En el banquillo napolitano estaban Inler, Maggio, Pandev o Mertens. En el césped, con la camiseta rossonera: Birsa, Muntari, Emanuelson o Zapata. Suficiente como para que los pronósticos estuvieran del lado de los sureños, a pesar de que para un hincha del Napoli visitar San Siro siempre ha sido, históricamente, una preocupación. De hecho, la última vez que los azzurri celebraron una victoria allí en Serie A defendía su camiseta Maradona, que en aquella tarde de abril del 86 -que también acabó con 1-2 para los partenopeos- hizo un gol de bandera.
Lo cierto es que ahora mismo, por estar viviendo el día a día y viendo la evolución de la construcción de una y otra plantilla, nos resulta lógico que el Napoli visite al Milan y le gane, pero a pesar de las circunstancias, el asunto merece ser tratado con la importancia que merece. El Napoli cambió su historia en la década de los 80 gracias a Maradona, pero lo cierto es que su realidad en los tiempos recientes ha sido totalmente diferente. Hace diez temporadas iniciaba su regreso a la élite en la Serie C1, y ayer se plantó en el campo de un siete veces campeón de Europa siendo el favorito. Condición, por otra parte, ganada a pulso.
El comienzo de temporada del Napoli es inmaculado.
La etapa de Benítez había arrancado con cuatro triunfos en cuatro partidos, siendo el último de ellos uno de los que dan prestigio y reconocimiento global, además de por el resultado,Rafa se decidió por una presión bastante alta por ser muy superiores al Borussia Dortmund. Cuatro días después de aquella gesta llegaría una victoria más para llenar el saco, y lo haría con un nuevo giro de tuerca en el planteamiento de Rafa. En las tres primeras jornadas de Serie A vimos a un Napoli que masticaba la jugada, paciente y que buscaba fases largas de ataque posicional. Frente al Dortmund, un repliegue muy bajo, intentando combatir las principales armas del subcampeón de Europa. En Milan, una presión adelantada, para incomodar una salida poco pulcra de los de Allegri pero siempre con la intención de terminar rápido las jugadas.
El doble pivote dio pistas sobre esto. Dzemaili entró en sustitución de Inler, un futbolista que tiene un talento enorme para llegar al área rival, aunque mucho menos capaz de organizar el juego. La idea estaba clara, utilizar un ancla como Behrami y cargar la zona de remate con cinco futbolistas, los cuatro de arriba más Dzemaili, aunque el 0-1 llegó en una falta lateral. José Callejón se está encargando de todo balón parado indirecto, y lo está haciendo de maravilla. Una jugada de estrategia que involucró al extremo granadino y a los dos centrales hasta que la pelota acabó en la red. Ya después, en la celebración, se involucró todo el mundo, y viendo celebrar el tanto a Gonzalo Higuaín, aunque en esa acción fuese un mero espectador, refleja el hambre de un equipo que sueña con el Scudetto.
La puesta en escena del Napoli fue brillante, arrolladora. Sus primeros 15 minutos de San Siro serán un argumento importante de cara a defender su candidatura a ganar la Serie A a final de temporada. TodoMario Balotelli, genial anoche parecía ir cuesta abajo y con viento a favor, hasta que apareció Mario Balotelli. El choque de anoche dejó una amarga estadística para él: falló su primer penalti desde que es profesional, y por si fuera poco, acabó expulsado tras el pitido final. Sin embargo, la sensación es que Mario jugó su mejor partido con la camiseta milanista, y quizá su mejor partido, si hablamos de continuidad en su juego, desde que juega a esto en la élite. Con el equipo plagado de bajas relevantes se echó todo el peso a las espaldas. La presencia de Matri como 9 -él, en Milan, siempre ha sido la referencia en un 4-3-3-, le llevaron a un papel diferente. Abarcó muchos metros, se asoció, dio continuidad, y generó una cantidad brutal de ocasiones. La derrota, la expulsión, y el penalti fallado, ayer, fueron detalles sin importancia, y pesa más la ilusión de creer que el Milan ha encontrado un referente, y no solo para perforar la meta rival. Ayer fue Mario contra el mundo, y de milagro ganó el mundo.
El partido de Mario Balotelli fue magnífico.
Si Mario ayer no acabó anotando fue por culpa, principalmente, de un soberbio Pepe Reina. Arrancó la temporada dubitativo, con algunas acciones discretas en el debut frente al Bologna y dos fallos graves en la visita al Bentegodi frente al Chievo. Pero ya en los instantes finales frente al Dortmund cambiaron las sensaciones y ayer lo refrendó haciendo varias paradas de mérito, penalti incluido. El partido deja la sensación de que el Milan volverá a pelear por las plazas Champions una vez recupere a todos sus efectivos, aunque principalmente deja las ganas de ver si lo de Mario ha sido una noche brillante o el principio de algo más gordo; mientras que en el lado napolitano enseña que Rafa maneja varios registros y sabe alinear a los que mejor los ponen en práctica, algo que es sinónimo, viendo el nivel de sus futbolistas, de poder pelearle el Scudetto a la cebrada abusona del curso.
@gushiphop875 23 septiembre, 2013
En España se dice que los experimentos se hacen con gaseosa… si no tienes un mediapunta que se adapte a tu juego no juegues con un 4-3-1-2 como intenta Allegri con Birsa y con dos delanteros, el buen partido de Balotelli (a pesar del penalty fallado) anula por completo las prestaciones de Matri y las del esloveno, absolutamente inexistentes durante los minutos que estuvieron sobre el campo, era mejor volver a los orígenes y poner un 4-3-3 con mayor profundidad por la banda con Robinho y Niang de titulares al menos hasta que aguantaran físicamente, el Nápoles hizo su trabajo sin tampoco llegar a matarse en el campo, lo que hace pensar que el Milan es un equipo muy flojo tácticamente y todavía más técnicamente.
Realmente hace ya tiempo que no disfruto viendo jugar al Milan, es una agonía constante viendo como lo intenta de una manera poco convincente y sin aprovechar sus recursos que no son pocos, una vez más se ha demostrado que los suplentes de esta plantilla nunca podrán hacer olvidar a los titulares, estoy totalmente seguro que Allegri está echando mucho de menos a Pazzini a pesar de tener en sus filas a Matri, pero aunque diga lo contrario, son jugadores totalmente diferentes y el ex-Inter me parece bastante mejor adaptado a este club y al tipo de juego que el ex-Juventus, o al menos esa es la impresión que me está dejando.