Ya es oficioso: el Córdoba Club de Fútbol es equipo de Primera División. Lo que debía ser una teórica obviedad desde aquel histórico día en Las Palmas de Gran Canaria, no lo ha sido en la práctica hasta hace apenas unas semanas. Y es que cuando Miroslav Djukic llegó al club andaluz no sólo se lo encontró hundido en la clasificación (cuatro puntos en ocho jornadas), sino que además vio ante sí a un conjunto sin oficio ni beneficio, cuya única individualidad era Fede Cartabia y que tenía al Nuevo Arcángel sumido en una suma tristeza. El contexto era muy desolador. La obvia falta de calidad y experiencia de la plantilla no eran justificación suficiente para las pobres actuaciones que había dejado el equipo del ‘Chapi’ Ferrer. Y, de hecho, incluso antes de llegar los refuerzos de invierno, Djukic ya había logrado meter en competición al conjunto blanquiverde. ¿La fórmula? Bastante orden, mucho trabajo y aún más Nabil Ghilas.
El Córdoba de Djukic ha sumado 13 puntos en 10 jornadas.
El potentísimo nueve argelino está muy finoTras los dos primeros partidos del técnico serbio se podía comenzar a intuir que su Córdoba iría fijando definitivamente a Fede en la derecha, que prescindiría del «passing game» del ‘Chapi’ y que, si podía, alinearía una doble punta para ganar presencia ofensiva. Y así, en cierta medida, ha sido. Pero esto son sólo detalles. Su trabajo no se podía centrar en una sola línea o fase del juego porque, simplemente, los problemas eran tan numerosos en defensa como en ataque. Debía conseguir que el grupo fuera un bloque, ganar ciertos nombres para la causa y comenzar a dominar un discurso. Sea el que fuese. Todo esto lo comenzó a lograr desde muy pronto sin hacer, en realidad, muchos cambios en el once. Con el mismo 4-2-3-1 de siempre el equipo fue ganando en solidez, se empezó a dejar la portería a cero (cinco veces en 10 partidos) y la transición ofensiva pasó a ganar puntos como los de la victoria en San Mamés.
Estos contragolpes, siempre auspiciados en una mayor seguridad defensiva, han estado dirigidos y protagonizados por Nabil Ghilas como si un biopic del punta argelino se tratara. Ya sin el sobrepeso con el que llegó en verano, está sembrando el terror en las defensas rivales como únicamente Jonathas de Jesús consigue hacer en la parte baja de la tabla. Esto es así porque Ghilas no necesita más que un pelotazo para producir. Con eso le basta y le sobra. Si el balón que le envían, encima, tiene sentido, la ocasión de gol es inminente.
A Ghilas se le pueden sumar Edimar, Andone y Bebé.
Según fueron pasando los partidos, Ghilas fue haciendo bueno el guión que le había escrito su entrenador. La altura defensiva variaba según las circunstancias, pero el bloque siempre se mantenía compacto porque, para crear peligro, no necesitaba romperse ni realizar según que concesiones. Con tener al delantero argelino era suficiente. Al menos, hasta que llegasen los esperados fichajes de invierno.
Bebé, Edimar y Florín Andone ya han gustadoFlorin Andone no es uno de ellos, pues procede de la cantera, pero sí que ha sido un refuerzo. Sobre todo para el propio Ghilas. Como se vio ante el Granada, la labor del delantero rumano está enfocada a apoyar al argelino, que pasa a ocupar la banda izquierda, a base de descargas, aperturas y posiciones de remate. Así, los fuera-dentro de Ghilas fueron incluso más peligrosos que sus carreras desde la posición de ‘9’. Su lesión impidió que pudiéramos comprobar la evolución de esta disposición en Vallecas, pero en su lugar entró Bebé, el que fuera jugador del United, y también gustó. Más hábil con el balón y menos agresivo con sus movimientos, pero el sentido del juego era el mismo y, además, éste se vio potenciado por el debut de Edimar, un lateral izquierdo brasileño que hizo honor a esta escueta descripción. Sumó recorrido, atacó la espalda de Kakuta y, junto a Bebé, convirtió la banda izquierda blanquiverde en el argumento con el que poder firmar la segunda victoria del Córdoba en 2015.
Djukic deberá decidir ahora cómo encajar todas estas piezas sin que se solapen ni le impidan recuperar al mejor Fede, pero esto ya parece una cuestión menor. Lo importante es que el equipo ya se parece a su entrenador y que Ghilas, su vehemente estrella, tiene refuerzos para lograr que el Córdoba CF siga siendo de Primera el año que viene.
AM14 16 enero, 2015
Totalmente de acuerdo contigo Miguel el Córdoba por fin compite y lo más importante con una idea fija que parece que funciona.
Quería preguntarte si crees que Djukic es capaz de sacrificar a Fede o Abel Gómez (quitas a un hombre que te da sacrificio defensivo y que le da pausa, experiencia y algo de sentido al juego) y juntas toda la artillería arriba con Bebé, Ghilas y Andone. Yo personalmente no lo veo viable, es más juntar a dos bestias cómo Bebé y Ghilas me pone quizá sacrificaria a Florin y mantendría a Fede y Abel.