Es inevitable empezar a hablar del Milan – Barça de hoy y no echar la vista atrás, hasta el pasado mes de febrero, para recordar que un equipo que no tenía nada, o prácticamente nada, fue capaz de vencer al conjunto de Leo Messi. Aquel día Allegri organizó una defensa que por momentos pareció impenetrable, con un Ambrosini pletórico, dos hombres en las bandas como Boateng y El Shaarawy, que además de trabajar de forma incansable en el retorno, tenían también la intención y la determinación de desplegarse, con un Pazzini implicado, un Abate preciso, y un largo etcétera. Porque más allá de destacar nombres de manera individual, lo que dio la sensación el Milan ese día fue de compostura, de saber estar. De que a pesar de que Ibra y Thiago ya no estuviesen, siempre hay espacio para noches imposibles en el templo rossonero.
El principal cambio con respecto al cruce de ida de los octavos del año pasado lo ha comentado Allegri en la rueda de prensa previa al encuentro:Allegri insinuó que atacará “no es una eliminatoria”. Es decir, el tono del mensaje y el gesto del técnico toscano hacían ver que, quizá, la idea sea diferente. En el enfrentamiento de hace apenas ocho meses, Allegri situó un 4-1-4-1 muy sólido, con un repliegue muy preciso y que destacó por una cualidad: supo interpretar muy bien a qué altura hacerlo. O sea, no vimos un Milan descaradamente colgado del larguero, si no que el bloque se juntó bien a la altura precisa y maniató la máquina de circulación del Fútbol Club Barcelona también en la base de la jugada. Ni Messi, ni Iniesta, ni Fábregas ni Xavi se encontraron cómodos en ningún momento. La pregunta es si Allegri -más teniendo en cuenta que ha dejado ver que el escenario no es el mismo– va a repetir.
Kaká y Balotelli son las novedades más importantes del Milan.
Por un lado, la alineación no debería alejarse mucho de aquella. Abate-Zapata-Mexes-Constant en defensa -la misma que en los octavos 12/13-, con la única salvedad de que Amelia va a ser el portero ante la baja de Abbiati. Ambrosini, que este verano ha dejado el club, dejaría su paso a De Jong -que estaba lesionado el año pasado- mientras que la pareja de interiores sería idéntica: Montolivo y Muntari. Partiendo desde esta base, se puede pensar que, al ser la estructura la misma, la propuesta también sea igual, pero hay algunos matices que resultan importantes, empezando por el hecho de que ni El Shaarawy -lesionado- ni Kevin Prince Boateng van a estar, y que además se añaden dos futbolistas con los que el año pasado Allegri no contaba: Kaka’ y un Balotelli que ha entrado a última hora en la convocatoria.
Para poder ponernos en la piel de Allegri, en primer lugar hay que valorar cuanto es de diferente el Barça de Martino con respecto al deSan Siro verá la 1ª noche de Ney Vilanova. Y, desde luego, se nos pueden ocurrir algunas evoluciones concretas -comportamiento de extremos, verticalidad de los interiores en momentos puntuales-, pero la más básica y relevante es Neymar. El Barça no tenía a Neymar el año pasado, y esto supone un elemento de verticalidad, desborde, e imprevisibilidad que condiciona las cosas. Y las condiciona sobre todo en un factor clave: la altura del bloque milanista. Agruparse para evitar circulación del Barcelona ya desde la recepción de Xavi cerca de Busquets, significa abrir vías a Neymar, que es capaz tanto de pedirla al pie, como de ser un elemento muy dañino cuando realiza un movimiento de ruptura. El brasileño cambia las cosas porque ya, la amenaza, no solo está por dentro.
Kaká-Balotelli-Robinho es puro arte, pero también poca defensa.
A partir de ahí ya se juntan dos condicionantes importantes para sacar de nuestras cabezas el 2-0 de hace unos meses. En primer lugar, para Allegri ya no es tan grave el hecho de que el Barcelona haga un gol, como ha dejado claro al ser el partido en la fase de grupos, y por otro lado está Neymar. El primer factor habla directamente de dos futbolistas: Kaka y Robinho. Contando con que Balotelli, si está disponible, va a ser titular sí o sí, quizá sea precisamente Mario la llave. Un tridente Kaka-Balotelli-Robinho significa que vas a salir más veces de campo propio, que estarás más cerca de dañar la por momentos excesivamente permisible transición defensiva del Barcelona, y que, por lo tanto, vas a estar más cerca del gol. El problema es que ninguno de los tres ofrecerá un retorno disciplinado, y esta cuestión sí la darían una pareja de extremos como por ejemplo, Birsa y Emanuelson, uno en cada perfil.
San Siro, como siempre, será el gran rival del Barça esta noche.
La incógnita en este momento es cuanto será de valiente Massimiliano Allegri, cuanto confía en que con un tridente de bastante talento como Balotelli, Kaka y Robinho sea capaz de hacer más goles de los que va a recibir, y hasta qué punto le conviene perder -algo que por el nivel de uno y otro puede ser normal- dejando en el banquillo futbolistas de mucho peso para la grada. Quizá la llave de todo, como ocurre casi siempre ahora mismo en la entidad, la tenga Mario Balotelli. Si él está bien, el balón tiene más sentido y por lo tanto acercarle a Kaka y Robinho puede resultar productivo. Si no está –jugaría Matri-, la forma de desplegarse va a ser más directa y habrá menos opciones de asociación, por lo que tipos más verticales y trabajadores como Birsa y Emanuelson podrían ser más eficaces. Sea como sea, parece complicado que el Milan repita la hazaña, pero no hay que olvidar que en San Siro, cualquier cosa es posible.
@RdGarca 22 octubre, 2013
Allegri también ha dicho que tácticamente jugarán el partido del año pasado, y es que dejar a Abate y Constant solos contre Ney y Alexis debe darle grima. Balotelli es la clave del partido porque si el milán sale a defender, deberá incorporarse a la presión y al mismo tiempo correr cada vez que el Milan tenga el balón.
Lo complicado es que el Barcelona pierde mejor la pelota que el año pasado y encontrar a la defensa vendida será más dificil