% de los argentinos, por ejemplo. Si Nico decepcionaba, volvía. Quién si no.
Lodeiro ha encontrado en Boca Juniors la estabilidad perfecta.
Dicho lo cual, hay novedades. Lodeiro ha llegado a esta Copa América 2015 en disposición de devolverle a Tabárez la confianza profesada. Después de su fichaje por Boca Juniors en el último mes de febrero, el jugador encontró un espacio que le motivó y donde cayó bien, y ha mostrado ese talento que se le presupuso desde el principio con una regularidad nunca antes sostenida. Tampoco es que se haya filmado la reedición de los mejores momentos de Juan Román Riquelme, pero el actual «10» xeneize no ha desmerecido la ocasión de sobresalir en Argentina. Se muestra maduro, activo, fluido e inteligente a cada pelota que toca. Y agudo en sus mejores pases, como si hubiera entendido que, aunque él no sepa colar muchos, hay que hacer goles como sea. El ritmo del torneo que se está disputando no le invalida, como lo haría un Mundial o, peor, una Eurocopa de Naciones. Esta Copa América proyecta otras dificultades, más afines a sus virtudes. Y por primera vez, Lodeiro está preparado por algo más que por ser el único de su estirpe. Detenta el nivel.
@guzmansb7 20 junio, 2015
Excelente! Muchas gracias Abel por este artículo. Ecos no deja de sorprenderme.
Como no sentirme identificado por este jugador si es canterano y campeón con el equipo del cual soy hincha (aficionado), el Club Nacional de Football.
Como bien dices, desde sus comienzos se dio a conocer por sus aptitudes de pasador, participativo y de gran movilidad, queriendo siempre aportar algo en cada jugada de su equipo. Destacó en el campeonato local uruguayo, en la copa libertadores y en las selecciones juveniles siendo incluso el capitán. Tras un tiempo de inactividad en Europa y Brasil, llegó a Boca Juniors para heredar la 10 de una leyenda como Riquelme y por suerte hasta ahora la defendió bastante bien.
Esperemos que mañana se afirme y pueda aportarle a Uruguay (y al maestro por la confianza depositada) ese algo diferente innato de su fútbol que no tiene ningún otro futbolista del seleccionado.