Hubo un tiempo en que Milan y Juve competían a la par, eran el duelo liguero más importante de Europa en términos de calidad e incluso jugaron una final de Champions en Old Trafford. Tiempos que podrían volver sin darnos cuenta. Son dos de los mejores clubes del mundo –la Juve también lo es actualmente como equipo- y la experiencia nos dice que un grande renace cuando menos intensa e impaciente es la espera. Ayer fue un ejemplo de sus momentos competitivos actuales. Aún así fue un muy buen partido, con una primera parte más que notable y recomendable. Fantástica.
La propuesta de Seedorf: más valiente que suicida. Con mensaje
Resumen del ejemplo mencionado sobre el momento actual de ambas escuadras fue el minuto 43. En una jugada extraordinaria, la Juve se adelanta con gol de Llorente y en un plano rapídisimo la realización enfoca a Seedorf. Si pueden, vean el semblante del holandés. Es difícil que al espectador neutral no le dejara algo fastidiado esa imagen. Sobre todo porque Clarence Seedorf propuso cosas muy provechosas para sus intereses. Fue valiente, término que ayer se debe tratar en toda su expresión porque el Milan, sabedor que existe un mundo, en puntuación y personalidad, entre ellos y la escuadra de Conte, salió a que le partieran el pecho. El Milan de Seedorf fue valiente y dinámico.
¿Cómo abrir un partido en el que la Juventus, con el mejor nivel físico de la Serie A, es visitante y dosifica sus esfuerzos en este tramo de temporada con cirujano equilibrio? San Siro vio como su equipo, un 4-2-3-1 desplegado en 100 metros como un abanico, se abrió para abrir al rival. Para abrir el partido. Los rossoneri Clarence tenía claro el planplantearon una presión sobre los cuatro hombres que inician en la Signora: Pirlo y los tres centrales. Algo similar a lo que planteó la Roma en su visita al Juventus Stadium. Poli se pegaba a Andrea, Kaka sobre Barzagli, Pazzini sobre Bonucci y Taarabt encimando a Cáceres. Montolivo y De Jong iban a por Pogba y Marchisio. Laterales fijando a los carrileros y centrales sobre delanteros. La salida de balón juventina tenía que ser en largo y enfrentando una momentánea marca individual once contra once, algo más zonal en la última línea, dependiendo de los movimientos de Tévez, saldo ganador contra Bonera.
Esta disposición estiró a los 22 sobre el campo y concedió espacios a ambos equipos. Y ambos tuvieron ocasiones clamorosas, tampoco muchas. El caso es que el Milan fue mejor porque consiguió que la Juve se tomara en serio las transiciones de su rival, que encontró en Urby Emanuelson el hombre de la primera parte. Emanuelson hizo todo a la perfección. Fue salida, desborde y claridad. Con su presencia y puntualidad definió la clave táctica del encuentro en esos primeros 45 minutos: que Kaka, Poli y Montolivo sometieran a Pirlo y Marchisio a través de atraer a Pogba hacia fuera. El duelo lo ganó el holandés con suficiencia, lo que ya es decir. En estado de gracia, conectaba por fuera con Kaka, por dentro con Pazzini y en largo incluso hacia Abate.
Carlos Tévez no era sostenible para Seedorf. Y apareció
Bonucci sacó bajo palos una jugada exquisita del Milan, Llorente adelantó a la Juve y el fútbol quedó a un lado. La fiabilidad de los chicos de Conte cerró un partido que Seedorf intentó reanimar con el paso de los minutos. Un zapatazo de Tévez, el hombre que el Milan no podía sujetar si combustionaba, hizo la diferencia. Hay que creer en Clarence. Al menos futbolísticamente. En junio veremos que planes le depara el destino.
@DavidLeonRon 3 marzo, 2014
Yo también veo en Seedorf a un tipo valiente. No sé cómo interpretar esa valentía a largo plazo, ni siquiera si ese sentir es algo puntual o realmente es lo que tiene dentro Clarence… El caso es que el Milan pretende arriesgar y ser ofensivo.
Veremos de cara al futuro. El Milan ya es seguro que no jugará Champions y Europa se les complica a cada jornada que pasa. Visto lo visto, igual es mejor empezar de cero.