La final del Mundial de Brasil acogerá en el área argentina el enfrentamiento entre los dos jugadores más regulares y entonados de cada uno de los seleccionados: Ezequiel Garay y Thomas Müller. En principio, ambos conjuntos tendrán un perfil continuista; esperamos a una Argentina replegada y junta, ocupando la zona entre su área y la línea de mediocampo, y a una Alemania que formará con dos delanteros, Klose como referencia y Müller dejándose caer más libre sobre la banda. La ‘doble punta’ alemana (pese a formar en 4-3-3 con Özil) genera dos emparejamientos con los centrales argentinos, y ahí el reparto es sencillo: central lento con delantero lento, central rápido con delantero rápido.
Precisamente porque Alemania necesita de los movimientos de su mejor hombre para crear ventajas por delante de balón y ganar calidad en los últimos metros, la labor de Garay debería estar enfocada a frenar sus giros en el apoyo, al estilo de lo que ya logró con Origi frente a Bélgica, pero esta vez en un duelo mayor exigencia. Klose influirá por dentro, pero en un papel más enfocado a la definición y ocasionalmente al juego directo. Dicha zona la peinarán Demichelis y Mascherano. Sabella debe confiar en el soberbio rendimiento de su mejor central para perseguir al hombre que, juntándose con Khedira, más eficientemente puede agilizar el juego alemán. Si Müller pide a gritos atención individual, Garay responderá con contundencia.
@migquintana 13 julio, 2014
''La final del Mundial de Brasil acogerá en el área argentina el enfrentamiento entre los dos jugadores más regulares y entonados de cada uno de los seleccionados: Ezequiel Garay y Thomas Müller.''
El problema para el central argentino, que me encanta, es uno de los centrales del año sin lugar a dudas, es que el enfrentamiento con el punta alemán no se dará sólo en el área. Quizás eso ya no le atañe a él, pero sí a su equipo y a su zona de influencia. Con un interior de fabulosos movimientos sin balón como Khedira y un lateral como Lahm que es capaz de doblar por dentro o por fuera, es que Müller tiene el contexto perfecto para brillar desde la libertad. Y si flota por ahí, es que la va a liar. A Garay sólo le quedará limitar ese remate final, que al final es lo más determinante, pero todo lo anterior… complicado.