La novatada de Rabiot

Adrien Rabiot cumplió 20 años hace dos semanas y hoy jugará contra el FC Barcelona. En Champions. Las bajas de Motta, Verratti y Zlatan le colarán en el once salvo sorpresa porque Blanc tendrá que subir a la delantera a Pastore. Y a unas malas, como revulsivo tendría un papel preponderante. El caso es que, pese a su extrema juventud, el chaval es tan bueno, pero tan bueno, que igual no supone desventaja alguna para el líder de Francia, aunque habrá que contrastarlo porque una cosa es el fútbol y otra medirse a Leo Messi.

Su gran don es la clarividenciaPor encima de cualquier virtud, Rabiot queda definido por su apabullante carácter. Sin necesidad de hacer ruido, salta al campo y deja huella porque plasma su estilo en cualquier situación. Un estilo que se caracteriza por la pausa, los pases y un manejo de los tiempos de centrocampista experto y mañoso. Sin ser ningún clon, pues de hecho ha comenzado su carrera en una posición completamente distinta, muestra trazos de Fernando Redondo. Además es zurdo y destila técnica, y sin ser ni mucho menos rápido, por pura zancada, una o dos veces por partido, deja varios rivales atrás. Rabiot es uno de esos futbolistas a los que todo el mundo desea ver jugar. Incluso admitiendo su imperfección. No es tan pasivo como su lenguaje corporal sugiere (1,88, blanco y bello), pero cae en despistes y apagones que atrás generan desconcierto. Tiene la lectura para que no le suceda, pero aún no sabe concentrarse 90 minutos sin descanso. Y fallar ante Messi o Neymar suele implicar gol.

Rabiot, «10» de origen, viene jugando como pivote últimamente.

Si verá más al «10» o al «11» dependerá de cómo reconfigure Blanc su derruida medular. En este año 2014 hallamos dos precedentes en los que Cabayè y el propio Rabiot jugaron juntos sin Verratti ni Motta, pero fue Pastore, y no Matuidi, quien les acompañó en el triángulo. En ambos encuentros, frente al Bastia y ante el Rennes, Yohan y Adrien formaron un doble pivote ficticio muy en la línea del del Madrid de Ancelotti. Rabiot actuó de Kroos, Cabayè de Modric y Pastore, por delante y en izquierda, a lo James Rodríguez. Por perfiles, cuadra. El tema está en que en ninguno de los dos partidos controló nada el PSG, y en que, de repetirla, el novato Rabiot desempeñaría un rol capital contra la diagonal -y el pase diagonal- del formidable Lionel. Matuidi por Pastore reforzaría el lado tratado, pero el riesgo persistiría.

La segunda alternativa consistiría en invertir los puestos de Cabayè y el joven chaval. Yohan ya se desenvolvió como pivote en la Francia de Deschamps y acumula más minutos de competición, lo que, en cierto modo, aporta algo más de tangibilidad. Sin embargo, ni su calidad parece una garantía ni Rabiot se adapta tan bien al interior derecho como lo hace al izquierdo. Se trata de un medio de continuación y dominio y moverse a pie cambiado no le gusta tanto como lo contrario. Puede esgrimirse que, así, el Paris Saint-Germain perdería potencial a cambio de algo de experiencia. Luis Enrique, seguramente, lo firmaría en un papel. Porque además, el ritmo bajo de Adrien le sentaría de maravillaría al sector izquierdo de los azulgranas, que es el acelerado. Jordi Alba e Iniesta podrían causarle estragos. Especialmente, si el caso Luiz se resuelve con suplencia y Marquinhos no juega de lateral diestro. Y es que lo de Luiz y Marquinhos marcará media eliminatoria.