Sevilla y Real Sociedad jugaron un partido que pudo ganar cualquiera y quizás no debió ganar nadie. Tras vencer con enorme justicia al Barcelona, el cuadro vasco se siente en uno de los mejores momentos de la temporada. Quizás por eso su técnico se la jugó en busca de la victoria cuando cosechaba un empate que no pintaba del todo mal. Emery, a veces precavido, a veces reservón, aceptó el reto y también arriesgó. La suerte estuvo de su lado.
Sevilla y Real jugaron un encuentro disputado aunque no bueno
La Real repitió el exitoso 4-4-2 en rombo de la semana pasada ante el Barça. Eran los mismos hombres (con Ansotegi por Mikel como único cambio) pero con un rival muy diferente. El Sevilla cedió la posesión, obligando a los de Arrasate A la Real le hizo falta un extra de Carlos Velaa iniciar el juego en la mayoría de ocasiones. Ahí la Real gripó. Ni Bergara ni Zurutuza trasladaban con velocidad el esférico y Elustondo (interior derecho) estaba más pendiente de alejarse del balón para cazar segundas jugadas arriba. Ante este panorama, no sabemos si la presencia constante de Canales atrás estaba prevista o fue interpretación de Sergio. En cualquier caso, sus intervenciones no surtían efecto porque ni Vela ni Griezmann ocupaban con regularidad su hueco entre líneas. El mexicano estuvo bien en las que tocó. El problema es que tocó pocas.
En el bando sevillista se recibía con agrado lo que sucedía sobre el césped. Sus ataques organizados casi no existían (solo Reyes inventaba al abandonar la simetría de su banda izquierda) pero esto a los de Unai hace tiempo que no les preocupa tanto. El Sevilla fue lo de siempre: menos del 70% en pases, menos posesión que el rival, gran juego directo sobre Bacca… y Rakitic. Lo del croata fue de nuevo espectacular. A su capacidad de abarcar metros al contragolpe, Ivan añade una cualidad clave: aparece por todo el ancho del campo. No hay esquinita en la que no recoja dejadas de sus compañeros. El Sevilla era lo que creaba Rakitic, que tampoco fue gran cosa.
La Real Sociedad no tuvo nunca claro cómo iniciar sus ataques
Los entrenadores introdujeron cambios tras el descanso. En el caso de Emery, Cristóforo entró por un Trochowski al que no hemos nombrado porque no hubo nada que decir de él. Arrasate por su parte fue un poco más allá. Rubén PardoArrasate fue a por el partido saltó al verde por un planísimo Zurutuza, pero además se produjo una variante táctica. Elustondo abría su posición y pasaba a jugar más cerca de la banda. Pardo y Bergara se colocaban casi en doble pivote, aunque Rubén se soltaba para rellenar un poco el costado izquierdo, que seguía sin tener dueño. El objetivo final de Arrasate, amén de dotar a la medular de mayor creatividad, era adelantar líneas y aumentar la presión. Ir a por el partido.
El efecto de la modificación de la Real Sociedad fue doble. Por un lado, los donostiarras comenzaron a robar mucho más arriba y a ser auténticos dominadores del encuentro por primera vez. Sin embargo, las posiciones de Elustondo y Pardo estaban dejando demasiado solo a Markel Bergara, algo que aprovechó Carlos Bacca para entrar en escena. Su recital de apoyos incitó a Emery a jugársela.
El paso adelante de los de Arrasate condicionó la segunda mitad
Al ver que la Real ofrecía espacios a la espalda de sus interiores, Unai bajó a Rakitic, su filtrador de pases más seguro, al tiempo que mandaba al terreno de juego a Gameiro. El Sevilla metía velocidad y compañía para un Bacca que superaba por goleada al triángulo Ansotegi-Íñigo-Bergara. La dupla Gameiro-Bacca no siempre ha logrado ponerse de acuerdo pero ayer, con espacios, fue letal. El delantero francés no tardó ni cinco minutos en marcar y terminó chutando tres veces en poco más de un cuarto de hora. Su peso en el partido resumió un duelo táctico interesante, quizás lo mejor de un encuentro que no lo fue tanto.
Ooijer 3 marzo, 2014
Mal partido el visto ayer en el Pizjuán. Lleno de imprecisiones en el centro del campo y con pocas ideas arriba. Creo que el Sevilla mereció ligeramente ganar porque tuvo más claro a qué jugaba, y al final el cambio de Gameiro cambió el partido.
El Sevilla planteó el partido que odia la Real, bien metidos atrás y apenas dejando espacios por el centro, con lo que el ataque estático de la Real quedaba en nada siempre. El esquema de Arrasate sirve contra equipos que te van a dominar y que te van a dejar espacios con los que matarles con Vela y Griezmann. Pero ayer fue todo lo contrario. La Real a la hora de atacar no tenía ninguna fluidez ni creatividad con Zurutuza y Elustondo, y Canales tenía que bajar muy abajo para recibir. Tampoco tenía ataque por bandas ya que José Ángel y Zaldúa subieron con cuentagotas.
La Real necesitaba un cambio de sistema como el comer, pero Arrasate apenas varió. Creo que urgía un 9 de referencia (Agirretxe) para fijar a los centrales y que Vela y Griezmann tuvieran espacios, pero metió a Xabi Prieto que no mejoró en nada a Canales. El Sevilla sí que varió, arriesgó y le salió bien. En ese sentido creo que mereció la victoria.
Como dije en el post del otro día del Athletic-Granada, creo que los bilbaínos son más favoritos aún para el cuarto puesto. Las dos siguientes jornadas serán claves, y si el Athletic sale vivo de sus dos partidos, les veo cuartos.