17 jornadas después, lo que viene a ser justo el ecuador de la Bundesliga alemana, el Borussia Dortmund ocupa el penúltimo lugar de la tabla empatado a puntos con el colista, el SC Friburgo. Pese a ello ha completado una fase de grupos en Champions bastante buena y ofreció resistencia, como siempre, ante el poderoso Bayern Múnich en su enfrentamiento directo. Dicho de otro modo, parece sufrir más en el día a día que en los días gordos.
Jurgen siempre quiso correrNo supone novedad. Los hombres más llamativos del Proyecto Klopp (Hummels, Sahin, Gündogan, Kagawa, Götze, Lewandowski) destacaron por su frescura y por su creatividad, y como entonces la creatividad solo se asociaba a la posesión pausada y el dominio de las transiciones se explicaba por la exuberancia física de quienes lo ejercían, al Dortmund se le asignó un cartel de equipo de posesión que no reflejaba lo que en realidad hacía. Desde el primer instante, tácticamente estuvo enfocado a correr en ataque y, para conseguir situaciones que le permitieran hacerlo, alternaba diferentes tipos de defensa (presión a todo campo, líneas adelantadas pero pasivas o incluso repliegues totales) que, por versatilidad y calidad, le daban la iniciativa de los encuentros. En lo referido a su ataque posicional, la riqueza táctica era inferior. De ahí que la pérdida paulatina de talento individual se haya hecho sentir más en esa fase del juego, que es la que marca la diferencia en el día a día.
14 meses después Gündogan reapareció y dio margen a Klopp.
Con la recuperación de Gündogan tras 14 meses de lesión, a Klopp le tocó elegir: o potenciar su rendimiento liguero o inflar sus posibilidades en Europa. Aunque aún es pronto para valorar su decisión como algo definitivo, las pistas iniciales indican que podría haberse decantado por lo segundo, por ir a por la Champions.
Ilkay, ¿de Götze o de Gündogan?Desde su reaparición, Ilkay ha ocupado la mediapunta en el 4-2-3-1 habitual. A pesar de que la poca técnica del doble pivote ha sido señalada como una causa del mal ataque del equipo (18 goles en 17 choques), Klopp no lo ha visto como una solución a ese supuesto problema; ha preferido invertir su talento en la doble función que asumió Götze en la mejor versión del Dortmund: dar el último pase y, lo diferencial, parar el balón en campo contrario. Esa pausa en tres cuartos era lo que le daba un giro de tuerca de colmillo retorcido, un lujo prescindible en Bundesliga pero que el tiempo consagró como clave si se quería aspirar a la Champions. Klopp no usaba esos tres segundos que congelaba Götze para enriquecer un ataque organizado, sino para lograr con el balón el mismo efecto que infundía en sus rivales cuando cambiaba de plan defensivo: confusión letal. Sin ese plus, el Dortmund pasó a ser un equipo fácil de leer; quizás no fácil de parar, pero sí fácil de leer, algo que dio la vida al Bayern Múnich en la Final de 2013 y al Real Madrid en los cuartos de 2014.
Precisamente esa segunda cita demostró que, en un momento dado, falte quien falte, el sistema de Klopp sigue vigente y puede ofrecer una noche seria si se limita a su guion favorito: ser sólido, provocar fallos y correr después. Un mediapunta reflexivo, en este caso Gündogan, supone esa micro-variante que apenas se percibe cinco minutos por encuentro y que no precisa de más para sublimar la idea. Con permiso del estado físico de Ilkay, que Klopp priorizase la recuperación de este recurso era la explicación más probable que podíamos encontrar a su insistencia en colocarlo de «10». Habrá que ver qué sucede ahora, una vez se ha concretado el fichaje de Kevin Kampl. No se fíen de Jürgen.
NJosC 24 diciembre, 2014
¿Qué perfiles necesita el BD buscar en este mercado para intentar tener un día a día más coherente con el nivel de su plantilla y mejorar la calidad de su ataque posicional?