Era todo tan fácil que la goleada sólo se podía completar con aire fresco. El Chelsea se sabía tan superior y le sobraron tantas alforjas que tuvo que esperar a que Drogba y Ramires salieran afilados a una segunda parte entre estertores para seguir anotando. La poca efectividad de Diego Costa en los últimos metros descartó que el 0-5 final tuviera sentido al descanso, en un partido de narrativa muy poco atractiva. A los 2′ se falló la sentencia que condenaba al Schalke a pasarlo muy mal. Su incompetencia, conste en acta en esta ocasión, no resta méritos a un Chelsea que dejó una claridad puntualmente llamativa a la hora de gestionar todas sus posesiones y balances.
El Chelsea jugó su encuentro más plácido en esta fase de grupos
Los blues, ante tanta comodidad, se empeñaron colectivamente como un mediocentro. Durante los 90 minutos, y sobre todo, durante el tramo en el que se embolsó la victoria, fue dueño de todos los ritmos, y los impuso todos por propia voluntad. Roberto di Matteo dio función de líbero a Neudstater, Lo previo al 0-1, manual de una transición en una línea de cinco zagueros con ánimo de no ser basculada, siendo ancha e intentando tener efectivos alrededor tanto de Hazard como de Costa. No hubo trabajo específico sobre Cesc. Tampoco repliegue bajo. Estas circunstancias se observaron con 0-1. Es decir, tras el gol, el Schalke no cambió de chip. El gol llegó tras saque de esquina pero se gestó así: tras un centro al área de Uchida en banda derecha, Oscar recibió el rechazo, tocó para Hazard, éste la templó por alto hacia Willian que de un toque de cabeza se la dejó a Cesc; el de Arenys encontró de nuevo a Oscar pegadito en banda y orientado con su diestra para jugarla en profundidad hacia Diego Costa.
Esta jugada se repitió hasta en tres ocasiones y es el libro del contragolpe de Mourinho. Y es algo que no tenía el año pasado. Con casi total seguridad, Cristiano Ronaldo y Diego Costa son los jugadores con mejores desmarques de largo recorrido del mundo. Özil en el ciclo madridista y Oscar y Cesc esta temporada reproducen con gran frecuencia la función de lanzadera; los dos primeros situándose pegados a la banda, y el español como quarterback. La jugada del minuto uno, diseño y estilo del entrenador. El consecuente gol de córner de Terry tuvo un impacto inmediato y definitivo en el resto del encuentro. Di Matteo no se llevó ni mucho menos las manos a la cabeza y aún perdiendo, siguió sin presionar arriba, sin voluntad de robar ni de aumentar el ritmo del encuentro (los siete primeros jugadores del Chelsea desde el portero superaron el 90% de acierto en el pase; nunca salieron en largo por ser presionados). Con balón, ni por idea ni por capacidad individual pudo generar peligro ni continuidad.
Gran inoperancia del Schalke, pero puede aún clasificarse
Ahí entró un Chelsea de mucho, plácido y convincente control. Se la pasó, la guardó, se juntó con muchos en la izquierda y cambiaba de frente sin oposición. Matic, siempre proactivo, barrió lo que rebotaba, y Willian mezclaba diagonales a la espalda, conducciones interiores y cambios de ritmo fantásticos. Con 0-2 y 0-3 el ritmo bajó por dictamen visitante, y ahí también se mostró pasivo un Schalke sin energía. Y aún así, ganando en Maribor y celebrando una nueva victoria del Chelsea, se clasificará de nuevo para octavos.
@Futbolvidado 26 noviembre, 2014
Que flojo el portero alemán en los dos primeros goles no?