Era un 19 de octubre de 2008. El Barcelona de Pep había roto a jugar, comenzando a edificar su leyenda desde primera hora. Seis victorias consecutivas ya disfrazaban de imbatible al cuadro catalán, que ganaba y ganaba. Entonces tocó ir a jugar a Bilbao, ojo, sin Messi y Xavi, que por entonces andaban rápidos como cohetes. Sin dos de sus tres magos, Guardiola eligió la vía del sudor. Touré, Keita, Busquets… y Víctor Sánchez. En la alineación se colaba un chaval de la cantera de prestigio limitado cuyo valor, decían, era la entrega. El partido fue malo de solemnidad pero sirvió para comprobar que, en efecto, el canterano corría como un demonio. Y que el Barça era demasiado. El tiki-taka culé no era para él, así que el club pensó en una cesión, con Jerez como destino. Allí, la caótica primera vuelta del equipo de Ziganda le impidió brillar mínimamente y sería con Gorosito cuando Víctor se consolidaría: titular y pieza importante del casi milagro jerezano. El siempre competitivo Getafe reclamó entonces sus servicios. Parecía un buen sitio en el que echar raíces pero la aventura madrileña se quedó a medio camino, tanto que su siguiente parada sería… Suiza. Solo por seis meses, porque en enero de 2012 el Espanyol rescataba al futbolista, en lo que sería un acierto absoluto de la entidad. Sin saberlo, el club estaba comprando un proyecto de futuro. El jugador, por su parte, encontraba por fin su lugar en el mundo.
Tras su breve paso por el Barcelona de Guardiola, Víctor Sánchez tardó en encontrar su hábitat ideal
El Espanyol es un buen equipo. Con el fin de conocerlo mejor, hoy dedicamos en Ecos un profundo estudio al conjunto de Javier Aguirre. Los periquitos, pese a estar muy lejos de ser un colectivo de virtuosos, van cada día a más con la pelota. Sin embargo, lo que realmente define su juego es la intensidad defensiva, en la que Víctor Sánchez es más que un elemento básico; es la esencia. Para resumirlo, diremos que la gran calidad del Espanyol consiste en generarle al rival la sensación de que nunca hay descanso, de que no habrá nada sencillo durante el partido. Un pase, una pared, un regate… todo cuesta ante ellos. Así pues, arrancamos este análisis con la riquísima aportación defensiva del centrocampista, que a su vez la dividiremos en varias fases: “cuando espera”, “cuando presiona” y “cuando recupera”.
Víctor Sánchez no es mediocentro. En el Espanyol, esa función recae en el sorprendente David López, que realiza una labor más posicional. Son escasas las veces que Víctor queda como último hombre del centro del campo (Foto), tan escasas que prácticamente no pueden considerarse reales dentro de su fútbol. Si su equipo espera alineado en su terreno, no tardará en salir a presionar al contrario (Secuencia Completa) aunque poco después recupere el sitio para no ceder huecos. Su naturaleza defensiva es esa: ir a morder, algo que Aguirre no solo le permite sino que aprovecha. Es muy común ver a Víctor apretar en el inicio del juego del oponente (foto de arriba). Esto puede llamar la atención por el espacio que concede pero el Espanyol está preparado para ello gracias al trabajo grupal de sus extremos (Foto), que no abandonan al pivote. Además, el riesgo es mínimo debido a una de las cualidades más impresionantes de Víctor: su capacidad para correr hacia atrás. Si el adversario le gana la espalda con un pase, Sánchez no tarda nada en agobiar al receptor del envío, haciéndole perder la ventaja que tenía (foto de abajo a la izquierda). Es tal su dominio físico y de concentración que en no pocas acciones logra incluso arrebatar completamente el balón (Secuencia Completa). Como sucede con otros futbolistas como Khedira, el españolista “pega líneas” por sí solo, las hace compactas. Y claro, el jugador disfruta con ello. Es lo que le hace diferente. Estamos ante una bestia física, un tipo de una intensidad difícil de encontrar en nuestra Liga. Le gusta chocar (Foto) y su habilidad para quitarla en situaciones inesperadas (foto de abajo a la derecha) es impresionante. Como remate final, es un portento a la hora de prolongar los esfuerzos. No es raro verle ir a presionar a un sitio, luego a otro, robarla, verle salir a la contra y volver a la defensa (Secuencia Completa). Tiene tres pulmones.
El físico y la concentración de Víctor le sirven al Espanyol para estar cohesionado en todo momento
Como jugador impetuoso y que pretende incomodar en zonas adelantadas, se expone con frecuencia a ser regateado si el poseedor de la pelota tiene calidad suficiente (Foto), peaje que, como hemos venido explicando, el Espanyol paga gustoso. La posición alta no le impide ser un activo en transición defensiva, pues no hay carrera que no pueda acometer (Foto). En Cornellá se han presenciado auténticas salvajadas en este aspecto (Secuencia Completa), incluyendo coberturas larguísimas al lateral que había pasado al ataque. Esa es otra virtud de su amplio abanico defensivo: ayudas permanentes a los lados, tanto para hacer el “dos contra uno” (Foto) como para cerrar la basculación (Foto).
Hasta el lector menos avispado habrá asimilado ya que Víctor Sánchez es un coloso a la hora de correr que goza de bastante talento defensivo. Pero ¿y con balón? Ahí la cosa se pone curiosa y muy interesante. Víctor, que es un jugador bastante incompleto con la bola, resulta fundamental –a su manera– en la ofensiva perica. Es cierto que a más de dos toques, el canterano culé carece de creatividad y es un pelín lento (Foto). Por ello, el mecanismo de salida del Espanyol (explicado ampliamente en el citado «The No-Name Parakeets» de hoy) se puede decir que “no le tiene en cuenta” (Foto). Su aptitud más relevante con el esférico en el pie es el cambio de orientación, preciso, rápido y bien tocado. Claro que para atacar no hace falta tener la redonda siempre en tu poder. Existen otras formas de hacer daño.
Sin retener mucho el balón, Víctor Sánchez es muy importante para el juego ofensivo del Espanyol
Si previamente comparábamos al número 4 del Espanyol con Khedira en cuanto a “juntar equipos” se refiere, el nombre del alemán vuelve a salir a la hora de hablar de las diagonales a banda. Víctor, al igual que Sami, es muy dado a descolgarse al espacio libre dejado por el extremo (foto de la izquierda), un movimiento clave para dar profundidad por sorpresa a las jugadas. Además, a diferencia de Khedira, que casi siempre cae a la derecha, el catalán frecuenta los dos carriles, tanto el zurdo como el diestro (Foto). Cuando recibe por delante se muestra muy intuitivo a pocos toques, la juega con velocidad, no se ahoga (Foto). En general, casi todos sus comportamientos ofensivos son muy similares: se trata de ir hacia arriba. Cuando el Espanyol progresa por banda es más que habitual ver a Víctor pisar el área (foto de abajo a la izquierda) con bastante peligro de gol (Foto); llega bien y su disparo desde la frontal es notable. La mezcla de “ir hacia delante” más “pocos toques” alcanza el clímax al contragolpe; ahí Víctor Sánchez es rapidísimo. Con un simple contacto con la pelota es capaz de montar contraataques (Secuencia Completa), algo muy trabajado por Aguirre en la pizarra. El Espanyol sabe que Víctor roba y suelta en cuestión de segundos y tiene a gente esperando para correr. El mismo jugador que no sabe retener el cuero lo juega a gran velocidad si va en carrera y solo tiene un momento para pensar (Secuencia Completa). Por último, tenemos su pericia a la hora de cazar rechaces y segundas jugadas (foto de abajo a la derecha), una suerte que podría englobarse en los aspectos defensivos pero que a la postre sirve para aplastar al contrincante en su propio campo y así seguir atacando durante más tiempo.
Hay algo especial en este Espanyol de Aguirre. Más allá de Sergio García –genio–, la plantilla blanquiazul no va muy sobrada de magia. Está la calidad de Simao, la agitación de Pizzi, la potencia de Stuani… buenos mimbres con personalidad propia pero inferiores a otros dentro de la Primera División. El secreto de este equipo está en cómo su coherencia genera un dinamismo diferente. Y en eso, Víctor Sánchez es capital, pues siempre piensa en el compañero. Para taparle o para echarle una mano cuando ataca en inferioridad (Foto); aparece el primero, en cualquier circunstancia o lugar (Foto). Así es Víctor. Para el técnico mexicano, una figura innegociable, el espejo en el que han de mirarse los demás.
@Salvisibaja 25 octubre, 2013
Me salió mal la apuesta, aunque me quede cerca (creía que hablabas de David López por aquello de ser novedad en 1ª y que Victor Sánchez ya tiene mucho recorrido en liga BBVA)
La temporada que esta haciendo es brutal. Esta temporada con David López tiene mucha más libertad que el año pasado con Forlín, y llega mucho más arriba con y sin balón. A mí siempre me ha parecido un jugador infravalorado: tiene calidad, trabajo, se desenvuelve en varias posiciones y en todas te asegura un 6 como mínimo por partido en gran parte por lo que bien comentas David, por estar metido en el partido los 90 minutos.
Quizás los centrales son los que están peor que el año pasado (en el partido vs Atleti sentó a Colotto por 1ª vez después de llamarlo "titularísimo" y H. Moreno no está creo en tono fisicamente), pero aún así veo un equipo más compacto y con más variantes que el año pasado.