Nota: El análisis que van a leer a continuación desgrana uno de los partidos más divertidos de nuestra Liga en los últimos tiempos. Si pretenden conservar impoluto en su memoria dicho recuerdo junto a otros míticos como aquellos “Zaragoza 6-3 Barcelona”, “Barcelona 5-4 Atlético” u “Oviedo 3-8 Valladolid”, consuman con moderación este artículo. Real Madrid y Sevilla ofrecieron un magnífico espectáculo lleno de imperfecciones y está en nuestro deber comentarlas, pero priorizando el hecho de que nos divertimos. Nos divertimos mucho. Además, ambos técnicos hallarán en este choque elementos desde los que seguir creciendo. Especialmente un Carlo Ancelotti que puede haber encontrado un matrimonio futbolístico básico de cara al futuro de su proyecto.
Como ante el Valladolid, Emery volvió a elegir la defensa de cinco para un partido fuera del Sánchez Pizjuán. Los de Nervión esperaban atrás formando un 5-4-1 bastante fácil de distinguir cuando el Madrid iniciaba el juego. En el Real la noticia estuvo en el matiz de su ataque. Pese a tener a Marcelo, Isco y RonaldoBale y Benzema hicieron sociedad en la derecha en la izquierda, el Madrid hizo del sector derecho –el de Bale– su lado fuerte. Con Bacca como único punta sevillista, Ramos y Varane podían elegir cómodamente el sentido de las jugadas, pues el colombiano apenas llegaba a molestar. A partir de ahí arrancaba el mecanismo. Arbeloa y Bale esperaban muy arriba la aparición del hombre de la noche, Karim Benzema, que hizo lo que quiso con la línea de tres centrales del Sevilla. Hay algo antinatural en esos sistemas con cinco atrás, un peaje excesivo a la hora de batallar en la medular. Rakitic y Mbia no podían ayudar porque estaban ocupados con los interiores, así que la caída a banda del francés la tenía que seguir Navarro (central zurdo), que claro, no llegaba. Arbeloa distraía a Vitolo mientras Bale se imponía a Alberto Moreno. El galés regateó un par de veces pero donde de verdad marcó diferencias fue leyendo esa cadena de pases. Gareth exhibió las primeras gotas de su calidad en esta fase del juego. Para terminar de matar, Isco aparecía por sorpresa desde el otro costado, listo para definir. El Madrid ganaba seguridad defensiva al mantener atrás a Khedira (no tuvo que romper casi nunca) y poder acabar jugada con asiduidad. Hasta en tres ocasiones repitió el Real la misma combinación durante la primera mitad. Bale estaba pesando y Karim elevaba el ataque estático merengue al mejor nivel de la temporada.
Pese a tener a Isco, Marcelo y Cristiano, el Real creó más en el lado derecho. Benzema fue la causa
Como decíamos, la profundidad del ataque posicional madridista estaba controlando las salidas del Sevilla. Los problemas surgieron a la hora de realizar la presión “táctica”. Lo de casi siempre hasta la fecha, vaya. Hay que reconocer que el Madrid a veces cae un poco en la incoherencia. Quiere presionar arriba pero su delantera, sin Di María, no es de morder mucho. En cuanto a sus interiores, Khedira es el único capaz de robar, ya que Isco es casi nulo. Un Isco que encima tapa la zona de Cristiano y Marcelo. A esto hay que sumar el bajo estado de forma de Arbeloa, que no corrige en zonas adelantadas como le hemos visto hacer en sus momentos más inspirados. Como consecuencia de todo esto nace la confusión de Illarramendi, que se debate entre lo que le pide el plan (achicar) y lo que humanamente puede tapar un solo futbolista. Aquí sí acertó un Emery que tomó varias decisiones positivas: colocó a Rakitic muy atrás para romper con regates el pressing local y liberó a Jairo, que enganchó un par con olor a gol.
Pese a todo lo comentado, hay que decir que los goles llegaron por vías diferentes a las explicadas. El Madrid recobró sensaciones en dos conceptos donde es potencialmente de lo mejor: el contragolpe y la pegada. Así se gestó el 1-0, una obra maestra con Isco de lanzador (justo la pieza que le faltó en el Camp Nou), Benzema de genio creador y Bale de frío ejecutor. Luego llegaron cuatro goles más y solo el de Bacca tuvo su razón de ser. Tras instantes de muy buen juego, el partido se adentraba en la locura.
El Sevilla supo castigar al Madrid con la pelota gracias principalmente a la calidad de Rakitic y Jairo
Con un solo tanto de diferencia, Unai decidió jugársela. El vasco adelantó la posición de sus carrileros, que a partir de entonces irían al ataque con más decisión. Jairo y Vitolo pasaban de extremos a mediapuntas, lo que terminaba de volver loco a un Illarramendi completamente superado. Jairo tuvo en sus botas el empate a tres pero Diego López contuvo el disparo. El gallego estuvo inmenso no solo en la parada sino también a la hora de poner la pelota en juego. Ronaldo recogió el saque del portero, hizo de cartero en el contragolpe, cedió a Bale y este a Benzema. Otro gol de contraataque. Gareth enseñó ahí todo lo que es en estas acciones; no tiene gran talento para moverse pero si solo ha de correr en línea recta no lo pilla ni el AVE. Minutos después, pleno de confianza, el de Cardiff destrozaba a Alberto Moreno en el uno contra uno para servir en bandeja a Ronaldo, que hizo tres goles y casi no le hemos nombrado. Será la costumbre.
Pese al 5-2 parcial, lo mejor del Real Madrid ya había pasado. Los de Ancelotti habían dejado de asentar sus ataques y eso, por ejemplo, repercutió en un Khedira que iba arriba y abajo con excesiva frecuencia. Los blancos necesitan que su equipo esté bien estructurado si Sami decide atacar la portería. Si no, ocurre lo del 5-3. Tras el golazo de Rakitic, Emery introdujo al chisposo Perotti, lo que supondría la renuncia definitiva de un Illarramendi incapaz ante tanta línea de pase a su alrededor. Ancelotti tuvo que tirar de Xabi Alonso y Modric en busca del control perdido, pues el Sevilla estaba siendo superior. Dio un poco igual porque Cristiano, que no perdona, sentenció en otra combinación inventada por Benzema, el indiscutible Man of the Match. Más allá de recuperar el acierto en el remate y a la contra, el Madrid ha de celebrar el recital de Karim. No por inédito ni improbable sino por esa unión con Bale que viene a revelarnos uno de los porqués del fichaje del británico. Fue lo más relevante dentro de un partido tan imperfecto como inolvidable.
@DavidLeonRon 31 octubre, 2013
Creo que se va a ser algo injustos y crueles con el Sevilla. Los de Emery se pusieron 3-0 cuando estaban siendo inferiores… pero no para recibir ese correctivo. Luego remontaron a 3-2 un poco (bastante) de casualidad, pero quizás esa diferencia era más justa. Es decir, el Madrid ahí estaba mostrando lo más interesante de la temporada (y quizás con diferencia) pero se nota que es un equipo en crecimiento. Aún no arrasa.
En la segunda parte los andaluces pagaron su osadía, el ir a buscar el partido. Tienen una defensa lenta y eso les mata si quieren presionar. Hay un gesto de Mbia pidiendo que los centrales adelanten la posición y estos que no le hacían caso ^^
La cosa es que tras ponerse 5-2 abajo consiguen anotar el 5-3 y ahí tienen 15 minutos MUY buenos, de mucho fútbol. Pero Cristiano es Cristiano. Demasiado.