
Entre el 9 y el 14 de febrero tendrá lugar en Bilbao la tercera edición de «Thinking Football”, el festival de cine que organiza la Fundación Athletic Club, cuyo objetivo fundamental es exponer el potencial del fútbol como motor de integración y desarrollo sociocultural para la comunidad que lo acoge. Hoy hemos charlado un rato con Galder Reguera, responsable de su responsabilidad social corporativa (RSC), sobre la naturaleza del festival, las novedades que trae en esta nueva edición y el espíritu transversal que que rige el conjunto de actividades que organiza la Fundación Athletic Club.
– La Fundación Athletic Club tiene como principal objetivo, cito textualmente, «el devolver a la sociedad lo que la sociedad da al Athletic Club”. ¿Qué es eso que la sociedad da al Athletic Club, Galder?
Como bien sabes, el Athletic es un club que si tiene un poder, una fuerza, ese es el de la gente. Es nuestro máximo valor. Es lo que se suele denominar con un concepto que a veces está pervertido, pero que aquí, en Bilbao, tiene mucho peso, que es la masa social. Aquí el Athletic es una religión. En Vizcaya y más allá, claro. Tenemos muchos peñistas fuera. Y para la gente del Athletic, el Athletic es muy importante. Por eso el Athletic es un club grande. La gente empuja en el estadio, pero también en el día a día a través de una presión fuerte sobre el club para que tenga una serie de comportamientos. Aquí no se toleran cuestiones que, quizás, en otras instituciones se pueden entender como normales. El seguimiento del club es muy fuerte. Y el Athletic entiende que su poder reside en la sociedad que está a su alrededor. Entonces, en 2002, el club crea una fundación con el objetivo genérico de devolver a la sociedad, a esa masa social, parte, porque todo es imposible, de lo que esa gente le da al club.
– Ese retorno se articula en base a un amplio catálogo de actividades en las cuales el Athletic Club, el propio fútbol y todo lo que mueve la pasión por este deporte vehiculan programas de desarrollo social y cultural que van más allá del propio juego. ¿Cuál sería, entonces, el espíritu trasversal que rige la labor de la fundación?
La idea es que los programas que ponemos en marcha tienen que tener una serie de requisitos fundamentales, entre los que se encuentra el hecho de que el fútbol o el Athletic deben estar presentes de alguna manera. Nosotros no somos un equipo de fútbol, somos un club de fútbol en el sentido más amplio de la palabra. Y un club de fútbol está entroncado en un contexto determinado. Entonces, toda la programación que hacemos, en cualquiera de los ámbitos (deportivo, social o cultural), tiene que tener ese factor común. Siempre alrededor del balón. Por ejemplo, si nosotros vamos a poner en marcha un proyecto social, éste tiene que utilizar el fútbol para conseguir la mejora de la calidad de vida de dichas personas. Y se puede hacer.
Muchas veces, cuando hablamos de temas sociales, nos quedamos en la parte más evidente de acción social, lo que es supervivencia, pero la gente que está en riesgo de exclusión social también tiene derecho a algo más que la supervivencia, y una de ellas es el acceso al ocio participativo como el fútbol. Este deporte tiene una serie de valores, como el trabajo en equipo, el esfuerzo o el juego como tal, que son ingredientes aprovechables de cara a mejorar la calidad de vida de estas personas.
– Tenemos el balón como punto de partida, pero hay otro factor que es el de la localización, ¿no? Porque las actividades socioculturales y deportivas de la fundación del Athletic Club alcanzan lugares tan lejanos como Wucro (Etiopía) o Jutiapa (Honduras), pero en su mayoría están muy localizadas en el propio territorio vasco, incluso en el ámbito vizcaíno. ¿Por qué priorizar el trabajo sobre el entorno inmediato del club?
Porque nosotros, al final, somos un club vizcaíno. El Athletic es el Athletic Club, pero se suele decir el Athletic Club de Bilbao. Aunque no sea así. A veces, por cuestiones de mercadotecnia, determinadas instituciones, fundamentalmente fundaciones de fútbol, prefieren hacer más trabajo fuera porque parece que hay más labor que hacer, sin embargo, si tu abres la puerta en el contexto actual, te vas a encontrar que el trabajo social es necesario en cualquier parte de España. En Vizcaya, con las entidades con las que trabajamos, muchas organizaciones nos trasladan sus problemas y situaciones, que con el tema de la crisis se han ampliado. Lo están pasando mal. Muchos proyectos se quedan en el tintero. Ahí, por tanto, tenemos una labor importante. De todas formas, eso no es excluyente de que hagamos trabajos en el extranjero, que también los hacemos de forma más puntual. Pero sí, el sitio habitual donde nosotros creemos que tenemos que trabajar es Vizcaya.
– Lo has comentado antes: no parece casual que este tipo de actividades hayan cogido tanto vuelo, justamente, alrededor de una institución tan enraizada en el tejido sociocultural que la sostiene. El Athletic Club es un caso muy particular. ¿Te parece un caso exportable o está muy determinado por este carácter particular del Athletic?
Yo creo que, en parte, sí es exportable y, en parte, no. Por un lado está el tema de la intensidad, de la fuerza, de las acciones. Cuando nosotros hacemos una acción y está la marca Athletic por medio, el punto de llegada que tenemos con la gente es increíble. Y eso, cuando nosotros hemos hablado con otras fundaciones, nos lo trasladan. He hablado con fundaciones de clubes más pequeños que te dicen que, claro, con su marca no tienen la facilidad de trabajo que tenemos nosotros. Y es verdad. La llave del Athletic abre muchas puertas a nivel de colaboraciones y de pasión de la gente. Eso es cierto. Pero también lo es que yo creo que todo es ponerse, como he dicho muchas veces. El camino tiene que ser bilateral. No puedes esperar a que tu marca tenga un impacto si no lo estás trabajando de por sí. Esto te puede venir con los resultados, pero más allá de ellos, si tú haces un trabajo sostenido en el tiempo, tu marca se va a fortalecer. Así, cuando no estés tan bien en lo futbolístico, el cariño y el acercamiento de la gente no se va a resentir.
– Al final se trata de lo mismo: vincular fútbol y sociedad. Otra gran vertiente de estas actividades es la promoción cultural. Desde el fomento de la cultura vasca alrededor del balón a “Letras y Fútbol”, un ciclo de charlas que explora los lazos entre el fútbol y la literatura. La reivindicación del fútbol como sujeto cultural siempre ha sido un terreno embarrado en el que no es fácil jugar, pero esto en Bilbao sabéis manejarlo.
Nos gustan los terrenos embarrados. Creo que hace unos años era más difícil. De un tiempo a esta parte se han derribado muchas barreras sobre la idea de que no se podía hacer un buen texto, una buena novela o una buena película teniendo como tema el fútbol. Villoro decía que «uno de los problemas del fútbol es que se narra a sí mismo», con lo que es suficientemente épico como para que no tenga que venir un escritor para añadir adjetivos. Y eso es verdad. O puede serlo. Pero también es cierto que el fútbol es un campo muy amplio que va más allá del estadio. Ahí sí hay desarrollos en cualquier ámbito creativo. Nuestro objetivo cuando trabajamos en temas culturales es el de mostrar que el fútbol es un tema que nos permite hacer una reflexión cultural. Puede ser social, como es el caso del «Thinking Football», o puede ser una reflexión más cultural sin tanto tinte social como puede ser el ciclo de “Letras y Fútbol”.
– También organizáis certámenes creativos, siempre alrededor del balón. En este caso me fascina particularmente la idea del “derbi de versos”: la sana rivalidad entre el Athletic Club y la Real Sociedad trasladada a… ¡una competición lírica!
Es una idea de la que estamos muy contentos y orgullosos. Surgió en un “Letras y Fútbol”, en una charla donde estaba uno de los bertsolaris. Cuando él explicó cómo era la rivalidad entre bertsolaris, pensamos que aquí había fútbol. Acababa de definir el fútbol. Tienes una rivalidad encarnada, pudiendo derrotar al rival sin piedad, en este caso en palabras, pero cuando bajas del escenario sois amigos. Por eso nosotros tuvimos la idea de celebrar un derbi de bertsolaris. Esto es una competición improvisada, suben al escenario, se les da un tema y ellos se retan. Como si fuera una “batalla de gallos”, sólo que con un ritmo y una métrica particulares. Es un reto de ingenio. Y entre ellos son muy amigos. Hay un hermanamiento muy fuerte.
En nuestro caso, tenemos un acuerdo con la Real Sociedad en la que cada club organiza el derbi de bertsolaris cuando el partido se juega en su estadio. Me parece novedoso porque no sé hasta qué punto hay colaboración entre las fundaciones de clubes en temas no sociales, sino estrictamente culturales. El resultado es un evento divertidísimo, muy sano y muy interesante. Además, de esta manera, estamos reivindicando un tipo de rivalidad. Una rivalidad que sí, en el terreno de juego debe ser muy fuerte, pero que más allá de éste debe ser de hermanamiento.
– Vivir de forma sana esa rivalidad no tiene porque estar reñido con el duelo deportivo.
Exacto. Y que parte de que la sana rivalidad se despliega también en la dialéctica. Esos duelos con amigos de otros equipos en los que, siempre en un ambiente distendido, se generan piques con mucho buen rollo. Y muy divertidos. El problema es cuando se enquista. Precisamente, hace muchos años, no sé si lo leíste, escribí un texto llamado «Los Idiotas», en la que se desarrollaba un poco esta idea. Nosotros, cuando éramos pequeños, jugábamos a la guerra, pero había mayores que venían y nos decían que no se podía jugar a la guerra porque era muy malo.
– Algo que también ocurre con los videojuegos actualmente.
Claro, claro. Se pierde la perspectiva cuando no te das cuenta de que esto es un juego.
– En cualquier caso, el gran reclamo que la Fundación Athletic Club propone al público general es el festival de cine «Thinking Football». Hoy en día el deporte está bien reconocido como un ámbito de desarrollo personal, pero «Thinking Football» sube un escalón y, a modo de síntesis de todo lo comentado, reivindica el fútbol como un elemento vertebrador de la sociedad.
Sí, sí. Aunque yo no diría que es el gran reclamo. Al final, nosotros tenemos tres ámbitos de trabajo que se retroalimentan entre ellos. Sí es cierto que hay actividades que llegan a más o menos gente, porque evidentemente hay programas como el de Ahalegina, para chavales con discapacidad intelectual, que está cerrado y que no se puede ir a ver, pero todos están abiertos a todo el mundo. Si alguien tiene a un chico con las características necesarias, tiene las puertas abiertas. Pero toda la actividad se debe complementar entre sí. De hecho, uno de los valores más fuertes del «Thinking Football» o del “Letras y Fútbol” es que nos ayuda a pensar cómo seguir trabajando en el ámbito social y en el ámbito deportivo. Cuando nosotros vemos una película como «Los Rebeldes del Fútbol», observamos que hay un modelo de trabajo que podemos seguir. Quizás no los cogemos completamente, pero sí sirven como ideas para revisar y mejorar nuestro papel como Fundación o como club. Lo que sí es cierto es que los eventos culturales, a nivel de público, al ser gratuitos y abiertos, tienen mucha repercusión y son muy atractivos. Eso genera mayor reconocimiento, sí, pero el trabajo real que hay a la sombra de los proyectos sociales es también muy importante, lo que pasa es que muchas veces no es algo noticiable.
– Esta ya será la tercera edición del festival. Imagino que la valoración hasta ahora es positiva, ¿pero cómo ha evolucionado «Thinking Football» a lo largo de estos años?
El cambio más potente se produjo el primer año. Al principio, «Thinking Football» no nace como un festival de fútbol y cine, sino como un ciclo de encuentros llamado «Thinking Football: el fútbol en las sociedades contemporáneas». Servía para celebrar nuestro décimo aniversario como fundación. Realizamos una serie de encuentros temáticos para tratar determinadas áreas del fútbol con una reflexión sosegada gracias a la participación de personas que han tenido una experiencia importante en ese sentido. Hicimos un encuentro con Juan Villoro, Jorge Valdano y Enric González, que contextualizaba el ciclo, y luego tuvimos uno sobre igualdad, racismo y homofobia o sobre economía, por poner dos ejemplos.
Fue una actividad muy fuerte, que tuvo mucho éxito e impacto, por lo que dijimos que había que seguir. ¿Pero qué sucede? Que nosotros ya teníamos un ciclo de literatura y fútbol, con lo que decidimos no quemar el formato charla y utilizar el cine. Lo que pasa es que, claro, cuando comenzamos a ver las películas entendimos que había desarrollo para muchos años, así que ya lo planteamos como festival que tuviera como objetivo el intentar realizar una reflexión. No es un festival de cine y fútbol a secas, es un festival de cine, fútbol y sociedad. Nos interesa que las películas, a través del fútbol, nos dejen hacer una reflexión sobre el papel del fútbol en la sociedad.
– Está claro que a la hora de seleccionar las películas participantes no buscáis biopics de grandes estrellas de este deporte, por ejemplo.
No. Salvo que tenga una vertiente que a nosotros nos permita presentar un relato humano. Si tú ves la de «We Must Go», la película de Bradley en Egipto, compruebas que es una película que gira sobre su figura, pero casi como un «Lost in Translation» en la que de fondo siempre hay una reflexión sobre lo que sucedió en Egipto. Hay fútbol, sí, pero también una historia de un americano dirigiendo a Egipto cuando llegan los «Hermanos Musulmanes». Aquí hay un relato humano.
– Y eso es lo que permite reflexionar sobre el fútbol como un elemento central en la sociedad, ¿no? De hecho, el programa del festival, que arranca en unos días, presenta 10 documentales que llegan desde rincones muy distantes y con circunstancias sociales muy diferentes. ¿Qué nos traéis este año, Galder, así de forma destacada?
Las diez son destacadas. La segunda parte de «Los Rebeldes del Fútbol» está bastante bien. Es una película que narra casos concretos e increíbles. La de Alfonsinho es una historia maravillosa, que narra como un tío se enfrenta al derecho de retenciones de los clubes en Brasil. El resto ya son películas más o menos temáticas. Te hago el repaso.
El martes tenemos la de «Wie im falschen Film», que trata sobre el racismo y la homofobia en Alemania. Es una película corta, de testimonios, que afecta mucho, porque salen muchos jugadores que han tenido bastante éxito. Luego también tenemos «Democracia em Preto e Blanco», el caso de la democracia corinthiana. Un documental de larga duración que mete también el elemento de la música. El miércoles ponemos la de «18team», sobre la tragedia de Zambia, que es una historia de superación brutal. Y que, además, habla de la gran narrativa del fútbol, porque tuvieron que tirar 18 penaltis a 18 kilómetros y 18 años después de la tragedia. Además, presentamos «Mundial. Gra o wszystko», una película sobre cómo emergen los sindicatos en Polonia coincidiendo con la maravillosa selección de 1982.
El jueves ponemos dos películas de dos seleccionadores. «Coach Zoran and his African Tigers» y «We Must Go». De la segunda ya hemos hablado, pero es que la primera es divertidísima. Trata sobre el reciente caso de Sudán del Sur y tiene un tono berlanguiano increíble. Zoran, además, es un personaje alucinante. Está como una cabra. Después, el viernes proyectamos «A World Not Ours», que es una película sobre cómo viven el Mundial en un campo de refugiados palestinos en el Líbano. Aquí hicimos una pequeña trampa porque no trata exactamente sobre fútbol, pero como es tan buena entendimos que, aunque sólo fuera por el 5% de fútbol que hay, merecía la pena que entrase. A las 20:00 tocaría «Sons of Ben», que trata sobre una famosa grada de animación que, al ver como no les concedían un equipo, se manifestaron en Nueva York para buscar crear el Philadelphia Union.
Finalmente, el domingo 15 cerramos con «Foot et immigration, 100 ans d’histoire commune». Un documental que escribe y dirige Cantona, con colaboraciones pero con una implicación total, en la que se narra la historia del fútbol francés con la clave de que sin la inmigración Francia no sería nada. Además, claro, es una película que está totalmente de actualidad. Tiene un tono muy duro con la sociedad francesa, pero también muy íntimo con los personajes que está tratando. De hecho, Zidane llora durante la película.
– Cabe señalar que la mayoría de estas películas son inéditas en España, por lo que el festival es una oportunidad magnífica para descubrirlas, así como para conocer también a algunos protagonistas de filmes participantes en ediciones anteriores.
Siete de las diez películas son inéditas. Sí. Y, probablemente, no se vuelvan a ver. Bueno, ahora desde el año pasado están los de Offside, con quien parte del programa lo tenemos en común porque en su día nos sentamos para poder colaborar, así que luego en Barcelona se podrán a ver. Pero tienen muy poco recorrido. Personalmente, todavía no entiendo que en España no se haya visto en televisión la primera parte de «Los Rebeldes del Fútbol». Es una película tan maravillosa que…
– Como cada año, eso sí, la participación del público otorgará un premio en metálico a la película más celebrada, dinero que el director de la misma deberá destinar a algún proyecto social. Y, de este modo, la pelota seguirá rodando.
Sí, cuando nosotros el primer año pasamos del ciclo al festival, pensamos que debía haber un premio. Y éste debía ser coherente con el espíritu del festival, además de servir como reconocimiento. El primer año ganaron «Los Rebeldes del Fútbol» y la aportación económica, por ejemplo, se destinó a la escuela de Predgad Pasic en Sarajevo, la cual después visitamos con un equipo infantil. Es un proyecto increíble. Y el segundo año ganó «Next Goals Wins» y el premio se donó al desarrollo del fútbol en Samoa. Sea como fuere, lo más bonito no es sólo eso, sino el nivel de implicación que tienen estas películas con el club. No sólo está el tema ya citado de la escuela de Predgad Pasic, sino que también invitamos a Carlos Caszely para que comentara con los jugadores de Lezama la necesidad de no dar la espalda a la sociedad y de no erigirse en unos ídolos lejanos. Entonces, eso te alegra. Ver como una cosa que ha nacido con un objetivo claro, luego también alimenta a nivel deportivo.
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Referencias:
twitter.com/GalderReguera
javimgol 89p · hace 528 semanas
Me ha llamado especial atención el ciclo de películas futbolísticas, muchas inéditas ¿Cuál sería la mejor forma de contactar con esta fundación para obtener esas películas?
Abel Rojas 130p · hace 528 semanas
Se lo preguntaremos directamente a Galder y te daremos una respuesta en cuanto la tengamos, Javi ;-)
Abel Rojas 130p · hace 528 semanas
Qué importante es esto.
Abel Rojas 130p · hace 528 semanas
Si alguien conoce más iniciativas en España o en el extranjero de este tipo, por favor que nos avise.
@migquintana · hace 528 semanas
A todo esto, os recomiendo varias de las charlas que ha ido organizando la Fundación porque son muy interesantes. Tanto en los temas, como en el tono en el que se expresan protagonistas tan motivantes como Eduardo Galeano, Axel Torres, Martí Perarnau o Simon Kuper. Ya digo, cuando tengáis un hueco... escuchadlas.
Fútbol, globalización e identidades: https://www.youtube.com/watch?v=-PLhQX4bZUM
Fútbol e igualdad: https://www.youtube.com/watch?v=IlNrZv02Fhc
Fútbol y desarrollo social: https://www.youtube.com/watch?v=MeWXaRRz2BI
Charla con Eduardo Galeano: https://www.youtube.com/watch?v=sMV-2uZqIrw
@Arashi_EG · hace 528 semanas
Julen Garro · hace 528 semanas
La pelicula de Los rebeldes del futbol es una absoluta maravilla, esta en Internet, os recomiendo que la veais. Tengo ganas de ver la segunda este año.
Un saludo a todo el equipo de ecos, y gracias por hacer reportajes como este. Ojala todo el periodismo deportivo fuera como vosotros.
pintu1303 45p · hace 528 semanas
Thinking Football Film Festival - Diarios de Futbol
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