Antes de cambiar el fútbol español con la primera de las muchas victorias que estaban por llegar, Luis Aragonés hizo lo propio con el Atlético de Madrid. Su legado fue enorme por carácter, personalidad e impronta futbolística, siendo una de las figuras claves de un club que pasó a ser conocido como «el Glorioso». A modo de homenaje, Antonio León y Alejandro Arroyo charlaron de su importancia como futbolista. Entonces, como se comenta, ya era un entrenador sobre el campo.
Antonio León: […] Era un jugador muy especial. Parecía que era un hombre lento, pero no lo era en absoluto con la enorme zancada que tenía. Yo recuerdo haberle visto en el Nou Camp varias veces, una en el campo del Espanyol y otra en el del Córdoba. Ese Atlético era un equipo que, en cuanto cogía el balón, se aprovechaba muy bien de sus cualidades para lanzarse como una flecha con la gente tan veloz que tenía. Esa es una característica que ha tenido siempre el Atleti en aquellos años 60 y 70.
Alejandro Arroyo: Sobre todo yo creo que se diferencia mucho respecto a lo que es el futbolista español hoy en día. Luis es el contraste absoluto, ¿no? Yo siempre lo he hablado con Abel, pero es que es un poco como el Frank Lampard de hoy. Era un futbolista de mucha ida y vuelta que, además, metió 171 goles con el Atlético de Madrid. Un centrocampista súper goleador y muy trabajador.
Antonio León: Es que esa era su característica especial. Él sabía incorporarse de maravilla. Además, también se aprovechaba muy bien del que, para mí, es el delantero más inteligente que ha tenido este país, que es Eulogio Gárate. Entonces, con los desplazamientos de Gárate que arrastraba a los defensas y la velocidad que tenía Ufarte, él se incorporaba. En cuanto Adelardo recuperaba el balón, se la pasaba a él y Luis se incorporaba rápidamente dándosela a Gárate o Ufarte. Llegaba con una facilidad al área increíble. Además, es que era un jugador que lo mismo te jugaba con la cabeza que con el pie. Era muy completo, muy completo.
Alejandro Arroyo: Has hablado tú de Gárate, y yo creo que, cuando llega Luis, él pasa por dos equipos. El primero teniendo en el centro del campo a Adelardo y a Glaría, y luego él sufre una transición a través de Carlos Lorenzo con ese Atlético argentino con Benegas…
A.L.: E Irureta, que también fue muy importante en aquellas fechas. Yo creo que, incluso, la manera de jugar del Atlético viene de antes. Marcel Domingo les dio una impronta de velocidad y juego al contraataque que yo creo que ya quedó en el ADN del Atlético hasta desarrollarlo aquellos años de forma extraordinaria.
A.A.: Sí, pero yo creo que Luis es el representante de un tipo de fútbol que el Atlético ya no abandona, ¿no? Digamos que, en ese último Atlético con Gárate y los argentinos, Luis ya tiene 36 años pero se amolda perfectamente a ese trabajo. Ahí ya le ha dado el estilo. Luis era el estilo.
A.L.: Si hay un partido que está marcado en mi memoria a la hora de conocer al Atlético de Madrid, es el que jugó en octubre de 1973 contra el Dinamo de Bucarest. Si podéis verlo, es la esencia máxima. La maravilla número uno de como un equipo juega en Copa de Europa al contragolpe. Ganó 0-2, y fue una auténtica maravilla. Si podéis verlo, miradlo porque es una antología de lo que era ese Atlético de Madrid. Y, como dices, era un poco ya en los estertores final de su carrera, porque ahí Luis juega la segunda parte, sustituyendo a Gárate precisamente.
A.A.: Es que ese Atlético era muy particular. Cuando Luis se retira y hace esa transición a ser entrenador, es el personaje capital para entender, no sólo un Atlético grande de títulos, sino todo lo que representaba como una figura muy importante.
A.L.: Si hubiese que calificar al amigo Luis, yo diría que ha sido el cemento que dio consistencia a ese Atlético de Madrid en aquellos años. Y no sólo eso, sino después a lo largo de su vida también ha sido el «hombre río» del club en los últimos cuarenta años. Siempre ha estado presente. Y, en cuanto a la esencia del Atlético de Madrid, es que son varios hombres clave: él, Adelardo, Garate y Ufarte. Ufarte se va, pero viene un Juan Antonio, que no tenía la misma clase pero sí mucha velocidad. Luego, para seguir teniendo la consistencia del equipo y de lo que era su ADN, llega Becerra y luego Ayala. Es decir, que se mantiene un tipo de futbolista especialmente adecuado para el estilo de juego del Atleti. Y en eso, el cemento, el armazón, siempre es Luis Aragonés en el centro del campo.
A.A.: Ves aquellos equipos y, es cierto, tenías a Ufarte que tenía muchísima calidad, no hemos hablado de Collar, que era velocísimo, o Mendoza, que era un delantero espectacular, pero es que Luis era eso. No muy elegante, pero te transmitía esa manera de interpretar el fútbol que, a partir de ahí, es que es completamente igual que él.
A.L.: Todo el mundo le reconocía en aquella era como el entrenador en el campo. Se veía que iba a ser un grandísimo entrenador. Lo mismo que se ha hablado de Guardiola, que ya se veía que iba a ser técnico. Luis es que era eso. Transmitía una seguridad y una confianza a los compañeros en lo que había que hacer, que ellos mismos lo han reconocido siempre.
A.A.: Yo no sé si estarás de acuerdo, Antonio, pero con Luis no sólo se ha perdido una figura muy importante en el fútbol a nivel meramente futbolístico, sino que, al trascender desde el césped al banquillo, su carisma le ha creado un personaje. Y yo creo que eso le ha acercado a la gente. Pero, hablando sobre todo de su carisma como entrenador, ¿tú cómo lo ves? Ya desde el primer momento se ve que es un entrenador, ¿no?
A.L.: La anécdota «number one» podemos decir que fue cuando fue nombrado entrenador. Él aún estaba jugando y, a la semana siguiente, cuando le tocó entrenar, los compañeros decían que Luis ya llevaba una carpeta con una enorme cantidad de fichas, de movimientos tácticos y de cómo debía jugar el equipo que, evidentemente, no se había preparado de un día para otro. Él ya lo tenía asimilado. Sabía lo que quería hacer en el equipo.
A.A.: Es que son gente que ya preparan el salto, como tú dices, cuando están cerquita de retirarse. Saben que van a ser entrenadores. Él consigue, con suerte, que el Atlético acuda a la Intercontinental, ya se hace como entrenador ganándola y, a partir de ahí, su andadura yo creo que es un auténtico manual del entrenador español con una grandísima trayectoria.
A.L.: Grandísima, eh. Se le notaba que había sido futbolista por cómo hablaba siempre a los jugadores, cómo sabía lo que había que hacer, con las ideas clarísimas… Eso lo ha tenido siempre. Y el recuerdo que ha dejado por todos sitios que ha pasado, porque eso es digno de reconocer. Después de más de 40 años como entrenador, el poso que ha dejado […]
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Referencias:
«Pares o Nones»
https://twitter.com/#!/antonioleonro
https://twitter.com/#!/Arroyer
Abel Rojas 3 febrero, 2014
Chicos, a mí esto me ha parecido maravilloso.
Antonio es el Luis Aragonés de Ecos. De verdad, mi más sentido aplauso.