Desde que regresó a la élite del fútbol español, la afición del Nuevo Los Cármenes ha visto pasar a cuatro técnicos por su banquillo sin que ninguno de ellos lograse exprimir al máximo sus interesantes plantillas. Es cierto que el objetivo de la permanencia se terminó consiguiendo en ambas ocasiones, pero siempre quedó la sensación de que había para más. Uno comparaba equipos en las últimas jornadas ligueras y, de los involucrados en la lucha por la permanencia, el club nazarí era el que parecía tener más y mejores armas. A fin de cuentas, como se comprobó en el pasado mercado estival, mientras muchos clubes fijaban sus ojos en la Liga Adelante para reforzarse, los de Quique Pina lograron hacerse con los servicios de futbolistas contrastados como Piti, Iturra, Riki o Brahimi.
El Granada siempre ha tenido futbolistas de calidad.
Lucas salvó al Granada con un cambio al 4-2-3-1Estando los jugadores, falta la mezcla. Esa idea que una, de sentido y potencie la calidad de sus futbolistas. Ese paso adelante que, hasta el momento, se le está atragantando a Lucas Alcaraz de la misma manera que le ocurrió a Fabri o Anquela. Del técnico andaluz sabemos que prefiere a un Granada pragmático, ordenado y que ataque los espacios de forma directa, pero aún no ha encontrado el modo de conseguir que este deseo sea una realidad. Su etapa comenzó de forma positiva con un 4-4-2 bastante parecido al del Elche de Escribá, con Aranda e Ighalo en punta y Brahimi escorado a una banda, pero pronto se vino abajo. El equipo no era del todo sólido atrás, sufría cuando tenía que llevar la iniciativa y arriba faltaba mordiente. Cuando la tabla quemaba, Lucas logró darle la vuelta a la situación con un matiz en su esquema: quitó un punta, mantuvo a los dos estiletes por banda (Torje/Brahimi & Nolito) y recuperó la figura del mediapunta (Brahimi/Buonanotte) para formar un 4-2-3-1.
El 4-3-3 ante el Elche dejó una buena imagenLa medida dejó un regusto tan dulce que Lucas comenzó la temporada adaptando a sus nuevos fichajes a dicho esquema, situando así a Piti en la mediapunta. La fórmula no funcionó, la baja de Mikel Rico magnificó los problemas y, de nuevo, el arranque no ha sido el deseado. Alcaraz, que si de algo no se le puede acusar es de no estar intentándolo, se vio obligado a mover el árbol y probó su tercer esquema en menos de doce meses: un 4-3-3 con un mediocentro (Iturra) y dos interiores (Fran Rico y Recio) que empujó al equipo hasta obligar al Elche a jugar en su propio campo. “Yo creo que había que darle al botón de reiniciar y mejorar las cosas que no estábamos haciendo bien, pero fundamentalmente recuperar las que sí sabíamos hacer”, comentaba a posteriori en sala de prensa. Esas «cosas» a las que se refiere el entrenador del Granada vienen a ser las mismas máximas de orden, intensidad y velocidad en ataque, pero ésta vez se dieron dando uno o dos pasos adelante. Los suficientes como para superar al doble pivote ilicitano, desconectar a Gil y Fidel de la circulación, y lograr que un equipo que estaba coleccionando elogios sólo rematara una vez a puerta en su propio estadio.
¿Mantendrá Lucas este 4-3-3 ante el Atlético de Simeone?
Como decía Arroyo en el pasado «38 Ecos», el Atlético de Madrid del Cholo no es el invitado que uno desea cuando está de reformas en casa, pero el calendario ha dictado que sean ellos quienes comprueben cuanto de firme es este paso adelante dado por Lucas Alcaraz. Sea como fuere, de momento, todo tiene valor condicional. Si el Granada muestra fisuras, atención a la conexión que forman Tiago + Koke + Costa pues ya fue letal en un contexto similar. Si por el contrario cierran bien los caminos, logran llevar el fútbol lejos de su área ocultando así sus defectos en la elaboración, ponen a Fran Rico de cara al juego y aprovechan la chispa de sus extremos, ojo a los andaluces. La Liga podría estar ganando a un equipo muy interesante.
@DavidLeonRon 31 octubre, 2013
Estoy deseando ver a Brahimi frente al Atlético. Mucho morbo por comprobar si es capaz de regatear al equipo que no permite regatesxD
Espero buen partido.