En los últimos 12 meses, el Galatasaray SK ha alcanzado unos cuartos de final de la Champions, ha eliminado a la Juventus de Turín y ha superado al Chelsea de Mourinho durante 45 de los 90 minutos que les han medido hasta el momento, y aun así pocos futboleros lo toman en cuenta. El desorden mostrado en sus recientes cuatro partidos contra el Real ha chocado tanto en la esfera hispano-hablante que tendemos a ignorar sus éxitos, así como las virtudes que le permiten alcanzarlos: su orgullo de león turco, una fe en su estilo a prueba de bombas, un nivel técnico muy notable y una pegada… que ya quisiera The Happy One. Además, ha ganado un poquito de cuerpo táctico tras el último ajuste de su entrenador, Roberto «Il Bello» Mancini.
El 4-3-3 mejora al GalatasarayLa primera media hora de la ida fue cómoda y productiva para los ingleses. Mancini puso el equipo de Fatih Terim y adoleció de lo siempre, ocho de sus once jugadores solo pensaban en atacar, lo hicieron sin control y entre Willian y Torres le descosieron a la contra. En defensa, un doble pivote tan llegador como el conformado por Melo e Inan no parece sostenible; en el medio siempre queda un boquete para acelerar. Así, en el minuto 31, con 0-1 y siendo peor, Mancini quitó al extremo derecho Hajrovic y dio entrada a Yekta Kurtulus, un interior aseado en lo técnico que, en lo táctico, destaca por su responsabilidad. Por eso, sin ser mediocentro, jugó como tal. Se le pidió fijar su zona y no la abandonó. Por su parte, los insensatos Felipe Melo y Selcuk Inan hicieron de box-to-boxes.
Tras lo de Estambul, Mou llegará preparado para Melo e Inan.
Y el quit es que, con toda su insensatez, Melo e Inan son muy buenos. Es una pareja de medios muy creativa, bastante decisiva en el último tercio y con una personalidad que abruma; siempre, en cualquier lugar, intenta imponer su fútbol de arte bizantino. El segundo periodo del Galatasaray-Chelsea estuvo ahí. Empezaron a intercambiarse de lado, a tocar mucho el balón, a dar pases de importante factura técnica y el equipo de Mourinho se fue encerrando cada vez más. Tanto fue así que, visto que sus hombres no reaccionaban, José quitó un extremo y metió un pivote extra para ver si así controlaba mejor. No es que Felipe y Selcuk formen una dupla dominante, sabemos de su acierto irregular y sobre los tragicómicos episodios del brasileño, pero la esperanza de Mancini reside en una exhibición de estos dos. Su defensa es débil -pese a que Alex Telles mole- y su trío ofensivo, aunque rebosa talento, carece de físico. Wesley y Big Didier están menos móviles que nunca.
Helenio_Herrera 18 marzo, 2014
Pero qué mal ha envejecido Sneijder. Rara carrera la suya.