EEl Valencia de Pizzi ha tenido días mejores y peores pero casi siempre ha dejado algo. Desde victorias sonadas a tramos de muy buen juego. Ayer, en el peor momento posible, el cuadro valenciano tuvo su primera noche vacía, un lujo inasumible en las rondas finales de un torneo continental. De exprimir la pifia se encargó el bonito Basilea, cada vez más asentado en esto de competir.
El Valencia no pudo rehacerse de su malísima primera parte
La primera parte vino marcada por la bellísima salida desde atrás del Basilea. En ella, los centrales se abrían hasta casi la banda, mandando a los laterales a rondar campo contrario. Por dentro aparecía para pedirla el mediocentro, Serey Die,La salida suiza, una joya visual que obligaba a Keita o Parejo a salir, espacio que aprovechaba cualquier compañero para pedirla entre líneas y avanzar con suavidad. Ver salir al Basilea estaba siendo algo delicioso. Subiendo en grupo y nunca al pelotazo, los suizos metían atrás el Valencia sin sudar. Como ayer el Basilea jugaba sin referentes ofensivos claros, el área quedaba vacía en ocasiones pero la superioridad futbolística existía. Quizás no para un 2-0 al descanso pero existía. El Valencia solo lograba romper la presión de los locales cuando Fede se regateaba a cuatro adversarios.
Y con la pelota, peor. El Valencia regaló 45 minutos de extraña inoperancia. Un intervalo del partido sin movimientos por delante del balón, con Keita y Parejo siempre a la misma altura y nadie ofreciéndose entre líneas. Vargas desaparecido y en las bandas se recibía al pie. El Valencia estaba jugando muy mal.
El Valencia de Pizzi no existió los primeros 45 minutos de partido.
Con 2-0, resultado soñado, el Basilea dio un paso atrás, disfrazando al Valencia de dominador. Decimos disfrazando porque, a pesar de las múltiples ocasiones generadas en la segunda mitad, a los ches les faltó mucho juego. Vivieron de la calidad exterior de Juan Bernat, que cada día toma mejores decisiones cuando sube. Los españoles centraron mucho pero entre que Vargas y Keita lo fallaron todo y que el central Schar estuvo imperial en el área, al Valencia no le sirvió de nada el buen partido de Bernat. Pese a todo, quedaba la sensación de que Mestalla aún tenía algo que decir en la vuelta. Entonces apareció Stocker y con una preciosa vaselina puso todo casi imposible. Casi.
Abel Rojas 4 abril, 2014
David, ¿alguna situación de exigencia a campo abierto o en banda para Schär? Si este central tiene eso también, seguramente estemos hablando de uno de los proyectos más interesantes que ofrece la posición ahora mismo en toda Europa.
En el área es un super clase pese que a veces me queda la sensación de que es un poquitín blando y en salida de balón es fantástico.