México: Sin nombre

Hace un lustro el director de «True detective», Cary Joji Fukunaga, debutó en el formato largo con el film mexicano «Sin nombre». En esta película, además de presentar su talento en la dirección, disecciona dos realidades incómodas para el país centroamericano como son la inmigración irregular y la violencia callejera. Realidades encarnadas en una joven hondureña que intenta cruzar México para llegar a Estados Unidos y en un chico mexicano que pertenece a la banda criminal de la Mara Salvatrucha. Escapando de la pobreza o de la violencia, sus caminos se encuentran en el techo de un tren. Nada tiene más poder simbólico que un tren. El mismo medio de transporte con el que John Ford modernizó el oeste americano y en el que Fukunaga transporta la miseria y la esperanza de muchas personas sin nombre. Un tren que sube desde Chiapas hasta la frontera, recorriendo la espina dorsal de México, un país que no puede cruzarse sin que te atrape, te transforme y elija tu destino.

“Vas a llegar a tu destino, pero no de la mano de Dios sino de la garra del diablo”.

Tras ganar por la mínima a Camerún y empatar con Brasil en Fortaleza, la tricolor se enfrenta a Croacia, no sólo viva, sino coleando con fuerza. Una vitalidad que emana de su partido contra la anfitriona, su capacidad de resistencia en aquel encuentro ha sido la gran hazaña de los mexicanos en lo que va de Mundial. De las manos de Ochoa se consiguió un empate más valioso por los dos puntos que le robó a la canarinha que por el punto que sumaron ellos mismos. Las enormes dudas que generó su camino hasta Brasil y la cantidad de sombras de su juego hacen que México llegue al último partido con más posibilidades que argumentos. Le vale un empate, incluso a cero, y de esta forma pasar a octavos con apenas un gol a favor pero ninguno en contra. Los de Miguel Herrera tienen al alcance de su mano coger el ansiado tren con destino al quinto partido. El trayecto no va a ser fácil; croatas, holandeses o chilenos esperan dispuestos a apear a una selección a la que pocos esperaban. De la mano de Dios o de la garra del diablo, México quiere llegar a su destino.

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