La evolución de determinadas posiciones en el mundo del fútbol ha transformado, en mayor o menor medida, nuestra óptica sobre los parámetros a valorar. Un central es mejor valorado si es creativo y lúcido en el inicio del juego, al portero se le demanda un plus en su tacto con los pies, y al delantero centro una mayor capacidad para abandonar su hábitat y relacionarse con la totalidad del juego. La globalidad que ha alcanzado la disciplina exige a cada jugador interaccionar en un radio de acción más amplio. Como toda vacuna que inocula un veneno, los sistemas de juego encuentran su antídoto, de ahí que exista un constante movimiento del virus para mutar y tratar de liberarse del control impuesto al azar. Resumido: hemos pasado de un tiempo de especialistas a utilizar para muchas situaciones el concepto falso como sinónimo de escapatoria y engaño.
Cerca de afrontar los últimos meses de preparación para el Mundial de Brasil, cerrando esta noche la clasificación ante Georgia, la selección española es actualmente un modelo de intermedios y sucesos complejos que llevan al lateral izquierdo a ser la mayor vía de profundidad o al extremo España es su propia lógicaderecho la referencia goleadora. Un modelo que prioriza el control absoluto del juego sobre la búsqueda de la profundidad constante se pregunta qué le debe pedir a su delantero. En la etapa más reciente de Vicente del Bosque, ya sea por el estado de forma y contexto de club en el que se encuentran los principales candidatos, no hay ni una ni dos opciones, desde el punto de vista puramente futbolístico, que partan con ventaja sobre las demás. Quizás la de Llorente sea la más secundaria al fundirse de manera más translúcida con la idea, pero en todas se infiere una utilización concreta y momentánea. Más circunstancial que estructural.
Nada está decidido porque nada en el campo está sujeto
Quien reúne más requisitos seguramente sea Álvaro Negredo. Como en el clásico pentágono de habilidades que encontramos en algunos videojuegos, el vallecano es a día de hoy el más equilibrado. Si puntuamos relación con el juego, calidad individual¿Quién es el hombre idóneo?, activación del área y la espalda rival -bien en el offside u oportunismo en segundo palo-, ser una opción de escape constante para descargar en apoyo, generar distracción para hombres más profundos o como mero recurso rematador, Negredo sale ganador en la sección de recursos humanos del seleccionado, no tanto por absolutos, pero quizás sí en el sumatorio. Sin embargo hay que resaltar la puntual relación que tiene el mister con la posición, a la que otorga el papel de contrapeso en relación al rival o al momento competitivo que acontezca.
Controlar la posición de los laterales, buscar la posibilidad de jugar con un mediapunta en derecha que equilibre la posesión y otorgue más efectivos al juego, el mencionado falso ‘9’, elegir una referencia más vertical y profunda cuando el planteamiento rival es más agresivo y alejado de su portería, etc. Paradigmáticamente, en esta cuestión, la elección del delantero tampoco es definitiva ni específica. Es, como su posición en muchas ocasiones, una decisión que tiene en Álvaro a su mejor intérprete en la totalidad de los parámetros pero cuya elección es falsa, pues se aleja de la idoneidad teórica para acercarse a la circunstancial. «Será quien tenga que ser», que diría el fútbol.
@marcel99710 15 octubre, 2013
Lo que no entiendo es si hoy se "exige a cada jugador interaccionar en un radio de acción más amplio" ¿por que los equipos siempre terminan volviendo a lo básico y fundamental? Es decir, hay clubes que juegan con falso 9, portero líbero, central-lateral y quien sabe que cosas más, y al final terminan necesitando un delantero que haga goles, un portero que ataje y un central que la despeje, gente que sabe que hacer y que lo hace muy bien, porque es que hay jugadores que hacen de todo pero no son excelentes en algo en particular.
Yo digo que hoy, gente como Inzaghi, Taffarel o Aldair estarían mejor valorados que jugadores como Negredo, Vorm o Koscielny.