La Premier League giró una mirada furtiva dirección Londres desde que Didier Drogba marcó el 0-1 hasta que Ángel Di María se dispuso a patear la falta que supuso la igualada. De haber ganado el Chelsea ayer en Old Trafford, era tal la distancia con sus potenciales competidores por el título -ocho con el más cercano, 13 con el más lejano- que para estrecharse tal distancia se debía/debe dar un nivel muy alto de puntuación de un perseguidor y todo lo contrario en un equipo que sigue teniendo las mejores individualidades línea por línea y la estructura más sólida en todas las fases del juego. Robin van Persie empató con el tablero iluminado, tras un partido que dejó a Louis van Gaal a medio camino entre la lucidez y la exposición. Y ello fue interesantísimo.
La lectura global pospartido dejaba claro que Cesc Fàbregas, capataz visitante, desapareció del mapa en cuanto a altura en el campo, pases y protagonismo se trataba. Que el United lo había tapado, fijado, rondado y deshabilitado para que su equipo no creciese. Pero lo más interesante no fue que por momentos una marca lo siguiera, sino el plan que el técnico holandés tenía preparado para, de alguna manera, tirar arena a los ojos del gigante que a la larga impondría su fuerza. Cegar al fuerte y así ganar tiempo.
Van Gaal acumuló hombres sobre Cesc, pero desde el balón
Van Gaal ganó tiempo a través de sus zurdos es el resumen de los dos primeros tercios de primera mitad. Louis sacó a siete no diestros, de los cuales cuatro -Mata, Blind, Shaw, Januzaj, más Fellaini- atacaban por la izquierda, el costado por el que los red devils salían, construían y profundizaban. Fàbregas fue el resumen de la primera parteTodos bien orientados, ganaban altura y se sumaban alrededor de Cesc. El de Arenys tenía que bascular constantemente hacia la cal, lo que suponía tres cosas: que Fàbregas estuviera rodeado cuando la recuperaba alguno de sus zagueros, perdiéndose opción limpia de transición -«los zurdos contra Cesc»-, que Matic estuviese alejado del robo y el cuerpo a cuerpo, y como puntilla, que sin Costa, la mejor conexión londinense para pasar de un campo a otro es Cesc-Hazard, un pase del español en su campo que reciba tras apoyo el belga en el contrario. Mediocentro y mediapunta, alejados del más rodeado.
Una vez asentada esta idea de desactivación, el United tenía a Di María con más espacio en derecha para hacer 2vs1 junto a Rafael sobre Filipe -Hazard suele desatender más estas labores- si Daley Blind volcaba con rapidez el cambio de orientación. Como el ex-Ajax no es todo lo ágil que hay que ser para sacar ventaja ante un Chelsea, y que el United dejaba a Rojo, Smalling y Rafael contra las conducciones de Hazard y Willian, los blues salían por mera individualidad. Van Gaal no completaba el plan porque belga y brasileño metiendo quinta desde su campo tienen serias papeletas de ganar la partida en una zona en la que Mata y Fellaini, interiores ayer, estaban cargando la zona izquierda, Blind es flojito como corrector y Rojo, Smalling y Rafael son Rojo, Smalling y Rafael. Batalla igualada alrededor del minuto 25-30, seguramente antes.
En cuanto el Chelsea comenzó a prodigarse y a crear inestabilidad en el balance local -dos perdidas de balón mancuniano en salida alrededor del 31′ ayudaron a ello- entró en juego Nemanja Matic. Y no para bien. Si antes Cesc estaba siendo superado en las asociaciones de los zurdos, el serbio entendió que había que sacar las piernas y ajustar por pura presencia e ímpetu, y la verdad es que en varias ocasiones eso no correspondía. Pondremos un ejemplo gráfico y definitivo que en ocasiones castiga a Matic en su valoración global como jugador.
Hazard volvió a bastarse para fabricar contragolpes individuales
En esta primera fotografía, el Chelsea, que siempre tiene bien ubicados a un número sostenible de jugadores por detrás de la perdida, hace balance en buena disposición de agruparse, aminorar la velocidad de la transición y desarbolar el contragolpe. Matic, como un imán, se va a por el balón -Di María-; el argentino cede al centro, por donde corre Mata, a Cesc no le da tiempo a llegar pues Nemanja no solo no ha frenado tapando opción de pase a Mata, sino que ha acelerado la decisión. La jugada termina con Juanín cediendo a Januzaj, que dispara cerca del palo. No fue algo aislado; Matic favorece en ocasiones que el oponente ataque el lado débil de un balance presumiblemente sostenible.
En la reanudación, no mucho tiempo después del pítido del árbitro, De Gea se la paró a Hazard, que pasó en verde al lado de Rojo, y el mito marfileño coló de córner lo que debió haber ocurrido antes. Su marcador fue Rafael da Silva, y quien cubría el primer palo era Robin van Persie –un hombre en cada palo, curioso-, que es como si emparejas a Elmer Bennett con Roberto Dueñas y pretendes que el primero le ponga un tapón. Con 0-1, Mourinho adelantó a Cesc a la mediapunta y cerró con Mikel junto a Matic, retrasó líneas y ‘cerró’ el partido. Courtois detuvo otras tantas hasta que van Persie dio un minirespiro a Old Trafford, sin saber aún a qué acogerse. El United está aún muy lejos de su potencial y no sabemos a qué distancia de lo que busca realmente su míster.
Miguel 27 octubre, 2014
Se han desvivido en halagos hacia Van Gaal en este blog, que yo espere que su equipo a esta altura jugara a otra cosa, que no se conformara con un empate en Old Trafford, pero en fin …ustedes saben de futbol