Tras tres temporadas cumpliendo el objetivo de la permanencia con mucho sufrimiento, quizás más del esperado, la llegada de Joaquín Caparrós a Granada se interpretó como una oportunidad para que el club nazarí pudiera definirse como equipo. Que tuviera una identidad clara: la de su entrenador. Sin embargo, tras un buen arranque liguero, el Granada no sólo no encuentra continuidad en su juego, sino que ha encadenado trece partidos sin conocer la victoria en la Liga BBVA y la situación, evidentemente, comienza a complicarse. Para analizar el contexto, los problemas del club, las decisiones de Caparrós y el futuro inmediato, llamamos a Rafael Lamelas, periodista del «Ideal» de Granada.
– Antes de entrar de lleno en lo que es el Granada de Joaquín Caparrós, que tiene mucha miga el tema, me gustaría contextualizar lo que está sucediendo con lo que viene siendo el Granada desde que está en Primera División. ¿Cómo valorarías estos cuatro años, Rafa? Es cierto que ha logrado mantenerse tras muchos años lejos de la máxima categoría, pero desde fuera la sensación es que el proyecto ha estado por debajo de las expectativas creadas.
Es complicado separar la trayectoria del Granada en Primera División de todo su pasado reciente, porque es absolutamente milagrosa la situación actual del club. Es cierto que sus proyectos en la máxima categoría han podido ser algo decepcionantes en relación a la inversión realizada o a los fichajes contemplados, pero no se puede obviar de donde viene el Granada. Se estaba en una situación de quiebra y la desaparición se cernía sobre el club hasta que llegó Quique Pina respaldado por Gino Pozzo, la familia que representa a Udinese. Ahí se inició una resurrección impresionante en lo deportivo, porque se consiguieron dos ascensos consecutivos, y también en lo económico, depurando la deuda que arrastraba el Granada.
A partir de ahí es cierto que se plantan en Primera, es cierto que controlan muy bien el mercado o que, al menos, gracias a la maquinaria de Udinese han podido conseguir jugadores interesantes, pero quizás esa falta de estructura, de asentamiento y de preparación para un proyecto en la cúspide, se ha estado notando demasiado. Entonces, claro, a la hora de la verdad, cuando tú te plantas en la élite, pero no tienes una ciudad deportiva o, mismamente, un bagaje en el corto plazo, sino que tienes que tirar de los años dulces del Granada de hace cuatro décadas, pues al final el proyecto tiene grietas. Eso yo creo que es un poco lo que ha afectado.
Aunque también es cierto que esta política, algo mercantilista, de la gente que representa ahora mismo al club, ha provocado que a lo mejor le falte algo de esencia. Que le falte una columna vertebral, casi sentimental, dentro de la plantilla. Aquí el grupo del ascenso era muy homogéneo, pero poco a poco se ha ido disolviendo en los años de Primera y, aunque han llegado buenos jugadores, estos no han formado esa piña que muchas veces es necesaria para los momentos malos.
– La sensación es que, además del tema del vestuario, en el campo nunca ha logrado tener una identidad definida, ¿no? Un estilo que defender. En general, no sabíamos muy bien que esperar del Granada, y eso ha terminado derivando en que viéramos pasar muchos entrenadores de corte diferente por la ciudad.
Exacto. En cuanto a la filosofía de juego se han dado muchísimos bandazos. Demasiados. Esto nos hace constatar que la dirección, que el presidente Quique Pinta, no es una persona que tenga debilidad por un cierto estilo de juego. Es capaz de elegir cualquier tipo de perfil si él aprecia la necesidad de tener algo así. Por ejemplo, cuando el equipo llega a la Liga BBVA, lo hace de la mano de Fabri, que es un técnico cauteloso en cuanto a sus planteamientos, pero cuando decide sustituirle a mitad de curso opta por Abel Resino, que es justamente lo contrario: un entrenador que ha sido futbolista, que juega con la defensa adelantada, que intenta hacer otro tipo de fútbol… Y, tras aquella salvación milagrosa en Vallecas, se inicia una nueva temporada con Anquela, que vuelve a ser algo parecido a Fabri con ese perfil de técnico más familiar y más de hacer grupo. Después, pese a las dos temporadas firmadas, se decide la destitución de Anquela y se trae a Lucas Alcaraz como recurso, al ser un hombre de la casa, que ama al club y que representa un juego más ordenada. Al final, con más o menos diferencias, el Granada nunca ha promovido una línea de juego definida.
De hecho, lo que subraya esta situación es que los dos candidatos al banquillo este verano fueran Joaquín Caparrós y Paco Jémez, que no pueden estar más lejos en cuanto a conceptos futbolísticos. Que fueras a por el de Utrera tras la imposibilidad de traer a Jémez te dice que estás buscando a un entrenador con prestigio y con liderazgo, pero no una idea de juego concreta.
– ¿Cuánto ha tenido que ver en esto la falta de gol endémica que ha sufrido el Granada en estos cuatro años? Y mira que es cierto que no ha tenido ningún gran goleador, porque El-Arabi no lo es, pero sí ha tenido jugadores con gol como Nolito…
Se junta un poco todo. También ha habido un poco de mala suerte. La primera temporada, por ejemplo, aquí estuvo Uche, que es un delantero que, sin promediar unos registros impresionantes, es titular en el Villarreal porque aporta mucho en el juego de ataque de su equipo, no sólo en la finalización. Luego, efectivamente, en el mercado de invierno de la siguiente temporada llegó Nolito, pero quizás cuando llegó venía de un año de inactividad, lo que le pesó bastante y le hizo que le costase coger el hilo. Cuando estaba en su mejor momento acabó la temporada y, bueno, el club no decidió apostar por su contratación. Pero sí, es cierto que el Granada ha tenido futbolistas que en este aspecto podían haber hecho algo más, pero que no han terminado de romper. Está ocurriendo esta temporada con Jhon Córdoba, mismamente.
A los periodistas nos pasa mucho esto de obsesionarnos con el estilo, con la idea de juego y con el teorizar mucho, pero a veces es todo tan sencillo como tener a ese delantero que, con más o menos solvencia, te marca 15 goles al final de cada temporada. Y el Granada no lo ha encontrado. Con él, quizás, el equipo se hubiera salvado con mayor antelación y, en esa tranquilidad, en esa bonanza, algunos futbolistas hubieran destacado de otra manera. Pero ese jugador no ha existido. Es cierto que El-Arabi el año pasado no tuvo unos números malos en el cómputo global, pero también es muy conocido por sus fallos mayúsculos en goles cantados.
– Con todo este diagnóstico que hemos hecho aquí en cinco minutos, a priori, parecía casar muy bien Joaquín Caparrós, ¿no? Un entrenador con experiencia, con una identidad definida y que, con la solidez con la que suele dotar a sus equipos, podía lidiar con la falta de gol. En teoría, como digo, tenía sentido. ¿Se le recibió con esta idea positiva en Granada?
Creo que nunca ha habido tanta unanimidad con un entrenador como con Joaquín Caparrós. Esto, por momentos, parecía «Bienvenido Mister Marshall». Claro, el hecho de que un entrenador con cierto prestigio, el segundo técnico en activo con más partidos de Primera, acabe aquí… Evidentemente ahora Caparrós no está en la cresta de la ola como pudiera estar en su momento tras hacer buenas temporadas en Sevilla o cuando llegó con el Athletic a la final de Copa, pero su llegada suponía un cambio respecto a la costumbre que había aquí de entrenadores de perfil bajo. O, al menos, de perfil medio. El tema es que, de momento, la clásica receta de Caparrós no se está cumpliendo aquí…
– ¿Qué le está pasando al equipo, Rafa? ¿Qué problemas está teniendo para encadenar 13 partidos sin ganar en Liga tras hacer un arranque de temporada ilusionante?
Creo que lo principal es que no ha encontrado a los actores apropiados para lo que él quería hacer. Esto es clave. Y luego hay un hecho inconfundible: en el Levante, por ejemplo, encuentra una plantilla veterana, que sabe lo que quiere hacer y que sintoniza bien con su idea de juego, pero aquí no está eso. Mismamente, aquí está Piti, que es un futbolista que alcanzó su plenitud a una edad avanzada, pero en un estilo de juego muy diferente en el que todo se hacía a partir del balón. Ahora, con Caparrós, se encuentra todo lo contrario: un entrenador que no quiere dominar la posesión, sino dominar los espacios a través de encerrarse y salir rápido. Y, claro, Piti ya no está para correr con 33 años. Tampoco Rochina es un futbolista de ida y de vuelta, sino de un marcado perfil ofensivo.
Es decir, hay una serie de futbolistas, como también podría ser Fran Rico, que no parecen aptos para un fútbol de pierna dura. Y, por otro lado, también creo que hay un poco de bisoñez en la parte de atrás, lo que le está fastidiando bastante a un Caparrós acostumbrado a tener centrales muy expertos. Ahora, con su zaga, no anestesia los partidos como sí hacía en Levante, donde también contaba con un gran Keylor Navas. Entonces, claro, cuando eres débil atrás, muestras ciertas fragilidades y arriba no encuentras a quien te enchufe la pelota, te encuentras con los problemas que está teniendo.
– El tema del gol es sangrante: únicamente 10 en 17 partidos. Y, precisamente, el Granada es uno de los pocos equipos que juega con dos delanteros. Sean El Arabi, Jhon Córdoba, Sucess o, incluso, Ortuño. ¿Qué ha pasado aquí? Ninguno es un futbolista de 15 goles por temporada, pero son buenos delanteros.
Sí. A priori, sí. Pero es la generación de oportunidades lo que te permite acercarte al gol, y el equipo genera muy pocas oportunidades porque no existe conexión entre el centro del campo y el ataque. Todo se ha ido limitando al envío en largo sobre el delantero, lo que también te lleva a hacerte previsible para los contrarios. A los rivales les resulta fácil defender al Granada. De hecho, es que ni siquiera ha encontrado la vía del balón parado para meter goles. Marcó en la primera jornada en un remate de cabeza de Babin y, a partir de ahí, nada. Cada córner es un suplicio aquí en Los Cármenes porque, prácticamente, lo que te genera es un contragolpe del rival. Y las fotos al borde del área se van todas a las nubes. Al final, entre unas cosa y otras, el Granada no encuentra ninguna vía de solución, ni colectiva ni individual. Nadie se está echando el equipo a las espaldas.
Además, Caparrós yo creo que está notando que su modelo tiene debilidades. Estamos en un fútbol diferente, un fútbol más versátil, de mucho estudio y de entrenadores como Marcelino, Valverde o Emery que son obsesos de la pizarra y que, a veces, te colocan de delantero a un mediapunta y en banda a un hombre que va para dentro, lo que desestabiliza bastante la idea de Joaquín. Él es muy cuadriculado. Quiere extremos que sean extremos, delanteros tanques, mediocentros que recuperen y saquen la pelota rápida… Es un modelo, quizás, muy de la época de Fabio Capello, y yo creo que ese fútbol a lo mejor se ha quedado algo marchito.
– Es muy cierto esto que dices, pero curiosamente ahora estamos viendo como extremo a Sissoko (mediocentro de formación) o a Foulquier (lateral que ha jugado en ambas bandas). Y, por ir más allá, incluso en determinados partidos Caparrós ha alineado un tetravote con cuatro mediocentros jugando en línea de medios. ¿Qué está pasando?
Es una cosa que sorprende, sí. Por ejemplo, cuando el Granada jugó en Vigo, que consiguió un empate que según Caparrós fue «la leche», lo hizo con Foulquier en banda derecha y con Sissoko, que además de ser un mediocentro es de corte muy defensivo, en banda izquierda. Y estaban Rochina o Javi Márquez disponibles. El talento estaba en el banquillo y los jugadores de brega estaban en el campo. Con esto quizás contemplas un 0-0, sí, pero no puedes ir mucho más allá. Por eso creo que Caparrós no ha logrado aprovechar los jugadores que más talento y brillo pueden tener. Yo creo que en Elche echan mucho de menos a Javi Márquez, y aquí no le hemos visto. Y en Vallecas no le harían ningún feo en recuperar a Rochina o, incluso, al propio Piti, que en Granada no es ni la sombra de lo que fue.
– Ya que comentas el nombre de Javi Márquez, me sorprende que Joaquín Caparrós no haya apostado por un 4-3-3 como el del año pasado con él, con Fran Rico y con Iturra en el centro del campo. Es verdad que pierdes a un delantero, pero con este dibujo podrías mejorar la circulación, podrías soltar más en ataque a tus dos laterales, que son profundos, y los extremos podrían estar más liberados para aparecer en espacios intermedios, donde Piti y Rochina suelen hacer mucho daño.
Coincido contigo. Es un planteamiento táctico que a mí siempre me ha parecido que podría ser muy adaptable a lo que ahora mismo hay disponible en plantilla. De hecho, no entiendo demasiado bien porque no lo ha empleado. Caparrós sigue firme y encorsetado en ese 4-4-2, y en pocos momentos, salvo en algunas fases de segundas partes, que fueron bastante bien, se ha visto algún cambio.
Es que, además, con este dibujo yo creo que todos sufren. En el centro del campo, mismamente, la pareja habitual es Iturra – Fran Rico. Para mí el jugador chileno es un jugador que si no cuenta con apoyos en corto se le ven mucho las carencias. Con balón le cuesta mucho. Entonces, si Iturra actúa de mediocentro barriendo la zona y luego, cuando recupera, tiene un compañero cerca para entregarle la pelota, pues destaca porque es un jugador con vehemencia, con garra y que conecta muy bien con la grada. Pero si tú a Iturra le exiges que recupere y entregue el balón a un compañero que está a 20, 25 o 30 metros, pues le cuesta mucho trabajo. Y si encima está bien tapado Fran Rico, que es un poco el cerebro del equipo, queda anulada por completo la zona de creación del Granada. Y de forma muy fácil.
Éste es el problema que está teniendo el equipo. El año pasado, cuando jugaba con tres centrocampistas (Iturra, Fran Rico y Recio), el equipo estaba cómodo porque, en cierta manera, en ese triángulo se resolvían las carencias de cada uno. Y se resaltaban las virtudes. Este año no está siendo así. Incluso con ese 4-3-3 que citabas, podría liberar un poco de tareas defensivas a Piti para que se centrase en ataque y también se podría ver la mejor versión de Rochina. Yo estoy de acuerdo. Caparrós no ha explotado esta variante, pero en mi opinión sería bastante accesible y apropiada. Pero bueno, «doctores tiene la iglesia» y quien le va a decir lo que tiene que hacer a un hombre con más de 500 partidos en Primera.
– Hablabas de la distancia que hay entre futbolistas, que yo creo que es una característica de este Granada, y a mí un jugador que me había gustado juntando al centro del campo y a la delantera era Isaac Success. Ha ido perdiendo protagonismo según avanzaba el curso, pero como digo me gustaba cómo conectaba a todo el equipo y como acompañaba a El-Arabi o Jhon Córdoba.
Y me imaginó que estarás al corriente de la última de Sucess, que es que ha llegado una semana tarde de las vacaciones de Navidad, lo que ha provocado que Caparrós le envíe con el filial, que es con quien tiene ficha. Es un jugador de un talento descomunal, muy joven, ayer cumplió precisamente 19 años, pero tiene la cabeza no demasiado bien amueblada. De momento no habían asomado episodios de este tipo, pero esto huele a cuerno quemado. Y estaba aportando cosas, sí. Se complementaba muy bien tanto con Córdoba como con El-Arabi. El mejor partido que ha hecho el Granada esta temporada, que yo creo que fue el de San Mamés, contó con una gran labor de Sucess. Luego se fue diluyendo, es cierto, pero por ejemplo fue clave en el empate contra el Valencia con un gol en la prolongación.
– En este ansia de buscar soluciones, Joaquín Caparrós parece haber encontrado una con Juan Carlos en el lateral. Lo sorprendente es que el canterano del Real Madrid, extremo en aquella época y en el Betis de Pepe Mel, actúa en dicha posición cuando, como hemos comentado, por delante están Foulquier o Sissoko. Es un poco raro, ¿no Rafa? ¿Caparrós ha explicado sus razones?
En cierta manera, el Granada ficha a Juan Carlos por esa segunda vuelta en el Betis en la que juega muy bien como lateral izquierdo. Incluso el propio Juan Carlos, cuando llega aquí, se define prioritariamente como lateral izquierdo pese a haber sido extremo toda la vida. Y, dentro de lo que cabe, dentro de la situación de mediocridad en la que está sumergida el Granada, él está siendo una de las noticias positivas. Ha hecho bastantes partidos interesantes. Ahora bien, como tú dices, si lo que tienes por delante es un jugador como Sissoko, pues algo falla: o la decisión de colocar a los jugadores así o el fichaje de Luís Martins, el otro lateral de la plantilla, que era el capitán de la Sub-21 de Portugal, no le está convenciendo a Caparrós.
– El problema del gol está ahí. Y también el de la mala circulación de balón, como vimos en Córdoba. Pero luego, además, últimamente el equipo también está flaqueando en defensa. Encajar 27 goles, para un conjunto de Caparrós con un muy buen central como es Murillo, es demasiado. Y es cierto que, quizás, la defensa es algo bisoña, pero en mi opinión es que todo se debe a la mala dinámica. De funcionar mejor las cosas con balón, la defensa estaría rindiendo como debe. No veo una falta de calidad, por ejemplo.
Seguro, seguro. Hay que tener en cuenta que Babin, aunque no tuviera experiencia en Primera, estaba siendo uno de los defensas más destacados de la Liga Adelante en las últimas temporadas. Es un central bastante correcto. Y Murillo, como decimos aquí, es el primero en el escaparate. El jugador llamado a suponer un gran ingreso económico de aquí a nada. Sobre todo porque parece que puede ser titular con Colombia en la Copa América, lo que le haría revalorizarse.
Pero sí, es cierto. Está la juventud de Juan Carlos, el que Roberto no ha estado bien y, de hecho, ahora ha entrado Oier… Pero, como decías, al final es dinámica. No es un aspecto concreto ni individual. Es que el equipo se despista en momento puntuales, como en ciertas jugadas a balón parado. Pasó el otro día ante el Getafe con gol de Velázquez, tras un fallo de marca tremendo de Foulquier, o frente al Elche con gol de Lombán en la última jugada del partido. Estos fallos en Primera División se pagan muy caros. No puedes cometerlos. Porque cuatro puntos son muchos puntos. El Granada, con esos simples cuatro puntos, no estaría con los debates que tiene abiertos ahora mismo.
– Sea como fuere, Rafa, tú que sabes cómo está la situación y que conoces a la perfección el entorno del club, ¿eres optimista con el Granada de Caparrós? ¿Y la afición confía en que pueda haber una reacción tras tocar fondo en Córdoba?
Por lo que ahora mismo estoy notando, la afición está bastante desesperada. Y yo creo que lo que suceda hoy en Copa del Rey puede ser una muy buena forma de comprobar cómo se comportan para ver hasta qué punto llega su hastío. No sólo con el técnico, sino también con la dirección. A la gente le ha extrañado mucho que Caparrós no sea destituido tras 13 partidos sin ganar, pero hay que entender que la economía del club es la que es a pesar de todo lo que tiene detrás. El finiquito de Caparrós es cuantioso. Tiene firmadas dos temporadas a razón de dos millones brutos por cada una de ellas, con lo que serían tres millones brutos la indemnización y dejaría absolutamente hipotecado el mercado invernal. Entonces, la dirección, haciendo una reflexión bastante simple, ha preferido poder fichar a echar a Caparrós, porque un técnico nuevo tampoco te garantiza la permanencia. Así que se harán contrataciones pronto. Lo de Lass Bangoura, por ejemplo, parece que está a punto de caramelo.
Algo parecido a lo que hizo el Rayo Vallecano el año pasado, que a estas alturas de la temporada tenía exactamente los mismos puntos. La diferencia, claro, es que en Vallecas no había tanto debate con la figura del entrenador porque Paco Jémez venía de hacer una temporada maravillosa. Desde el club creen que con dos o tres futbolistas mejorarán las cosas, cambiará la dinámica, arrastrará a otros futbolistas y que, al final, el Granada se volverá a salvar.
– Al margen de Lass, ¿qué posiciones se planea reforzar en este invierno? Sobre todo porque hay que decir que, en las últimas hora, se ha conocido la intención de El-Arabi de abandonar el club ya mismo.
Claro, claro. Hasta el día de ayer el club estaba buscando un central y dos jugadores de banda, contando con Lass como uno de ellos. Esas son las obsesiones que tenía el Granada en el mercado, sin tampoco cerrar las puertas a reforzar otras posiciones si se ponen a tiro buenos jugadores. Lo que sucede es que, ahora mismo, no sé cómo se ha recibido en el club las palabras de El-Arabi. Todavía no he podido hablar con nadie vinculado a la entidad. Es un tema conflictivo. Y puede motivar cambios en esta política de fichajes porque, si él se va, se libera una elevada cifra porque su salario es uno de los más altos. Es un escenario totalmente incierto.
– La sensación, desde fuera, es que el Granada de Caparrós cada vez se parece más al Mallorca de Caparrós. Y, curiosamente, aunque suene paradójico, ambos equipos transmitían necesitar a un entrenador como el propio Joaquín Caparrós
Sí, sí. Es una paradoja. Y la comparación está ahí, es evidente. Sólo que hay una diferencia, una gran diferencia, que es que la situación institucional no se parece en nada a la del Mallorca. Ésta es la gran tabla de salvación que tiene ahora mismo el Granada, que es un club que tiene paz institucional y cuyos inversores conocen bien el proyecto. Entonces, dentro de lo que cabe, Caparrós tiene que afrontar un escenario diferente.
Hay que pensar que esto se puede revertir, porque los problemas son meramente deportivos. Yo creo que no hay que desesperar, porque personalmente también estoy viendo que el nivel que hay en la parte baja de la tabla no es muy alto, precisamente, y a poco que el Granada mejore debería sacar la cabeza. Está sólo a dos puntos de la permanencia y queda muchísima Liga. Yo me quiero agarrar a ese optimismo, aunque a Granada muchas veces se le llama la de «la mala follá» por ser algo fatalista. Es verdad que algunas personas ya se dan por descendidas, pero todavía queda mucho. Muchísimo. Y si se acierta en el mercado, la cosa puede mejorar.
– Seguiremos muy de cerca estos días al Granada. Rafa, muchas gracias por contarnos de primera mano la situación del club, del equipo y de la ciudad. Un placer tenerte en «Ecos del Balón».
Un placer charlar con vosotros.
–
Referencias:
twitter.com/RafaelLamelasjr
@migquintana 7 enero, 2015
Se acaba de hacer oficial (20:00) el fichaje de Lass Bangoura por parte del Granada. Lo anoto porque, evidentemente, la charla que tuve con el crack de Rafa Lamelas fue por la mañana y todavía no se había hecho oficial. A ver si en Granada logra explotar, porque en Vallecas pareció agotar un ciclo sin haberla terminado de romper. Tuvo buenos tramos en los que sacó los fuegos artificiales, pero en realidad no duraron más de 4-5 partidos. Cualidades y calidad tiene, desde luego. Y puede darle esa velocidad y ese desborde exterior que venía necesitando Joaquín Caparrós.