El fichaje de Edinson Cavani este verano era todo un tema. De un lado estaba su cotización. El Napoli no necesitaba vender, no quería hacerlo y la afición adoraba a su «9», aspectos que permitieron al excéntrico De Laurentiis fijar su precio en más de 60 millones de €uros. Luego en un segundo párrafo quedaba la rareza del jugador. Su cuerpo hercúleo y su impactante cifra goleadora parecían anunciar al nuevo Radamel Falcao, una figura que muchos querrían y que, en realidad, no tenía nada que ver con el juego del uruguayo. Si se le firmaba para ser el «9» jamás podría justificar la inversión acometida.
Cavani es el ala diestra del PSGPor suerte para el Paris Saint-Germain su entrenador es Laurent Blanc, un tipo ultra estimulante que asigna posiciones en virtud de las características de los jugadores en lugar de por sus cifras goleadoras. Los puntos fuertes de Cavani son su recorrido, su velocidad, su llegada y su insistencia, valores que en un equipo tan técnico y preciso como el francés solo podría desarrollar desde uno de los costados. Y desde la jornada 1 el uruguayo ha ocupado el extremo derecho de un 4-3-3. Y ni aun así su éxito estaba garantizado. Cavani requería todavía más aciertos de su alrededor para no encontrar trabas. Se insiste: su biotipo es delicado.
Cavani no es «9» pero necesita que no haya uno puro a su lado.
Siendo un atleta de banda con capacidad de trabajo para hacer hasta de doble lateral defensivo cuando su equipo no tiene la pelota, Cavani culmina cada jugada de ataque en el área chica contraria. Tanto si son contraataques como si se trata de una acción posicional. Es un loco del gol y del remate, de estos que suman cifras por constancia en vez de por precisión. Si Edinson no tiene más de cuatro ocasiones en un partido, lo normal es que no marque, que esté triste y que aporte poco arriba. A su favor, su facilidad para crearlas si su equipo le da aquéllo que necesita: que no haya un delantero centro. Es decir, Cavani es un goleador que no es delantero centro y que precisa no encontrarse uno delante, que la zona del «9» esté vacía para que él la ocupe en carrera.
Tal y como en Uruguay el Maestro Tábarez coloca al móvil Suárez de falsa referencia, en el Paris Saint-Germain es Ibrahimovic el dueño del carril central. Y si la mezcla con Luis es buena, la que se da con ZlatanZlatan es ideal para Edinson es perfecta. Para las contras está de más hablar, el genio es un pasador nítido y el toro un crack desmarcándose al espacio. En los ataques posicionales su relación es más mixta y depende de la altura a la que se sitúe Ibra. Si baja a recibir, Cavani se centra para que los centrales rivales no puedan salir y su sistema defensivo se haga largo. En éstas el PSG haría más daño si en vez de a Lavezzi o Lucas en la izquierda tuviera a alguien con más calidad para jugar entre líneas. En cualquier caso, el movimiento base es aquel en el que Verratti pone la posesión arriba y Zlatan ocupa la frontal. Ya han caído muchos goles de Cavani entrando en diagonal desde la banda hacia la espalda del central izquierdo: Verratti se la pasa a Ibrahimovic, el central susodicho intenta anticiparse, Zlatan da un toquecito y Cavani se queda solo ante el gol.
Incluso las nuevas habilidades de Matuidi favorecen a Cavani.
Con certeza Edinson hubiera preferido acabar en algún club de mayor tradición este verano, pero deportivamente ha tenido suerte de caer en París. Él tiene calidad, es un baluarte competitivo muy serio, pero necesita un entorno muy concreto para rendir como tal. Allí, hasta la tremenda llegada de Matuidi por el otro lado le ayuda a dar lo mejor. Ojo a este PSG. El nivel medio es alto y, excepto el extremo izquierdo, cada pieza encaja en el total perfectamente. Perfectamente de verdad.
Abel Rojas 3 enero, 2014
Me encantan muchas cosas de este PSG:
– La relación Zlatan-Cavani.
– El calma de Verratti y su dirección, que hacen de la posesión del PSG una de las más inteligentes y seguras.
– El nuevo update de Matuidi.
– La impresionante presión de los dos interiores muy arriba mientras Motta ajusta por detrás…
No es que intente vender al PSG como favorito a la Champions ni mucho menos, por supuesto que no está ni entre los candidatos más firmes, pero es un equipo que me sienta a verlo cada vez que puedo.
Del mismo modo la Francia de Blanc era la Selección que más me entusiasmaba antes de la última Eurocopa. El equipo más brillante en la previa. Lástima que el gen neo-francés saliese a relucir.